miércoles, 14 de octubre de 2015

CÓMO PENSAMOS? CÓMO ACTUAMOS? CÓMO SOMOS? POR QUÉ SOMOS?


ACTIVIDAD PARA LOS ESTUDIANTES DE LA UNIDAD CURRICULAR MEDICINA DEL DEPORTE Y DEPORTE ESPECÍFICO: TENIS DE PLAYA.

Lea detenidamente el material que se transcribe a continuación.
Luego de la lectura de este material, y de cualquier otro relacionado que exhorto a revisar en textos y en la web, analice su comportamiento como ciudadano en su comunidad, dentro de la cancha como deportista, en la universidad y su postura como estudiante universitario, como consumidor y como ser social y político en el contexto venezolano y mundial. Y saque cada quien sus conclusiones de por qué nos comportamos como los perfectos reptiles o mamíferos menos evolucionados ante la publicidad de una marca deportiva o equipo, ante la publicidad de un producto alimentario o de vestir, ante la propaganda política que satura a diario nuestros sentidos y ante lo que nos dicen todos los días en la universidad (aula, autoridades, compañeros, etc.). A partir de aquí, cada quién decida qué hacer con su cerebro y asumir, o no, que se está en la universidad para aprender a utilizar el neocortex y los diferentes tipos de inteligencias y ponerlos al servicio del bien de la humanidad.
El modelo del cerebro triuno no representa sino un esquema que interpreta la función de la estructura del encéfalo humano. Es una propuesta que, como todas, es incompleta e inexacta  y sujeta a la permanente revisión, pero de gran utilidad para la comprensión de lo que somos.







El Nacional                      30 de septiembre de 1989
Cara a Cara




Tenemos tres cerebros en uno: la Neocorteza, en
donde está el hemisferio derecho, el izquierdo, axones
y dendritas (pensamiento); El Límbico (centro de los
sentimientos, el placer y las emociones) y el Sistema
Reptil o R (el cerebro más primario) que puede usarse
para relajarse o contraerse, para aceptar, cambiar o no
querer cambiar. La doctora Beauport interpretó las
investigaciones científicas que hizo Paul MacLean
acerca del Cerebro Triuno, las unió con el
descubrimiento que hiciera el Premio Nobel 1981,
Roger Sperry, acerca del hemisferio derecho y nos
habla de cómo aprendiendo a enchufar (término
criollo de conectar) y desenchufar nosotros mismos
los tres sistemas, podemos ser más felices y hacer
más felices a los demás. El Triuno no nos dice el
camino pero cada quien puede guiar la enorme
energía que está en sí para que, al final, nuestro
cuerpo y nuestro entorno estén chéveres

Elaine de Beauport: El cerebro "Triuno"
MIRIAM FREILICH

Ella es altota, blanca, rubia. De sus ojos azules sale una clara luz. Su voz es suave. Habla un castellano
que aprendió hace 30 años en España y había olvidado por falta de uso y recuperó de su memoria.
Ahora que vino por tercera vez a Venezuela, lo sacó del desván. Elaine de Beauport, Cum Laude en
Relaciones Internacionales, con una maestría en Historia, doctora en Educación y con más de 1.500
horas de vuelo (léase cursos e instrucción privada en psicología y desarrollo mental), madre de Patrick,
texicólogo y gran jugador de basket y de Pierre, guitarrista y técnico responsable del sonido de las
cuerdas de los "Rolling Stones", es también "madre" de la interpretación de las investigaciones
científicas que hizo el doctor Paul MacLean, quien fuera durante muchos años jefe del Laboratorio de
la Evolución y del Comportamiento del Cerebro en el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos.

Su trabajo se basa también sobre las reveladoras investigaciones acerca las divisiones del cerebro y el
descubrimiento de la importancia del hemisferio derecho de la Neocorteza, que realizara Roger Sperry
y con el cual, él ganó el Premio Nobel de Medicina en 1981.

El Cerebro "Triuno"

 Beauport no es una "paracaidista". Llegó paso a paso. Fue maestra de niños a partir de los 2 años de
edad, así como de padres y maestros. En 1969 fundó la Escuela Mead en Connecticut y 10 años
después dio clases en una universidad y fue cuando comenzó a preparar su trabajo de enseñanza para
los adultos. Fue en ese año de 1979 cuando fundó el Instituto Mead para el "Desarrollo Humano" en
Nueva York.



En su segundo viaje a Venezuela (enero de 1989) dio el primer curso de "El cuidarse" (traducción de
Self Care) en San Antonio de los Altos, al cual asistieron algunos profesionales de la UCV, entre
ellos Irene Luzardo Zschaeck quien declaró a "Feriado" hace unos meses. En ese encuentro se habló
de la existencia de ese "Primer Cerebro" conocido como Sistema Reptil y del Límbico (que Broca
denominó "lóbulo límbico" en 1878) sobre los cuales MacLean hizo un maravilloso ensayo publicado
en 1978: Education and the Brain, Chall and Mirsky eds, University of Chicago Press.

Pero vamos por partes. Según nos explicó la doctora Beauport, el taller de Self Care "es un
reconocimiento del poder del ser humano": porque "siendo todos energía, vibramos juntos, estamos
interconectados y nos influenciamos los unos a los otros, nos guste o no". Ya lo decía el poeta y
pintor inglés William Blake a principios del siglo pasado: "La energía es la única vida y procede del
cuerpo. La energía es el último deleite". Esta cita la tomé del libro Desvestiduras que pronto publicará
en Caracas el científico/poeta Jesús Alberto León.

Si toda vida es Energía, como se desprende de las investigaciones de Einstein en la Nueva Física —
dice Elaine de Beauport— todos somos ondas de energía que se conectan entre sí. Creo que nos
hemos dedicado a apoyarnos en los procesos mentales "más altos" (la Neocorteza, es decir en los
hemisferios derecho e izquierdo) y ahora es tiempo de educar los "más bajos" (emocional o Límbico y
el complejo R o Reptil). Son nuestros cerebros emocional y reptil los que están destruyendo los logros
racionales, intuitivos y artísticos de la vida individual y aún los de la civilización.

Explica que mientras en un nivel llevamos una existencia racional, en otro nivel estamos viviendo una
existencia física rabiosa, competitiva, miedosa, hambrienta, destructiva, aburrida, impersonal y
necesitada. Los mejores proyectos que existen para los procesos mentales "más altos" no pueden tocar
nuestra existencia emocional ni las limitadas rutinas que arrastrarnos de generación en generación. 

Necesitamos un acercamiento diferente hacia nuestros cerebros y hacia nuestros procesos del pensar,
sentir y del comportamiento, si queremos llegar a los sitios donde la mayor parte de nosotros vive.

En tres palabras:
Conocernos por dentro

Las tres ruedas


     
Ya se dieron cuenta, pues, que tenemos tres estructuras cerebrales, química y físicamente diferentes.
Aprender a hacer uso de ellas puede hacer nuestra vida muy distinta.  Por ejemplo, hacemos más
libres, más exactos, más sutiles, más motivados, más amorosos, más espirituales, más poderosos, más
simples y/o más complicados. En síntesis más apropiados a todas las situaciones.

Para eso tendríamos que desarrollar los procesos mentales de manera multidimencional (plural).
Porque quien te diga que tiene "la verdad" está pelando. Según Elaine de Beauport, para poder hacer
toda esa maravilla, tendríamos que ser capaces de focalizar en o movemos hacia un proceso mental
tipo tandem (bicicleta de tres ruedas), con una apropiada dimensi6n de la realidad. Nada de pajaritos
preñados.


Los tres niveles

Hasta hace muy poco tiempo, sólo hablábamos del cerebro Neo-Cortex (hemisferio izquierdo y
derecho). El izquierdo es responsable de lo exacto, lo secuencial, racional; Análisis, especificidad
(qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué, curiosamente, es la fórmula de trabajo que utilizamos
los periodistas pero el orden de colocaci6n de esos factores es elegido por el hemisferio derecho).Este
hemisferio se encarga de la lógica, de la causa y efecto, de las relaciones exactas (blanco y negro,
pues). En cambio, el derecho —ideología aparte, por si acaso— es la visión, la imaginación, el azar,
el abierto, el del vuelo libre, de las corazonadas, del "puede ser", el de recibir, de adivinar, el del
tiempo ilimitado, de la imagen. Por eso es que los artistas son tan... buenos, tan artistas a lo mejor
Marlyn Monroe llegaba tarde a la filmaciones porque en ella probablemente dominaba este
hemisferio.

El sistema límbico (ubicado detrás de la nariz y abarca hasta los occipitales) tiene que ver con la
respiraci6n, la motivaci6n, la rabia, el amor, los estados de ánimo, el afecto, la familia (en el tálamo
está la cosa), la sexualidad, la profundidad, la oralidad, la permeabilidad, los recuerdos y la
nebulosidad (eso que la gente llama ''estar en la nebulosa"). Este es el cerebro del querer.


El templo y los cambios


El sistema reptil es el de la acción, el del "hacer". Está,
como lo señala la entrevistada en la foto de Tom Grillo, en
el tallo del cuello y domina la espina dorsal. Tiene que ver
con las rutinas, los patrones de conducta, los hábitos, los
valores, los sueños (reales, no deseos), el espacio
(territorio), los ritmos, el cuerpo, la piel, el pasado (en las
diferentes culturas antiguas se nota cómo ese cerebro
primario tiene ascendente: rituales, bailes, sonidos
repetidos, etc.), el tiempo, las generaciones, el
condicionamiento y ese saber retirarse de o moverse hacia
(eso que llaman "cuestión de piel": rechazo o atracción,
"olfato" o sexto sentido y que los reptiles usan tan
perfectamente bien).


Elaine de Beauport tenía 19 años cuando hizo un tour colegial por Europa, el Medio Oriente y la India.
Fue entonces cuando se convenció que "los templos más importantes no estaban hechos de piedra sino
de carne". Esa fue la semilla de su trabajo porque "en nuestra era, sería a nosotros mismos a quienes
tendríamos que construir, esculpir, desarrollar e interpretar la belleza".

Hablar con esta señora es nutrirse ¡qué rico! Aplicar lo que uno aprende de ella debe ser divino.
Resulta que hace 20 años, después de haber trabajado con niños, junto con otros maestros fundó la
Escuela Mead para el Desarrollo Humano:



Los niños pueden comenzar su propio camino a la edad de dos años, pueden educarse a sí mismos
por medio del intercambio y de la negociación con los maestros en vez de ser receptores pasivos.
Pueden darse cuenta que el arte, la música y el espíritu no son materias secundarias en el mundo
académico. Luego me di cuenta que los niños, por su necesidad de amor, podrían modificar su
desarrollo para estar de acuerdo con la percepción de sus padres. Los grandes cambios podrían ser un
requisito para que los adultos desarrollen y puedan experimentar en forma efectiva posibilidades más
amplias en sus propias vidas de adultos.

       (No se lo comenté, pero aquí hemos tenido ejemplos maravillosos de escuelas para padres y escuelas
experimentales para niños y adolescentes, lamentablemente contadas, que se ocupan del asunto pero de
los colegios públicos... mejor ni hablar).
     
A raíz de la creación del Instituto Mead (1379, han estudiado e investigado para conseguir las claves
que podrían liberar a los adultos a fin de que estos exploren y experimenten su propio poder y su
potencial.

 —En el pasado, estas claves se escondían en las universidades, entrenamientos espirituales, recursos
psicológicos, "insights" culturales y filosóficos. Hoy en día, ya no están escondidas, podemos
encontrarlas publicadas en todas partes. Cada nuevo aprendizaje es una promesa, señala Beauport.

Le comento que, seguramente, cambiar los patrones; el cerebro reptil no debe ser fácil pues todo
cambio "mueve el piso" y uno tiende a lo conocido. Ella con una calma envidiable, responde que a
medida que buscaba un curriculum que fuera perfecto para los adultos, característico a la escuela a la
que a todos nos gustaría asistir, encontró un problema:

—El tiempo (los adultos trabajan y quieren descansar los fines de semana) y las barreras tradicionales
de competencia (psicología vs religión vs universidad). El conflicto entre los grandes maestros que
sólo desean compartir sus propias ideas y caminos, y nosotros, los estudiantes, que nos vernos
atrapados en medio del camino.

—De esos ''castradores y castradoras" está lleno el camino del infierno... ¿Cuál es el menú de opciones
para contrarrestar a esos dictadores que tanto daño hacen a los estudiantes?

—Buscar paz interna espiritual y el deleite de existir, prestando menos atención al mundo psicológico,
emocional o de acción; sondear profundamente en la vida cotidiana y emocional, sin alejarse del
aspecto práctico, tender hacia lo religioso, la meditación, la intuición y la mística; seguir los caminos
de la acción, sin exagerar (patológicamente) en los rangos emocionales de la calidez, el amor o el
dominio emocional y espiritual.

El equilibrio perfecto... Ella habla y me acuerdo del ministro Luis Alberto Machado y su Ministerio
para el  Desarrollo de la Inteligencia. Ella lo conoció. El tema es amplísimo. Elaine es consciente de
que "no vino a descubrir" ni a "conquistar"; dice que cada quien puede adaptar el asunto de acuerdo
con sus necesidades (como decía Simón Rodríguez: inventamos o erramos). La trajo un grupo de
gente que la adora y que organizó el primer y segundo talleres y para mediados de noviembre organiza
otro.

—¿Cómo podemos hacer para no "departamentizar" nuestros tres sistemas cerebrales y no inhibir
unos y desarrollar más uno que otro? Porque nadie es perfecto...


—Podemos aprender a conectarlos. Se trata de aprender a tener una mente orquestada y es posible
porque el cerebro Triuno proporciona un código con el que podemos guiarnos para desarrollar "la
orquesta" de nuestra mente en todos los aspectos intelectuales, artístico-espirituales, psicológico
emocionales y conductuales. Podemos aprender a cambiar de uno a otro los tres componentes del
cerebro Triuno (neo-cortex, límbico y reptil). Justamente, logré —como lo decía antes-- un currículum
para adultos: ese cerebro Triuno nos proporciona un código lo suficientemente amplio como para ser
utilizado como referencia y como guía hacia una nueva etapa del desarrollo humano. Pero hay que tener
en cuenta que no se trata de aceptar o no la teoría del Cerebro Triuno u otra: es posible desarrollarnos
siendo cuidadosos y poniendo atención a los diferentes procesos mentales, incluyendo los pensamientos,
la imaginación, la intuición, los sentimientos, las emociones y los comportamientos.

Pero todavía me inquietaba la realidad, la cotidianidad. — ¿Cómo aprende el adulto? ¿Cuándo y por qué
escogemos aprender?

Elaine capta mi inquietud y responde: —Durante toda la vida la gente ha tratado de hacernos aprender
para ayudarnos: nuestros padres, nuestros maestros, jefes, sacerdotes, gurús, psiquiatras, amigos...  sin
embargo, la forma en que la mayoría de nosotros aprende y decide cuidarse a sí mismo es pasando por
una crisis. Las enfermedades, el dolor, las desilusiones amorosas y las pérdidas inesperadas, nos alejan
de la estabilidad que fue construida con tanto cuidado. En un momento dado no entendemos por qué no
nos funciona lo aprendido pero, suavemente, volvemos a empezar, aprendemos a encontrar nuevos
caminos. En estas crisis la mayoría no sólo sobrevive sino que se hace más fuerte. Además, se llega a
una percepción más amplia de la vida, se pierde la arrogancia y, de cualquier forma, hay un mayor
desarrollo.

—Por eso es que uno dice que las crisis son buenas. Venezuela está en ese rollo. Yo no la voy a meter a
usted en él, no sería delicado (funciona mi cerebro reptil) pero como esta entrevista va a ser publicada y
leída aquí, quiero comentarle que, generalmente, cuando estamos en crisis y encontramos "la tabla de
salvación" o la ayuda, nos aferramos y si eso nos falla (amigos, psiquiatras, psicoanalistas, marido,
mujer, hijos, jefe, partido u otros) nos decepcionamos y hasta podemos llegar al nihilismo (no creer en
nada ni en nadie)…

—Lo que debemos cuestionar es precisamente ese hábito de buscar continuamente seguridad en otras
personas o en aprendizajes del pasado. El aprendizaje jerárquico que una al Yo con el Experto, significa
que debemos lograr percibirnos como únicos responsables de nuestras vidas: somos responsables por la
forma en que utilizamos la información, siendo expertos o no, por nuestros pensamientos, imaginación,
sentimientos y acciones. Mi cerebro descansa sobre mis hombros, está conectado y dirige todo mi
cuerpo. Pasar por alto mi sistema cerebral para escuchar el consejo de otros, disminuye mis capacidades
propias y fortalece la dependencia. Si mi cerebro está sobre mis hombros, la solución puede y debe ser
mía, la revolución del cerebro es reconocer el poder  de nuestros cerebros y el de las otras personas.

El mensaje es fácil: alejarnos de la dependencia excesiva de nuestros maestros, padres, jefes; desarrollar
nuestro propio poder para interactuar con toda persona o cosa que consideremos adecuada. Para mejorar
(cada quien) usar la información tomando como referencia nuestros propios sistemas cerebrales.
Recórcholis... qué maravilloso suena. Sin ironía. La doctora Beauport está escribiendo un libro con toda
su interpretación de las investigaciones científicas de MacLean. Y su mensaje —por medio de la
periodista— no ha terminado:



—Para liberarnos y poder ocuparnos de nosotros debemos estar convencidos de que no estamos solos y
de que no somos egoístas. Las investigaciones demuestran que los sistemas cerebrales están en
interacción continua, compartiendo sentimientos, pensamientos e ideas entre todos los sistemas
cerebrales, por lo tanto, cuidarse es esencial tanto para mí mismo como para los demás... al ocuparme de
la calidad y del poder de mi cerebro, desarrollo una red de comunicación con un sistema de recepción y
de emisión, de increíble magnitud. Esta es la manera más efectiva que conozco de ayudarme a mí y a los
demás.

La cosa no es soplar y hacer botellas. No. El ser humano es complejo, desarrollar nuestro cerebro Triuno
debe ser bien bueno. Elaine de Beauport tiene la palabra:

 —Respetemos la integridad del ser humano mientras exploramos y exploramos nuestro potencial. El
cerebro Triuno nos proporciona el esquema a seguir en nuestras exploraciones pero no nos indica el
camino. A medida que se adentre en sus exploraciones, estoy segura de que tendrá mucho que informar.

Cada uno de nosotros es el camino. Eso dice la educadora. Pero no debemos olvidar que no vivimos
solos. Si mejoramos la calidad de vida de nosotros mismos, lo que nos rodea, de cajón, será mejor.
Ámate a ti mismo amando también a otros y acuérdate lo importante que son la solidaridad, la
colectividad, el sentido de pertenencia, la cultura, el humor, la gentileza, la educación No le echemos la
culpa a los otros de lo que somos. Somos lo que nos enseñaron a ser. Démosle la vuelta si no nos gusta.
Enchufar y desenchufar los tres sistemas de acuerdo con las necesidades. La energía positiva esta en
cada uno de nosotros, no dejemos convertirla (la que queda sana) en basura porque ya saben: muchos
gases acumulados causan explosión y huelen fó. Remember febrero...





El Nacional 
7 de octubre de 1989
Elaine de Beauport (II) / Cara a Cara
Como enchufar la mente

El sábado pasado, en esta misma sección, se trató
del "Cerebro Triuno" con la doctora
norteamericana que interpretó las investigaciones
científicas realizadas por Paul MacLean, ex jefe
del Laboratorio de la Evolución y del
Comportamiento del Cerebro en el Instituto de
Salud Mental de Estados Unidos. Ella las aplica,
fundamentalmente en la pedagogía no sólo para
que nuestros hemisferios derecho e izquierdo
(pensamiento) se pongan a millón, sino que
"enchufando" y "desenchufando" los hemisferios
del cerebro Neo-Cortex al sistema Límbico
(centro de los sentimientos y del placer) y al
sistema Reptil (cerebro primario que rige los
patrones de conducta) podemos administrar
mucho mejor las energías que están en el ser
humano. Dado el enorme interés suscitado por la
entrevista con Elaine de Beauport, ofrecemos
más información obtenida por la periodista en
ocasión de 


su encuentro con la doctora en Educación,  
Internacionalista, master en Historia quien
ha dedicado muchos años de su vida a la
práctica de transmitir en palabras muy
sencillas, su interpretación de un
maravilloso estudio que MacLean tituló:
"Un encuentro entre las mentes"

"Esto parece un folletín". Dirán algunos. Sin embargo (¿qué más folletín que la vida? El cerebro es la
computadora de carne (materia) que guía cada uno de nuestros pasos físicos y mentales. Claro, este
reportaje/entrevista (¿Cómo la etiquetaran en las Escuelas de Comunicación Social?) no está dirigido a
"especialistas" que, seguramente, conocen mucho sobre el terna. Es para "gente como uno" que no
sabe tanto de las investigaciones que durante muchos años se vienen haciendo sobre esa delicada
computadora.

Para quien no leyó la entrevista publicada el 30-9-89 debemos decir que el cerebro del ser humano está
compuesto —elementalmente— por tres sistemas: el Neo-Cortex donde se alojan el hemisferio
izquierdo y el derecho; el Límbico, que rige nuestras emociones y sentimientos y Reptil que no es otro
que el cerebro primario, responsable de los patrones de conducta, de los ritos, de les repeticiones, de
las costumbres ancestrales.





El gran descubrimiento de MacLean (quien llegó hasta cerebro Reptil e inventó el término "Cerebro
Triuno") y el de Roger Sperry (Premio Nobel 1981) acerca de la importancia del hemisferio derecho,
mas la experiencia con niños, adolescentes y padres en la Escuela Mead (Connecticut) y luego, dando
clases en la Universidad, permitieron a Elaine de Beauport, desarrollar un Curriculum para Adultos
sobre la Inteligencia Múltiple.

Es sumamente difícil complacer a los lectores que me han solicitado información acerca de cómo
hacer para conectar y desconectar los tres sistemas del Cerebro Triuno: no hay una receta común. Lo
que puedo hacer es servir de vehículo para transmitir sintéticamente, algunas de las cosas de las cuáles
hablé con la entrevistada.

El triángulo

—Por las investigaciones científicas realizadas en las últimas décadas, sabemos que los tres cerebros
se relacionan. El Neo-Cortex, el más nuevo, donde tenemos los dos hemisferios. Es el cerebro que
muchos conocen como pensamiento racional porque nos da las razones, las causas y los efectos. De
allí surge la expresión verbal y es el hemisferio izquierdo.  El derecho, es el capaz de proporcionarnos
el pensamiento visual (la imaginación y las artes); el pensamiento asociativo que nos permite hacer
conexiones al azar con personas, ideas, objetos, en el espacio, en el tiempo y en muchas dimensiones;
el pensamiento intuitivo que nos permite adivinar, presentir conocimientos que nacen con nosotros,
acerca de nuestro pasado, presente y futuro.

Justamente debajo del Neo-Cortex, en un sistema químicamente interactivo de órganos, tenemos el
Cerebro Límbico o Emocional que está relacionado con el corazón por medio del sistema involuntario.
Es capaz de amar: capaz de afectar y ser afectado por nuestra propia vida y por muchas otras vidas
alrededor nuestro; contener regiones exploradas unas e inexploradas otras, para el placer y el dolor,
productoras de químicos naturales conocidos y desconocidos; orquestar lo que llamamos el sistema
nervioso involuntario que gobierna funciones significativas y áreas del cuerpo sobre las que no
tenemos control consciente, tales como el corazón, el ombligo, la respiración y la parte baja de la
columna vertebral; tener acceso a la memoria a largo plazo; producirnos excitación sexual y ser guiado
por un sistema respiratorio todavía no completamente explorado por nosotros.

La doctora Beauport, corno buena pedagoga que es, continúa explicando el asunto después de tomar
conciencia de que sentía mucha emoción: respiró profundo, se tomó unos segundos y prosiguió:

—Aún más profundamente en el cerebro, justo encima del tallo cerebral, tenemos el "Complejo R" o
Sistema Reptil cuya "inteligencia" puede ser la más simple y la mas profunda de todos los cerebros
simplemente movernos hacia o alejarnos de eventos, actividades, personas, ideas... como respuesta
sensible a energías que tenemos en niveles muy primarios. Este "primer cerebro" es capas de canalizar
estas energías una y otra vez hasta que se vuelvan patrones primarios de comportamiento —rutas,
rutinas y, cuando se adornan con pensamientos sistemas de creencias y las artes, de convierten o
vuelven los rituales de culturas, naciones e instituciones.

La escucho y siento que se me "revuelven" los hemisferios, el Límbico y el Reptil. Pienso, conecto mi
izquierdo con mi derecho; me emociono y me comporto en esa silla de mimbre, donde estoy sentada,
como una persona a la cual se le hace un nudo en la garganta, un friíto me recorre el Plexo Solar (el
ombligo y llega hasta el coxis) y se me revuelve el ancestro. Pienso, siento e intuyo que estoy cerca de 

algo que me puede ayudar a cambiar ciertos patrones de conducta inculcados; a reafirmar otros.
Primero suspiré, después respiré rápidamente (para relajarme y seguidamente recobré mi ritmo
normal. El oxigeno me ayudo a involucrarme con lo que me decía la entrevistada. Entonces le
pregunté:

¿Cómo podemos hacer para desechar los patrones de conducta que muchas veces nos
embroman la existencia?  (Aura Sofía Díaz tuvo que "traducirle" el significado de "embroman").

— Yo creo que podemos educar este cerebro Reptil a pesar de su profundo escondrijo bajo los otros
cerebros y su firme tenacidad hacia los patrones más grabados. Podemos usar el Neo-Cortex y el
Límbico para engatusarnos a "cambiar las riberas del río", para canalizar nuestras energías hacia
nuevas rutinas y rituales que pueden servirnos mejor para nuestra evolución personal y mejorar, en
general, el deseo del ser humano.


Mirar adentro
Perdonen los lectores que personalice. Ea que supongo que le pasa a mucha gente lo mismo: resulta
que hace muchos años, una astróloga norteamericana que vivía en Caracas, me dijo —entre otras
muchas cosas importantes— que yo debía "mirar hacia adentro porque tiene mucha energía positiva
que está buscando salida". Reflexioné acerca de eso y asocié. De acuerdo a la información acerca de
los planetas que están en mis "casas", supe por ejemplo que Júpiter, Dios de la Justicia rige a mi signo
Sagitario y que mi ascendente es Virgo, regido por Mercurio, planeta de la comunicación. Comprendí,
entonces por qué tenía tanta inclinación por el periodismo, la sociología, las humanidades y el arte.

A partir de ese momento, sin tener clara conciencia  por falta de conocimientos profundos acerca de la
materia —comenzó un proceso de "mirar hacia adentro". Luego, tal vez la unión de intuición,
experiencia y sentimiento, me ayudaron a administrar la energía. Supongo que todos los seres
humanos, si tenemos oportunidad, podemos crecer.


Esta personalización viene a cuento porque Elaine de Beauport explicaba que las emociones influyen
en nuestros pensamientos sin tomar en cuenta si estos son o no adecuados y  —muy  importante—
''Este ha sido un aspecto muy delicado en la enseñanza, ya que han sido muchos los educadores que
han considerado, por largos años, que las emociones son algo totalmente separado del pensamiento".

Beauport señala:
 —Tenemos emociones y pareciera que fueran algo que nos ocurre en vez de algo que hacemos.
Decimos que pensamos pero no decimos que "emosamos". Los educadores se refieren al 'pensamiento
emocional' en forma despectiva y como algo opuesto al aspecto racional o pensamiento objetivo. En
las últimas décadas, los educadores han reconocido la importancia de las emociones en el aprendizaje
por lo que se han dado a la tarea de diseñar programas para su estudio en el aula y son los llamados
'aprendizaje afectivo' o 'educación humanista'. Sin embargo, esto resulta insuficiente ya que la base de
estos programas fue la noción de que el afecto y el pensamiento eran dos aspectos separados que
podían integrarse a través de ciertas actividades. Pero, tomando en cuenta los resultados de las últimas
investigaciones sobre el Límbico, se puede concluir que las emociones no se pueden manejar, valorar
ni estudiar como algo aparte del pensamiento o del llamado aspecto cognoscitivo.





—Entonces, el Límbico tiene mucha relación con la información que recibimos y debemos
procesar...

—El sistema Límbico sirve como estación intermedia en el flujo de información. Ninguna información
llega el Neo-Cortex si no pasa por el cerebro Límbico. Esto significa que todo lo que hemos dado en
llamar pensamiento objetivo, pensamiento cognoscitivo o pensamiento racional, se refiere a procesos
mentales que han sido filtrados a través del cerebro emocional. Si la actividad emocional del cerebro
no puede expresarse adecuadamente en el proceso mental, pueden ocurrir dos fenómenos: la atrofia de
las conexiones de las dendritas en esa sección del cerebro o la represión del estimulo y los
subsiguientes efectos somáticos. En otras palabras: toda energía que se encuentre atrapada en esta
sección del cerebro, emergerá en otra parte del organismo. Si esta energía no es procesada por el NeoCortex,
ésta
conseguirá
vías
de
escape
y
puede
provocar
dolor
y
enfermedades
sicosomáticas.



Lo anterior significa que, objetivamente, no existe la objetividad...

"La nota" natural

Beauport explica que es en el tálamo donde se localizan ciertos centros de dolor y de placer y lo asocia
a la educación.

 —Los educadores han dicho con frecuencia, que generalmente recordarnos con más facilidad lo que
es importante para nosotros. Muchos han dicho que la motivación es el aspecto clave en el
aprendizaje. Sin embargo, no sabemos con precisión por qué esto es así. Muchas veces nos ha
desalentado lo que hemos llamado 'falta de motivación' o 'falta de interés'. Parece que la razón por la
que recordamos lo que es importante para nosotros es porque esa información nos produce placer o
nos ayuda a evitar el dolor. Este dolor y  placer se evidencian en el cerebro por la presencia de dos
sustancias químicas: las encefalinas y las endorfinas. La presencia de estas sustancias — que son
producidas naturalmente por el cerebro— provocan la sensación de placer o eso que la gente llama
"notas naturales".

De hecho, parece que el funcionamiento del cerebro no depende únicamente de la presencia o ausencia
de estas sustancias químicas. También funciona como lo que los investigadores Stein v Belluzi han
llamado "una máquina para sentirse bien". Según Stein, la mitad de esta máquina busca los incentivos,
buscando la excitación, la estimulación y el interés en momentos en los cuales reina la monotonía.

El "encendedor" natural de estas emociones es la dopamina (la entrevistada señala cuáles son las
drogas equivalentes pero no las transcribo para que no nos "acusen" de " incitar a" y nos pongan
presos a mí  o al jefe del cuerpo C). La otra mitad de la máquina, busca la quietud en caso de que el
sistema haya sido sobre-estimulado u objeto de dolor, hambre extrema y otras necesidades fuertes.
Stein añade: "Después de esto, lo que uno quiere es disminuir el impulso y recibir gratificación" En
este caso el apagador natural son las encefalinas y se puede lograr el mismo efecto con otras sustancias
químicas que producen indiferencia ante los impulsos naturales.





Placer o dolor
Beauport sabe las implicaciones de la cita anterior y por eso dice:

 —Por lo menos sabemos que existe una justificación química de lo que hemos dado en llamar en
educaci6n: "motivación" o "falta de motivación". El estudiante que no logra el éxito, se aparta y
conseguirá estar satisfecho al hacerlo gracias a las endorfinas naturales que operan en los centros de
placer y de dolor. Por lo tanto, a menos que los educadores consideren que la motivación de los
estudiantes es un aspecto fundamental, los estudiantes pueden aprender desde muy pequeños, a
alejarse, sentir placer en ese aislamiento y hacer de esto una costumbre permanente. Después de cierto
tiempo, este comportamiento se verá acompañado de una respuesta químicamente placentera. Esto
quiere decir que el aspecto vital para educadores y la familia, debe ser respetar los intereses y la
motivación de todo estudiante desde la más temprana edad.


Ojo con la droga
Ella cita el libro Supermind de Bárbara Brown, investigadora en el área de retroalimentación, según la
cual "la persona que abusa de las drogas lo hace para satisfacer un aspecto que su mente no ha
aprendido a satisfacer por sí misma".

—Entonces, debemos dedicar nuestra atención al tálamo y a las sustancias químicas naturales para
conseguir algunas respuestas.

Por eso es que valen las preguntas de Beauport y su filosofía: ¿Tienen  los educadores responsabilidad
de educar para que los estudiantes puedan experimentar  motivación  propia e incluso "notas naturales"
y para que puedan controlarlas por medio de los pensamientos y las acciones? ¿De qué manera puede
afectar el conocimiento que tenemos acerca de las sustancias químicas naturales del cerebro a nuestros
sistemas de educación, tanto a nivel primario, como secundario y superior? ¿Debemos hacer un
esfuerzo para enseñarles a los niños  a controlar su mente y su cuerpo; es decir, para que puedan
responder a lo que es significativo para ellos y así evitar que en el futuro busquen sustancias químicas
artificiales para estimular el centro de placer en sus cerebros?

Y nosotros humildemente, preguntarnos:

¿Quién forma a los educadores? En el caso venezolano: ¿Cómo nos deslastramos de tanto mal
aprendizaje (cerebro Reptil)? ¿Por qué somos tan 'límbicos' con los demás y tan "neo-cortexianos"
izquierdos" en nuestras leyes (léase Congreso)? ¿Cuándo y cómo podremos enchufar el cerebro Triuno
para abrir el camino del nuevo país? ¿Qué estímulos necesitaremos para unirnos y poder "Jugarle
limpio a Venezuela?

Nota: La pituitaria (glándula central, hipófisis) es influida por el cerebro Límbico. Controla el sistema
químico del cuerpo mediante la liberación de hormonas. Es responsable de los cambios biológicos más
importantes que ocurren en la adolescencia. Y recordemos: no se puede separar, como bien decían, los
griegos, el cuerpo de la mente. Ambos deben estar sanos. El "controlador" de todo el aspecto químico
hormonal del cuerpo se localiza en el cerebro emocional.











Para conectar la orquesta Triuna
Según Elaine de Beauport

Estar dispuesto y tener la habilidad para cambiar la verdad de la razón por la
verdad de las imágenes y dejar la verdad de las imágenes para alcanzar la
verdad de la intuición, para ir de la verdad de la tristeza y la rabia y el dolor y la
herida, a la verdad de la alegría y el éxtasis de la verdad del sentimiento a la
verdad de la paz, a la verdad de nuestra rutina diaria y de nuestros rituales más
preciados y nuestros valores más profundos. Estar dispuesto a cambiar de
verdad en verdad, en respuesta a la vida
.

 ¿Cómo?
Amándose a sí mismo:
Active cada cerebro todos los días. Sea capaz de pensar, meditar, sentir y tener una rutina fisica
rítmica; conozca y sea exacto acerca de lo que lo entusiasma, reconozca y déle mérito a lo que hace
mejor; tenga un sistema de creencias suficientemente amplio para asegurar que su vida tenga
significado y conexión; desarrolle ritmos y rutinas para sus necesidades básicas de hogar, comida,
trabajo, juego, relaciones y salud; sea capaz de sentir todas las emociones y conozca cuáles puede
expresar de forma segura; conozca qué hacer con su dolor. rabia, tristeza, culpa, preocupación y temor;
cada día, preste atención y anote las situaciones de la vida que lo hacen sentir alto o bajo; sea capaz de
acceder y ampliar los momentos supremos y conozca la forma de entender los momentos malos como
mensajes significados

Amando a otros:
Aprenda como conectarse y desconectarse, pero sin separarse; aprenda a llegar a acuerdos (sea capaz
de especificar y verificar); aprenda a apreciar (sea capaz de ver conexiones entre los demás y usted) y
aprenda a establecer empatías, cuidados, amor y compasión (sea capaz de ser afectado)




Cerebro Triuno e Inteligencia Emocional.
   Nuestro cerebro tiene un gran potencial de aprendizaje, que exige la aplicación de lo aprendido,  y la utilización de habilidades y competencias tanto personales, como sociales y profesionales para el logro de nuestros objetivos, por lo tanto, se hace necesario prestar atención no sólo a la dimensión cognitiva, sino también a la dimensión emocional de la persona, la cual debe ser educada para que las emociones y los sentimientos afloren convirtiéndose en apoyo, estimulo y guía para la vida.
   Partiendo de esta premisa, se narra de una manera sucinta e interesante, la función de nuestro cerebro desde una teoría neurocientífica, dando a conocer los estudios realizados sobre Cerebro Triuno e Inteligencia Emocional.    
   Paul McLean, (1978-1990). Creador del modelo del cerebro triuno, a partir de estudios fisiológicos realizados con animales, descubre  tres estructuras o sistemas cerebrales: reptil o básico, límbico y neocortex; que actúan de manera integrada aunque cada uno es distinto en su estructura física y química, procesan la información que reciben según su propia modalidad y originan el funcionamiento cerebral, al igual que su estructura y capacidades; siendo estas responsables del comportamiento humano.
    Se resumen a continuación en orden evolutivo:

EL REPTIL O REPTILIANO: Es la parte más primitiva de nuestro cerebro. 
Regula las funciones de supervivencia, las funciones básicas y el instinto.
*  Es el responsable de la relación con el entorno.
* No está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo asi lo de demanda.

EL CEREBRO LÍMBICO: Es responsable de las emociones, los recuerdos y las reacciones anímicas.
*  Está asociado a la capacidad de sentir y desear.
* Su función principal es la de controlar la vida emotiva, lo cual incluye los sentimirntos, la regulación endocrina, el dolor y el placer. 

EL CEREBRO NEOCÓRTEX: Es la corteza donde se unen los dos hemisferios, genera el racionamiento y modula el área emocional.
*  Está directamente relacionado con el proceso racional de entendimiento y de ANÁLISIS.
*  Es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. 
* Está estructurado por el hemisferio izquierdo (razonamiento lógico, análisis, síntesis y descomposición de un todo en sus partes) y el hemisferio derecho (procesos asociativos, imaginativos y creativos).

   Cabe destacar que estas tres estructuras o sistemas cerebrales, están asociadas a múltiples inteligencias. A cada cerebro se le otorgan funciones, denominadas inteligencias.
     El modelo del Cerebro Triuno propone que existen 10 tipos de inteligencias distintas y a su vez complementarias, que le permiten al ser humano realizar las maravillas que hace.
     A continuación se describe en forma general  las inteligencias correspondientes a los tres cerebros: el Sistema Neocortical, al Sistema Límbico y al Sistema Básico:

LAS INTELIGENCIAS MENTALES DEL SISTEMA NEOCORTICAL
La Inteligencia Racional: Es el proceso por el cual percibimos información por medio de conexiones secuenciales destacando las razones lógicas, la causa y el efecto.
La Inteligencia Asociativa: Es el proceso que nos permite percibir información por medio de conexiones al azar. Es yuxtaponer o asociar información.
La Inteligencia Espacial Visual y Auditiva: Es el proceso de percibir en imágenes y/o en sonidos.
*  La Inteligencia Intuitiva: Es el conocimiento directo sin el uso de la razón. Es conocer desde adentro.
LAS INTELIGENCIAS EMOCIONALES  DEL SISTEMA LÍMBICO
La Inteligencia Afectiva: Es el proceso de dejarnos afectar por algo o alguien; es desarrollar la habilidad de acercamiento a una persona, lugar, cosa o idea.
La Inteligencia de los Estados de Ánimo: Es la capacidad de entrar y salir de distintos estados de ánimo que van desde un rango de placer hasta el d dolor
La Inteligencia Motivacional: Es la capacidad de reconocer lo que queremos y lo que más nos emociona y poder guiar nuestra vida en relación con nuestro querer y desear. Es saber qué nos mueve a la acción.
LAS INTELIGENCIAS DEL COMPORTAMIENTO  DEL SISTEMA BÁSICO
La Inteligencia Básica: Es la capacidad de movernos hacia algo o alejarnos de ello. Es ser capaz de imitar y/o de inhibir algo o alguien que esté a nuestro alrededor.
La Inteligencia de los Patrones: Es la capacidad de concientizar las huellas que condicionan un nuestro comportamiento y desarrollo, aceptándolas o cambiándolas.
La inteligencia de los Parámetros: Es la capacidad de reconocer, transformar y extender los ritmos, rutinas o rituales de la vida.
   
   Partiendo de las grandes investigaciones referidas a la evolución del cerebro humano, donde demuestran que la mayor parte de nuestra inteligencia se basa en procedimientos rutinarios o de simple obediencia a reglas elementales, se le da cabida a la parte sentimental y emocional del individuo a través de los estudios realizados por Goleman (1995) quien basado en la inteligencia emocional, afirma que es la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y en otros, siendo hábil para manejarlos y controlarlos al interactuar con otros.
   A continuación:

LAS CINCO COMPETENCIAS  DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Autoconocimiento: Habilidad de reconocer y entender sus emociones, estado de ánimo e impulsos, así como su efecto en los demás.
CARACTERISTICAS:
Confianza en sí mismo.
*   Autoevaluación, realista.
Sentido del humor,  autocrítico.

Autorregulación: Habilidad para controlar o redirigir impulsos y estados de ánimo. Propensión a eliminar los juicios, piensa antes de actuar.
CARACTERISTICAS:
Confiabilidad e integridad.
*   Conformidad con la ambigüedad.
Apertura al cambio.

Motivación: Pasión para trabajar por razones que van más allá del dinero y el status
Propensión a lograr metas con energía y persistencia.
CARACTERISTICAS:
Fuerte impulso hacia el logro.
Optimismo incluso frente al fracaso.
Compromiso organizacional.

Empatía: Habilidad para entender la apariencia emocional de los temas. Habilidad para tratar a las personas de acuerdo con sus reacciones emocionales
CARACTERISTICAS:
Capacidad para fomentar y retener el talento.
Sensibilidad intercultural.
Servicio a clientes y consumidores.

Habilidades Sociales: Pericia en el manejo y construcción de redes de relaciones
Habilidad para encontrar un espacio común y constituir simpatía.
CARACTERISTICAS:
Efectividad en liderar el cambio.
*   Habilidad para persuadir.
Pericia en liderar y construir equipos.
     
   A partir de esta toma de conciencia de las emociones y capacidades, el hombre se plantea objetivos y planifica acciones para llevarlos a cabo, Howard Gardner (1983), plantea que existen varias clases de inteligencia y al uso adecuado de todas ellas le denomino inteligencias múltiples.  
  
LOS TIPOS DE INTELIGENCIAS IDENTIFICADOS POR GARDNER SON:

Inteligencia Verbal/ Lingüística: Se refiere al uso del lenguaje en forma eficaz. Mayormente la desarrollan los poetas, autores, oradores, abogados, vendedores y escritores.

Inteligencia Lógico – Matemática: Es el razonamiento asertivo de uso de la habilidad numérica. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio izquierdo. Las personas que la usan para trabajar son contadores, administradores, científicos, programadores de computación, matemáticos y detectives.

Inteligencia Espacial: Es la percepción a través del sentido de la vista para la creación artística. Allí encontramos ubicados a decoradores, diseñadores, marineros, ingenieros, cirujanos,  y arquitectos.

Inteligencia Musical: Es la capacidad de discriminar los sonidos y notas musicales. Aquí encontramos a los músicos, compositores, directores de orquesta y cantantes.

Inteligencia Corporal – Cinestésica: Trata de la competencia a nivel del lenguaje corporal.
La demostramos cuando unimos cuerpo y mente para lograr un rendimiento físico completo. Usando el cuerpo para comunicar pensando en movimientos, gestos y lenguaje corporal como los atletas, bailarines, médicos, carpinteros y gimnastas.

Inteligencia Interpersonal: Es el tener conciencia de las debilidades y convertirlas en fortalezas, para así tener mayor control y ejercer influencia en los demás. Aquí se incluyen políticos, vendedores, terapeutas, profesores, y asistentes sociales.

Inteligencia Intrapersonal: Tiene que ver con las emociones y su relación con las habilidades y destrezas, a fin de lograr el autoconocimiento y autocontrol. En esta categoría encontramos: teólogos, filósofos, psicólogos y psiquiatras.

Inteligencia Naturalista: Se refiere al uso consiente del medio ambiente para experimentación y conservación. Se manifiesta cuando tenemos una aguda admiración por el mundo (flora - fauna) y los fenómenos naturales, clasificando, relacionando y diferenciándolos como los botánicos, ecologistas, biólogos y zootecnistas.
   
   La teoría del Cerebro Triuno explica el comportamiento humano desde una perspectiva integral y holístico, donde el pensar, sentir y actuar se compenetran en un todo que influye en el desempeño de las personas, tanto en lo personal y laboral, como en lo profesional y social.
    La capacidad de reconocer los sentimientos propios y el de los demás,  contribuyen a manejar mejor nuestras emociones, favorecen las relaciones con nuestros pares, fortalecen la comunicación, base y principio de las relaciones que cada día establecemos. Los aportes de la teoría de la inteligencia emocional, conjuntamente con el conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro triuno otorgan una visión enriquecedora de sí mismo y de nuestro entorno.
    Es por ello que a través del uso de estas múltiples inteligencias, las personas puedan aprovechar al máximo toda su capacidad cerebral, para ello los docentes debemos crear espacios de aprendizaje variados que faciliten el desarrollo de los tres cerebros. Del mismo modo, el currículo debe girar alrededor de experiencias reales, significativas e integradoras; desarrollar estrategias de enseñanza-aprendizaje integradas, variadas, articuladas, que involucren los tres cerebros; el clima psico-afectivo en los diferentes escenarios de aprendizaje, debe ser agradable, armónico y cálido, proporcionando una óptima interacción en el aula de clase, o en el ambiente que se esté impartiendo el aprendizaje, (docente-estudiante, estudiante-estudiante, docente-comunidad) para lograr resultados significativos.
Neurociencia, cerebro triuno, inteligencias múltiples y dinámicas del pensamiento
Nota sobre los autores:
El escrito que a continuación se presenta, es el resultado de un trabajo colaborativo hecho por mi persona conjuntamente con los siguientes compañeros del postgrado:

Figuera Jennifer (jcfo1710@gmail.com)
Gómez Saiby (sai_ucv@yahoo.es)
Fernández José Luís (joselotefernandez@gmail.com)
Hernández U. Gabriel A (gahu_85@hotmail.com)

Los estudios sobre el cerebro se remontan a más desde 5000 años, donde los médicos del antiguo Egipto conocían muy bien diferentes síntomas de lesiones cerebrales. No obstante, para esa época se consideraba que la memoria y la sede del alma era el corazón. Esta concepción se mantuvo hasta en la antigua Grecia donde Hipócrates, conocido como el padre de la medicina oriental, manifestó que el cerebro no solo participaba en las sensaciones sino que era la sede de la inteligencia. Por otra parte, Aristóteles propuso que el cerebro era el radiador para enfriar la sangre sobrecalentada por el corazón, por lo tanto y de acuerdo a esta creencia, el temperamento racional de los seres humanos se explica por la capacidad de refrigeración de cerebro.

El médico y escritor griego Galeano (130-200 a.C) adoptó la visión de Hipócrates sobre las funciones cerebrales. Por medio de diferentes disecciones, Galeano trato de deducir la funciones del cerebro de acuerdo a su estructura, proponiendo que el cerebro debía ser el receptor de las sensaciones y el cerebelo el emisor de las ordenes a los músculos. Este concepto prevaleció casi 1500 años, siendo reforzada su teoría por Versalius (1514-1564) y dándoles aportes sobre el detalles de las estructuras del cerebro. Entre el siglo XVIII y XIX se realizaron avances significativos que permitieron una mejor comprensión del sistema nervioso, proporcionando de este modo una base sólida en la cual se apoya la neurociencia del siglo XX. Algunos de estos avances fueron:

·         Entre 1772 y 1775, John Walsh demostró que la electricidad parecía estar implicada en la fisiología animal; sin embargo, este autor no pudo explicar cómo la electricidad se podría almacenar en los tejidos.
·         En 1791, los trabajos de Luigi Galvani proporcionaron evidencias experimentales acerca de la implicación de la electricidad en la función neuromuscular. De acuerdo con su teoría, existe un desequilibrio entre el interior y el exterior de las fibras musculares, siendo una fibra nerviosa la que penetra en éstas permitiendo el flujo eléctrico entre los dos compartimentos.
·         A finales de siglo, los trabajos de Galvani y el biólogo alemán Emil du Bois-Reymond habían puesto de manifiesto que la estimulación de un nervio permitía inducir el movimiento de los músculos. Por lo tanto, se llegó a la conclusión que el cerebro podía generar electricidad. No obstante, una de las preguntas que se plantearon en el momento fue si las señales que llegan hasta los músculos y que causan el movimiento utilizan las mismas vías que las que registran las sensaciones.
·         A principios del siglo XIX el físico escocés Charles Bell y el fisiólogo francés François Magendi intentaron dar respuesta a esta cuestión, al asomar la posibilidad de que las dos raíces espinales transmitieran la información en direcciones diferentes, demostrando que la sección de la raíz ventral provocaba parálisis muscular.
·         Por su parte, Magendi pudo demostrar que las raíces dorsales transmitían la información sensorial hasta la médula espinal.
·         A finales de siglo, los fisiólogos alemanes Gustav Theodor Fritsch y Eduard Hitzig estimularon partes concretas del cerebro de un perro, observando que esta estimulación provocaba la contracción de músculos específicos en la parte opuesta del cuerpo del animal.
·         Por otro lado, otra de las aportaciones destacadas de este siglo fue el estudio de la localización de diferentes funciones en partes anatómicamente diferenciadas del cerebro. En 1823, el fisiólogo francés Jean-Pierre-Marie Flourens puso de manifiesto que el cerebelo tenía un papel muy importante en la coordinación motora, sugiriendo que, en última instancia, las funciones cognitivas son propiedades globales que provienen de la actividad integrada de todo el cerebro y no de regiones específicas anatómicamente diferenciadas.
·         No obstante, el austríaco Franz Joseph Gall se inclinó por la idea de que el cerebro estaba compuesto de partes especializadas. La percepción, la emoción y el lenguaje se podían localizar en diferentes sistemas neurales.
·         Por su parte, a mediados de siglo, el cirujano francés Pierre Paul Broca argumentó que el lenguaje, una de las funciones que nos distinguen de otras especies, no es una propiedad procedente del funcionamiento global del cerebro, sino que se puede circunscribirse a regiones cerebrales específicas. Broca presentó a un paciente que podía entender el lenguaje pero no podía hablar. A la muerte del paciente (1861) examinó su cerebro y observó que sólo una pequeña porción de tejido parecía dañada; esta lesión se localizaba únicamente en el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo.

A pesar de que los estudios sobre el cerebro son casi tan antiguos como la ciencia misma, tal y como se puede desprender de lo expuesto hasta el momento, siendo abordado desde diferentes disciplinas: medicina, biología, psicología, física, química y matemáticas, el término neurociencia es relativamente joven. Este campo de estudio, brevemente definido por Mora y Sanguinetti (1994) como la disciplina que estudia el desarrollo, estructura, función, farmacología y patología del sistema nervioso, fue introducido en la lengua inglesa como término (neuroscience) entre finales de la década de los 60’s y principios de los 70’s. Por ello, de acuerdo con la opinión de Jones y Nutton (En: Mora y Sanguinetti, 1994), se puede afirmar que la neurociencia como tal es un fenómeno que se inscribe fundamentalmente en el siglo XX, a pesar de sus profundas raíces dentro del campo del conocimiento biomédico.

La revolución de la neurociencia surgió cuando se produjo un cambio de paradigma, a raíz del cual resultó evidente que la manera más eficaz de comprender la forma en que funciona el cerebro procedía desde una mirada interdisciplinaria (Bear, Connors y Paradiso, 1998), trasladándose el estudio del cerebro desde una posición periférica dentro de las ciencias biológicas y psicológicas para convertirse en el eje central de cada una de estas disciplinas. Este cambio tuvo lugar principalmente debido a que el estudio del cerebro se incorporó en un marco general de conocimiento que contaba con los avances de la biología celular y molecular, así como el surgimiento de la psicología como disciplina científica. Dentro de esta nueva línea, el alcance de la neurociencia fue capaz de abarcar desde el estudio de los genes y de las moléculas hasta la cognición y la propia mente del individuo.

Aun así, en nuestros tiempos el cerebro y el sistema nervioso en general representa un gran desafío, pero a la vez es fuente de un gran interés por parte de la comunidad científica como consecuencia de que la ciencia y el método científico en general, se fundamentan en lo perceptible a través de nuestros sentidos y más específicamente cómo funciona nuestro cerebro en tanto órgano que se ocupa de interpretar la información que recibimos del ambiente. De acuerdo con Bear, Connors y Paradiso (1998), la neurociencia fundamenta su aproximación científica a su objeto de estudio a partir de un método que consta de los siguientes cuatro pasos:

1.       Observación: este paso tiene que ver con la comprobación de hipótesis establecidas por el investigador a partir del diseño de experimentos que lo pueden llevar a negar o no la hipótesis establecida, y llegar a una conclusión esperada, o descubrir algo totalmente diferente e inesperado.
2.       Reproducción: los resultados de lo observado por el investigador deben poder ser reproducidos por otros científicos en otros ambientes, por lo que lo que se busca es el establecimiento de experimentos lo suficientemente claros y específicos como para que puedan ser reproducibles por otros investigadores.
3.       Interpretación: a pesar de que los investigadores deben generar experimentos lo suficientemente definidos como para que puedan ser reproducidos por otros investigadores en otros lugares y tiempos, es importante destacar que el investigador debe brindar una interpretación con respecto a esos datos que dependerá básicamente de sus concepciones teóricas y en general, de su formación tanto académica como personal.
4.       Verificación: la verificación será lo que permitirá el establecimiento de hechos científicos, por lo que el observador original, deberá dejar la mayor cantidad de detalles en cuanto a las variables tanto controlables como no controlables que formaron parte de la investigación, permitiendo que las interpretaciones puedan ser confirmadas o refutadas y por ende, se puedan establecer hechos científicos relativamente estables.

Esto, sin duda alguna, marca una diferencia en cuanto a la forma de entender la ciencia, pues a pesar de que se investiga sobre el cerebro con el objeto de dilucidar cómo funciona y a partir de allí explicar cómo funcionamos y por ende acercarnos mejor a quienes somos, no se aspira a construir verdades universales, en tanto que los científicos están conscientes de que una serie de variables psicológicas, biológicas, históricas y sociales, algunas veces controlables y otras veces no, intervienen en su funcionamiento. Como consecuencia, los resultados de un experimento pueden ser validos en un contexto espacio-temporal determinado, más no en otro. Finalmente, la revisión bibliográfica emprendida permite afirmar, a grandes rasgos, que los objetivos de la neurociencia están relacionados con:

1.       Describir la organización y funcionamiento del sistema nervioso, particularmente del cerebro humano.
2.       Determinar cómo el cerebro se formó en la evolución y cómo se "construye" durante el desarrollo infantil.
3.       Encontrar medios para prevenir y curar enfermedades neurológicas y aquellas enfermedades psiquiátricas que tienen base orgánica.

El Cerebro desde la Neurociencia

El cerebro es un órgano de consistencia semisólida que se adapta a la forma de su contenedor, que es el cráneo. Tiene forma ovoide, con la extremidad posterior más ancha. Pesa alrededor de 1400 grs. en el hombre y 1200 grs. en la mujer. El cerebro ocupa la parte antero superior del encéfalo, casi la totalidad de la caja craneal, su parte superior (convexidad del cerebro), se corresponde con la bóveda craneal, y su parte inferior (base del cerebro) con el compartimiento anterior y medio de la base del cráneo (Giménez-Amaya y Murillo, 2007). El encéfalo se protege del medio externo por medio de tres barreras: cráneo que es la principal barrera en contra del trauma físico, las meninges y el LCR. Las características y datos del cerebro humano son sencillamente excepcionales, aparentemente increíbles y casi imposibles de imaginar. Algunos de ellos, tomados de Eccles (1973) y Hainer (1968), son:

·         El cerebro representa sólo el 2% del peso del cuerpo, pero consume el 20% de su energía.
·         Está conformado por unos 10 a 15 mil millones de neuronas, las cuales se interconectan con otras por un número de sinapsis que va de varios centenares a más de 20.000.
·         El tiempo de activación entre dos sinapsis es inferior a un milisegundo.
·         Una estimación moderada de la frecuencia de impulsos entre los dos hemisferios supera los 4000 millones por segundo, llegando el no consciente de uno a diez millones de bits por segundo.
·         Toda experiencia sensorial es registrada en el aparato neuronal y posteriormente podría ser evocada, si se dan las condiciones y estímulos propicios.
·         Aparentemente, el cerebro utiliza el principio holográfico para el almacenamiento de información, de modo que, registrando únicamente una sección del evento o experiencia, puede emular la totalidad.

Szentágothai (1975), basándose en extensos estudios microestructurales, ha desarrollado la idea según la cual tanto en la estructura como en la función de todas las áreas de la corteza cerebral se componen de unas 10.000 neuronas de diferentes tipos, especialmente excitadoras e inhibidoras, y toda la maquinaria neuronal de la corteza cerebral humana posee de uno a dos millones de módulos o engramas. Tienen un sistema propio de generar energía interna, asegurando la delimitación del entorno mediante su acción inhibidora sobre los módulos adyacentes, de modo que cada módulo puede actuar sobre cientos de otros, recibiendo a su vez la acción de ellos.

Entre las muchas realidades importantes en el funcionamiento del cerebro, hay un hecho sumamente relevante que conviene subrayar: las vías de los órganos receptores que van al cerebro nunca son directas, sino que siempre hay conexiones sinápticas de una neurona a otra. Una neurona sólo lleva el "mensaje" de un extremo al otro de su axón. Por lo tanto, cada uno de estos estadios da cierta oportunidad de modificar la codificación del "mensaje" procedente de los receptores sensoriales.

Todos creemos vivir directamente inmersos en el mundo que nos rodea, sentir sus objetos y acontecimientos con precisión y vivir en el mundo real y ordinario. Afirmo que todo eso no es más que una ilusión perceptiva, dado que todos nosotros nos enfrentamos al mundo desde un cerebro que se halla conectado con lo que está 'ahí fuera' a través de unos cuantos millones de frágiles fibras nerviosas sensoriales. Esos son nuestros únicos canales de información, nuestras líneas vitales con la realidad. Estas fibras nerviosas sensoriales no son registradores de alta fidelidad, dado que acentúan ciertas características del estímulo, mientras que desprecian otras. La neurona central es un contador de historias, por lo que respecta a las fibras nerviosas aferentes, y nunca resulta completamente fiable, permitiendo distorsiones de cualidad y de medida en una relación espacial forzada aunque isomórfica entre 'fuera' y 'dentro'. La sensación es una abstracción, no una réplica, del mundo real (Mountcastle, 1975: s/p).

El pensamiento moderno y la Neurociencia

Para dilucidar esta relación debe mantenerse presente aspectos que fueron señalados anteriormente, como el hecho de que durante las últimas décadas del siglo XX el estudio del cerebro en las ciencias biológicas y psicológicas pasó de una posición periférica a ocupar una posición central. Pero, ¿Qué es lo que ha permitido la gradual incorporación de la neurociencia en el núcleo central de la biología y su posterior alineación con la psicología? Autores como Kandel y Squire defienden que el surgimiento de la neurociencia celular y molecular, por una parte, y el fortalecimiento de la psicología científica, por otra, ha permitido la ruptura de muchas barreras teóricas, conceptuales e incluso metodológicas para poder, finalmente, abordar el estudio de la mente y del cerebro desde el núcleo de ambas disciplinas.

En lo referente a la biología, a principios del siglo XX resultaba una tarea ardua el intentar comprender cómo el cerebro se desarrolla y es capaz de percibir, pensar, realizar movimientos e incluso recordar la información previamente aprendida. Paulatinamente, la neurociencia ha ayudado a entender el sistema nervioso como un sistema que está bajo el control de diferentes procesos biológicos universales, cuyo estudio es fácilmente abordable por el conocimiento de la tradición biológica.

Respecto a la psicología, a comienzos del siglo XX parecía muy pretencioso y reduccionista intentar abarcar los procesos mentales desde una concepción puramente neural. No obstante, el desarrollo de diversos trabajos de la década de los 50’s y de los 60’s, así como la aparición de técnicas que permitían el estudio del cerebro humano bajo diferentes condiciones sensoriales y cognitivas, han mostrado que a través de la exploración del sistema nervioso se puede llegar a conocer los procesos cognitivos que intervienen entre estímulos y respuestas.

Así, en los últimos años se ha ido vislumbrando una compleja amalgama de relaciones teóricas y metodológicas entre los diferentes campos que han contribuido, con una perspectiva interdisciplinaria, a potenciar el estudio científico del sistema nervioso y sus implicaciones. A veces, puede resultar difícil distinguir el límite entre las contribuciones y los objetos de estas disciplinas. De este modo, en los últimos años han ido surgiendo cantidades importantes de trabajos enmarcados dentro del campo de la neurociencia cognitiva, delimitándose como una disciplina nueva claramente diferenciada del resto de las aproximaciones científicas existentes.

Partiendo de esta conceptualización, se puede asumir que la diferencia más importante que puede establecerse, dentro de esta nueva perspectiva de estudio y sus diferentes aproximaciones, es el nivel de análisis que se utiliza. De este modo, algunas líneas de pensamiento sugieren que la neurociencia cognitiva utiliza un nivel de análisis más holístico. El análisis exhaustivo de los procesos mentales a través del estudio de las neuronas, de los circuitos y de los sistemas cerebrales ha proporcionado nuevos modelos que han servido para guiar el trabajo experimental, tanto en biología como en psicología.

Algunos autores –como Kandel y Squire- sugieren que para que la neurociencia pueda solventar los problemas abordados por las ciencias biológicas y psicológicas se necesitarán nuevas aproximaciones moleculares y celulares y su uso en conjunción con los sistemas conductuales y cognitivos. De esta manera, seremos capaces de relacionar determinados sucesos moleculares y cambios específicos en el interior de las neuronas con procesos mentales como la percepción, la memoria, el pensamiento o, incluso, la conciencia, según expresan. Así, esta relación entre pensamiento y neurociencia implicaría, según su opinión, un acercamiento biopsicológico a la neurociencia, lo cual potenciaría un enfoque biológico del estudio de la psicología, y no al revés, es decir, una perspectiva psicológica del estudio de la biología.

Cerebro Triuno

En este contexto histórico en el que el físico y neurocientífico norteamericano Paul McLean (1913-2007), considerado uno de los grandes científicos del siglo XX y pionero en el área de la neurociencia, propone la teoría del cerebro triuno. Esta teoría propone que el cerebro del ser humano está constituido por tres sistemas o sub-cerebros compuestos a su vez por un conjunto de estructuras neuronales: el reptilino, el sistema límbico y la neocorteza. MacLean (En: Beauport y Díaz: 1998) afirma que estos sistemas son radicalmente diferentes en cuanto a química y estructura, constituyendo “una jerarquía de tres cerebros en uno”, cada uno de los cuales posee una inteligencia especial, su subjetividad, su propia percepción de tiempo y espacio, su propia memoria, etc.

Dentro de todas estas estructuras mentales se encuentran inteligencias, las cuales pueden ser aprendidas y aplicadas tal como los procesos de racionalidad. La relación entre estos cerebros implica que el todo es más que la suma de sus partes, ya que las relaciones de estos permiten guiarnos a la plenitud de la conciencia humana. La estructura del cerebro triuno es comparable la forma de capas de una cebolla, ya que cada uno de estos se superpone al otro, dando como resultado un órgano que física, química, y biológicamente es tres en uno:

·         En la región inferior de la cabeza, alrededor de una estructura llamada "tallo cerebral" se encuentra un antiguo mecanismo neural que los seres humanos comparten con los reptiles. Por eso se le llama reptil, instintivo ó básico, ya que es allí donde se asientan y ejecutan los programas básicos de la vida: los instintos y pulsiones, los cuales cuidan de la supervivencia física.
·         Rodeando esa área, hay una capa superior que forma el "sistema límbico", el cual comparten en mayor o menor medida los mamíferos, que es donde se asienta la afectividad, rituales, juegos, etc., cuidando de la supervivencia social.
·         Por encima y alrededor del sistema límbico está la última capa denominada "neocorteza", que comparten seres humanos, chimpancés y delfines, siendo éste el asiento del pensamiento. Está formada por los hemisferios izquierdo y derecho, y cumple con la función de pensar, imaginar, crear, anticipar y mantener la conciencia alerta.

Cerebro Reptil

Constituye un mecanismo neuronal, el más antiguo del cerebro, que ejecuta los programas básicos de la vida y es típico de los reptiles. Es un sustrato donde se ubican los instintos y los cambios psicológicos necesarios para asegurar la supervivencia y en consecuencia la subsistencia de la especie, tales como: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, de protección. Adicionalmente, controla mecanismos fundamentales como la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. El cerebro básico posee una estructura relativamente sencilla y muy arcaica, funciona sobre la base de conductas estereotipadas y repetitivas.

Las conductas del sistema "reptil" son difíciles de modificar porque son pre-programadas, inconscientes y automáticas. El Individuo nace con ellas. Sólo una capacidad de razonamiento bien desarrollada puede analizar, asumir responsablemente las conductas del sistema "reptil" y sus consecuencias. Esta parte del cerebro está formada por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular. Este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar cuando el estado del organismo así lo demanda. Algunos autores han determinado seis formas generales de comportamiento asociadas con el cerebro reptil: rutinización, imitación, comportamiento básico o tropismo, repetición, actuar de nuevo y engañar.

Con respecto a la imitación plantean que es la habilidad que tenemos de emitir una conducta o ejecutar un comportamiento visto en otra persona considerada exitosa a fin de alcanzar dicho éxito, motivo por el cual, esta característica está íntimamente relacionada con la necesidad básica de los humanos de ser aceptados por otros, y así poder pertenecer a un grupo social con lo que se aumentan las probabilidades de autopreservación.

Por otro lado, el comportamiento innato tiene que ver con la respuesta incontrolada que emite una persona ante un determinado estímulo, y está determinada por “huellas” que no son más que los recuerdos de una persona o de un momento o momentos determinados en la vida del individuo que lo marcan de por vida (Beauport y Díaz, 1987). En este mismo orden, la decepción o comportamiento engañoso resulta un comportamiento básico y fundamental para la sobrevivencia en tanto le permite al individuo aplicar las estrategias adecuadas para alcanzar una meta determinada de la misma manera que un jugador de cualquier deporte engaña al del equipo contrario, o los ejércitos en la guerra cuando utilizan estrategias de engaño para confundir al enemigo a fin de ganar en tiempo y espacio o cumplir con las metas requeridas para alcanzar la victoria.

En cuanto a las rutinas, consideradas simplemente como actividades o el conjunto de ellas que un ser vivo ejecuta de manera constante, resultando en algunas ocasiones importantes y en otras fundamentales para la supervivencia. En síntesis se puede decir que el cerebro reptil es el que se ocupa de generar patrones de comportamiento afines con estadios de confort, en los cuales el ser humano pueda desenvolverse de manera cómoda y constante. Por este motivo, el establecimiento de rutinas, los comportamientos innatos, la repetición y la reconstrucción, considerados inconscientes en tanto su establecimiento no necesariamente tiene que ver con aspectos razonables, son los comportamientos que en mayor medida nos acercan al resto de los animales con los que compartimos el mundo.

Cerebro Límbico

En un nivel superior de evolución se encuentra el llamado cerebro límbico. Este cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en los mamíferos. Se ubica físicamente encima del reptil, específicamente alrededor de la frontera o borde entre el telencéfalo y el diencéfalo, de ahí el término límbico, en latín limbus que significa “borde”. Permite al mamífero un desarrollo sentimental que opera, fundamentalmente, desde la estructura conocida como la Amígdala, y es ello lo que les permite establecer relaciones de mayor fidelidad que los reptiles. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc.

Puede ser considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro de las metas. El desbalance de dicho sistema conduce a estados agresivos, depresiones severas y pérdida de la memoria, entre otras enfermedades. La investigación en esta área parece apoyar la noción de que toda la información que penetra al organismo es supervisada y controlada por el sistema límbico que trabaja en sintonía con el reptil, lo cual constituye una función vital para la sobrevivencia. Este segundo cerebro, es el que permite sentir. Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado en el presente (aprender, memoria).

En relación con las emociones se puede considerar como sumamente pertinente el planteamiento de Beauport y Díaz (1987), para quienes el conocimiento de su importancia permite concederles un estatus que anteriormente era otorgado solamente a los pensamientos y las acciones. Pero las emociones son constructos mentales no racionales en tanto que no son el resultado de una construcción lógica, y al igual que el cerebro reptil puede determinar una decisión en una situación extrema y ser correcta a pesar de una apariencia inconsistente y/o irracional.

Neo-corteza

Los mamíferos modernos, los primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los sentimientos, manejan un proceso de mayor entendimiento, que está directamente relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral, donde se encuentra uno de los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala evolutiva. La ciencia ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y el desarrollo social. Hay en los primates una correspondencia directa entre los dos aspectos, de manera tal que a mayor desarrollo de la corteza cerebral en las especies de primates, mayor desarrollo social: sociedades más complejas y organizadas.

Los humanos poseen un cerebro mucho más especializado que los primates, por lo cual, además de sentimientos, manejan un proceso racional de entendimiento y de análisis, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos, directamente relacionado con las partes más especializadas de la neo-corteza, específicamente su región frontal, que les permite adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas, tecnologías y lo más importante: conocer el universo.

El Sistema Neocortical o neo-corteza es el lugar donde se llevan a cabo los procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho aunque existe otra división que no excluye la teoría de los hemisferios y que se fundamenta en la existencia de lóbulos (frontal, parietal, occipital y temporal). Empero, indistintamente de la división que se utilice, la intención de hacerlo es la de establecer qué zona específica del cerebro se ocupa de qué actividad, siendo Gall y Broca los pioneros en el establecimiento de estos criterios en el siglo XIX. De acuerdo a ello se considera, por ejemplo, que el hemisferio izquierdo es el encargado de todos los procesos mentales relacionados con los aspectos lógico-racionales de la vida, mientras que el derecho está más bien dedicado a los aspectos creativos y artísticos.

El hemisferio izquierdo, que es consciente, realiza todas las funciones que requieren un pensamiento analítico, elementalista y atomista; su modo de operar es lineal, sucesivo y secuencial en el tiempo, en el sentido de que va paso a paso; recibe la información dato a dato, la procesa en forma lógica, discursiva, causal y sistemática y razona verbal y matemáticamente, al estilo de una computadora donde toda "decisión" depende de la anterior; su modo de pensar le permite conocer una parte a la vez, no todas ni el todo; es predominantemente simbólico, abstracto y proposicional en su función, poseyendo una especialización y control casi completo de la expresión del habla, la escritura, la aritmética y el cálculo, con las capacidades verbales, semánticas, sintácticas, lógicas y numéricas.

El hemisferio derecho, en cambio, que es siempre inconsciente, desarrolla todas las funciones que requieren un pensamiento o una visión intelectual sintética y simultánea de muchas cosas a la vez. Por ello, este hemisferio está dotado de un pensamiento intuitivo que es capaz de percepciones estructurales, sincréticas, geométricas o gestálticas, y puede comparar esquemas en forma no verbal, analógica, metafórica, alegórica e integral. Su manera de operar se debe, por consiguiente, a su capacidad de aprehensión estereognósica del todo, a su estilo de proceder en forma holística, compleja, no lineal, tácita, simultánea y acausal. Esto le permite orientarse en el espacio y lo habilita para el pensamiento y apreciación de formas espaciales, el reconocimiento de rostros, formas visuales e imágenes táctiles, la comprensión pictórica, la de estructuras musicales y, en general, de todo lo que requiere un pensamiento visual, imaginación o está ligado a la apreciación artística.

La velocidad de trabajo y procesamiento de información de ambos hemisferios es totalmente diferente: mientras el sistema nervioso racional consciente (hemisferio izquierdo) procesa apenas unos 40 bits (unidades de información) por segundo, la plena capacidad de todo el sistema nervisoso inconsciente (asentado, en su mayor parte, en el hemisferio derecho, el cerebelo y el sistema límbico) alcanza -como ya señalamos- de uno a diez millones de bits por segundo (Hainer, 1968).

Las áreas comprometidas de la corteza son aquellas que desempeñan funciones específicas; así, las áreas sensoriales y motoras están comprometidas desde el nacimiento con esas funciones, mientras que las áreas dedicadas a los procesos mentales superiores son áreas no comprometidas, en el sentido de que no tienen localización espacial concreta, y su función no está determinada genéticamente. La mayor parte de la corteza cerebral de los animales está comprometida con las funciones sensoriales y motoras, en el hombre sucede lo contrario: la mayor parte de su cerebro no está comprometida, sino que está disponible para la realización de un futuro no programado. Por otro lado, la neocorteza se convierte en el foco principal de atención en las lecciones que requieren generación o resolución de problemas, análisis y síntesis de información, del uso del razonamiento analógico y del pensamiento crítico y creativo. Las dos características básicas de la neo-corteza son:

1.       La "visión", la cual se refiere al sentido de globalidad, síntesis e integración con que actúa el hemisferio derecho.
2.       El análisis, que se refiere al estilo de procesamiento del hemisferio izquierdo, el cual hace énfasis en la relación parte-todo, la lógica, la relación causa-efecto, el razonamiento hipotético y en la precisión y exactitud.

La neocorteza representa la adquisición de conciencia y se desarrolló a través de la práctica del lenguaje. La voluntad consciente. Las tareas no sensoriales se realizan en los lóbulos frontales. La aparición de los calendarios implica que los seres humanos comenzaron a desarrollar progresivamente la capacidad de anticipar, planificar y visualizar, de poner el futuro posible en el presente. Mientras que los animales, sobre todo los mamíferos son capaces de desarrollar emociones y aprender, la capacidad de poner el futuro en el presente (presente + pasado + futuro), de formas muy elaboradas resulta específicamente humana. Esta posibilidad hace viable la aparición de lo que se ha llamado locura por excelencia: en las psicosis se toma por real lo que no está en el presente, de modo irreducible y sin distanciamiento.

Ambos hemisferio se encuentran interconectados por el cuerpo calloso. Este subsistema que conserva los dos hemisferios trabajando juntos, sugiere por sí mismo que su integración es una función compleja y de gran trascendencia en el desempeño del cerebro. Aunque la actividad del hemisferio derecho es totalmente inconsciente debido a su alta velocidad, tiene, no obstante, una especie de repercusión en el izquierdo. De este modo, la mente consciente que actúa sólo sobre este hemisferio, puede tener un acceso indirecto prácticamente a toda la información que le interesa del hemisferio derecho en un momento dado. Por esta razón, ambos hemisferios tienen una estructura y desarrollan actividades especializadas, pero que se complementan; en efecto, muchas funciones de codificación, almacenamiento y recuperación de información dependen de la integración de estas funciones en ambos hemisferios. Aún más, la complementariedad se encuentra tan radicada en su naturaleza que en los casos de atrofia congénita de un hemisferio, el otro trata de realizar el trabajo de los dos, y -según Sperry- al cortar el cuerpo calloso (impidiendo, con ello, el paso de información de uno a otro), cada hemisferio opera de manera independiente como si fuera un cerebro completo, pero, evidentemente, en forma menos eficiente aun en la realización de sus propias funciones específicas.

Esta estructura morfológica y funcional de dos hemisferios con funciones diferentes y localizaciones precisas para cada función en cada hemisferio cerebral, no es tan rígida en su especialización como se pensó, ya que el cerebro actúa como un holograma en el que cada parte está en el todo y el todo en cada parte, teniendo componentes específicos como los ya vistos, los cuales a su vez son parte del todo cerebral y el todo cerebral se refleja en ellos. Se suponía que el cerebro estaba maduro con la pubertad, ahora se sabe que el joven es inmaduro cerebralmente, y con sorpresa se comprueba con la moderna tecnología de estudio que a mayor edad el cerebro responde mejor y sigue madurando, pues continúa incorporando nuevas neuronas a su actividad de trabajo y red neuronal que, si uno se lo propone será cada vez más amplia. Esto es importante destacarlo con el fin de romper el mito que afirmaba lo contrario.

Se puede describir al cerebro como un sistema procesador de información que genera representaciones internas del mundo externo y de sí mismo. Con su arquitectura y sus leyes los circuitos neuronales se combinan durante la infancia en subredes adecuadas para el logro de una visión del mundo y para el logro de la homeostasis o equilibrio frente a perturbaciones y causas de alarma que dan lugar a estrés. Queda así adaptado o maduro, con las subredes señaladas y la capacidad de cada una en los roles necesarios durante la vida. Según el modelo una vez que una subred se encarga de una tarea, vuelve a aparecer con regularidad cuando su participación y su activación es útil. El modelo supone que las subredes retienen representaciones, no archivos codificados. Dichas representaciones son disposiciones para reactivar patrones distribuidos en las diferentes zonas, que ya han sido seleccionados durante experiencias previas. En general hay bastante consenso que la arquitectura cerebral es una red neuronal muy elaborada con módulos semi-independientes de procesamiento de la información.

Inteligencias Múltiples

Las teorías del cerebro triuno y la de los hemisferios cerebrales permitió el establecimiento por parte del psicólogo norteamericano Howard Gardner de la teoría de inteligencias múltiples determinando en un primer momento las siguientes ocho inteligencias: lógico-matemática, lingüística, espacial, musical, corporal o kinestésica, intra e inter personal, y la naturalista.

Este enfoque rompe con el paradigma de inteligencia pura que hasta el momento se venía teniendo, y que además estaba fuertemente orientado a los aspectos lógico-matemáticos de la realidad, lo que lo hacía insuficiente para explicar por qué algunas personas eran mejor que otras para realizar algunas actividades que exigían más creatividad y arte que lógica y viceversa. De hecho, un acercamiento a esta concepción de la inteligencia ya la había hecho McClellan cuando propone “medir competencia en lugar de inteligencia” en 1973 al criticar fuertemente el uso de test de inteligencia estandarizados como criterio para la selección de personas en las organizaciones, y más específicamente para predecir las probabilidades de éxito en el desempeño laboral de un individuo.

No obstante, es importante reseñar que el constructo de inteligencia propuesto por Gardner supone –entro otros criterios- la existencia de un correlato neurofisiológico que justifique la existencia de ellas. De esta manera cada una de las ocho inteligencias, está ubicada en un lugar determinado de la corteza cerebral y en el caso de que alguna de estas zonas experimentase una lección, se evidenciaría en una disminución de dicha capacidad. Ciertamente las nuevas investigaciones en neurociencia podrían contradecir esta teoría, ya que plantean que el cerebro posee un alto grado de plasticidad o capacidad de reacomodar sus funciones en otros lugares cuando el individuo sufre algún tipo de trauma físico, pero resulta un avance significativo tanto desde el punto de vista biológico como psicológico no sólo comprender mejor el funcionamiento del cerebro, sino también el porqué de alguno de nuestros comportamientos desde el punto de vista físico, lo que ha abierto un gran campo de acción para mejores tratamientos de patologías psiquiátricas por ejemplo. En este sentido podemos tomar la clasificación de las inteligencias múltiples de Beauport y Díaz (1987) de acuerdo a los tres cerebros de MacLean como otro ejemplo taxonómico las inteligencias múltiples:

La Neocorteza
La inteligencia racional: Es el proceso por el cual percibimos información por medio de conexiones secuenciales y que involucra fundamentalmente el uso de la razón, la lógica, la causa y el efecto.
La inteligencia asociativa: es el proceso que nos perite percibir información  a través de conexiones múltiples, que involucran principalmente las asociaciones y la relación.
La inteligencia espacial visual y auditiva: es el proceso de percibir la información a un nivel más profundo, mezclando imágenes, sonido s y otras combinaciones percibidas por los sentidos y por los sistemas cerebrales más profundos.
La inteligencia Intuitiva: Es el conocimiento directo, sin el uso de la razón: conocer desde dentro.
El Cerebro Límbico
La inteligencia Afectiva: Es el proceso por medio del  cual nos dejamos afectar por algo o alguien; y desarrollamos la habilidad de acercarnos a una persona, lugar, cosa, idea o situación.
La inteligencia de los Estados de ánimo: es la capacidad de entrar, mantenerse y salir de cualquier estado de ánimo.
La Inteligencia Motivacional: es la capacidad de estar conscientes de nuestros deseos, y de conocer lo que más nos emociona y nos mueve; la habilidad de mover nuestra vida en función a lo que amamos.
Cerebro Básico
La Inteligencia Básica: es la capacidad de movernos hacia algo o alejarnos de ello; ser capaces de imitar o de inhibirnos ante algo o alguien en beneficios de nuestra vida.
La inteligencia de los patrones: es la capacidad de conocer los patrones que gobiernan nuestro comportamiento y ser capaces de alterarlos cuando sean necesarios.
La inteligencia de parámetros: es la capacidad de reconocer, extender o transformar los ritmos, rutinas y rituales de nuestra vida.

La conciencia sobre las inteligencias múltiples les da la oportunidad a los nuevos pensadores que se conviertan en gerentes que pueden trabajar con cada una de las unidades y con el conjunto como integralidad, dándole la posibilidad de direccionar sus capacidades en función a las necesidades. Hoy día existe una vasta literatura tanto sobre cerebro triuno como sobre inteligencias múltiples, en su mayoría escrita por psicólogos y educadores, en la que podremos encontrar diversas clasificaciones y taxonomías sobre inteligencias múltiples. Empero indistintamente de cómo se les llame o clasifique, las inteligencias estarán determinadas básicamente por elementos genéticos, psicosociales y a la historia de vida de cada individuo.

Dinámica de la Inercia Mental

Al nacer, toda persona se inserta en un historial que no es personal, una corriente de pensamiento, en una tradición, en un idioma, a partir de lo cual comprende e interactúa con el mundo que le rodea. Esto produce una primera diferencia entre el hombre y el resto de los animales: estos últimos se insertan y permanecen siempre el mundo de la realidad, mientras que el primero lo hace en un universo simbólico. Por todo ello, la dinámica psicológica de nuestra actividad intelectual tiende a seleccionar, en cada observación, no cualquier realidad potencialmente útil, sino sólo aquella que posee un significado personal. Este significado personal es fruto de nuestra formación y experiencia previa. De este modo, podemos decir que tendemos a ver lo que esperamos ver, lo que estamos acostumbrados a ver o lo que nos han sugerido que veremos. En consecuencia, no sabemos hasta donde lo que percibimos es producto de nosotros mismos y de nuestras expectativas culturales y sugestiones aceptadas.

Lo que se puede observar, depende casi en su totalidad de la formación, las expectativas y la comprensión del observador, así como la teoría del instrumento del caso, lo cual llevará a interpretar ciertos ruidos, líneas onduladas, garabatos o sombras a través de un microscopio como algo significativo. Todo conocimiento tiene un sujeto, se da en un sujeto y, por lo tanto, todo conocimiento es también “subjetivo”, aun cuando trate sobre objetos exteriores. Los objetos exteriores son más “objetivables” en cuanto se trata de cosas materiales, pero si la realidad del objeto es inmaterial, esta capacidad de objetivilidad se ve reducida. En todo caso, el conocimiento será siempre el resultado o fruto de una interacción entre ambos componentes: imagen física de la realidad exterior y contexto personal interior.

El dato o señal que viene de la apariencia del objeto de las palabras de un interlocutor o de nuestra memoria, activa un bloque de conocimientos, y esta adscripción del signo o dato en una clase de experiencia o categoría le da el “significado”, permite su interpretación. Todo lo que tiene lugar detrás de la retina es una “operación intelectual” que se base en gran medida en experiencias no visuales. Son las personas las que ven, no sus ojos; lo percibido y su significado tienden naturalmente a depender de nuestro mundo anterior. De aquí la necesidad de tomar conciencia de nuestros presupuestos epistemológicos y del papel que juegan en nuestra percepción y adquisición de conocimientos, ya que la estructura cognoscitiva moldea, informa y da estructura a lo que entra por nuestros sentidos. Esto difícilmente podría ser de otra forma, ya que de no ser así, nuestra mente sería como la de un niño, incapaz de trascender a lo meramente físico y estaríamos limitados a este mundo.

Aplicando esto al campo de la investigación científica, se puede establecer que no existen hechos objetivos inviolables o no interpretados, ya que toda observación, por muy rigurosas que sea, está cargada de teoría que a su vez determina no solamente que es lo que se observa, sino que factores investigar, en qué condiciones hacerlo, con qué instrumentos investigar y especialmente cómo interpretar los resultados obtenidos.

El mayor desafío para la mente humana es pensar en nuevas categorías, en principio, porque implica romper con estructuras de pensamiento que tienden hacia la autoconservación imponiendo gran resistencia al cambio. En este sentido, es necesario tomar conciencia de que todo entrenamiento constituye siempre, e ineludiblemente, una cierta incapacidad entrenada, es decir, que cuanto más aprendemos cómo hacer algo de una determinada manera, más difícil nos resulta después a hacerlo de otra. La epistemología actual nos hace ver que persisten en la ciencia tradicional muchas actitudes y procedimiento que, rigurosamente hablando, sólo podemos ubicar en el terreno de los hábitos mentales.

Así se deben calificar, en las ciencias humanas, las explicaciones causales lineales cuando se les otorga un valor absoluto (ya que carecen de evidencia), las leyes de probabilidad (que son leyes a medias), la plena objetividad (que no existe), la inferencia inductiva (que es injustificable), la verificación empírica (que es imposible) y otros aspectos centrales de la ciencia clásica cuando se cree ciegamente en ellos (Martínez Miguelez, 2009: 49).

Consecuentemente, la imposición de una normativa metodológica ha sido denunciada como la responsable de asfixiar y sofocar la creatividad, y la causante de la esterilidad intelectual, ya que reduce todo a caminar por donde ya se caminó, a explorar como antes se exploró, a pensar como antes se pensó y, en síntesis, a no hacer nada que antes no se haya hecho, cortándole, de esta manera, las alas y el vuelo a la mejor imaginación creativa y al pensamiento original y productivo. Ante esta situación, se debiera tener siempre presente que no se puede disponer de una camino seguro y cierto para ir a un lugar que todavía se desconoce. Una metodología puede ser útil y facilitar el proceso de búsqueda; no obstante, la mayoría de las técnicas metodológicas están enfocadas más en lo ya recorrido que en lo por recorrer, pues han sido modelados con el presupuesto de que lo desconocido será más o menos, igual a lo conocido. De esto, lo más criticable y negativo es el de que esas metodologías –subjetivas y falibles- son convertidas en criterio único de verdad.

En la medida en que el método científico evada la autojustificación, impida la autocrítica y elimine toda posibilidad de refutación, se convertirá en meras técnicas repetitivas de lo ya realizado. Así, aquellos a quienes ni siquiera se les ocurre que es posible estar equivocados no pueden aprender otra cosa que habilidades prácticas. Esto, como problema, se refuerza si se mira a la luz de las recientes investigaciones neuropsíquicas sobre la interacción de los hemisferios cerebrales y sobre la creatividad, las cuales nos alertan seriamente de la instalación de una actividad inhibidora: cierta clase de actividad excesivamente analítica y racionalista del hemisferio izquierdo puede suprimir directamente, a través del cuerpo calloso, la acción intuitivo-creativa del hemisferio derecho o impedir que el producto de éste sea accesible a aquél, es decir, que llegue a ser consciente, lo que se traduciría sencillamente en la fundamentación del fracaso de nuevas intuiciones. Evitar este fracaso consiste llanamente en emplear el aspecto no consciente de nuestro cerebro, entrenar y ejercitar una parte que no ha sido desarrollada tradicionalmente en el modelo científico, pero para ello es necesario comprender el órgano fundamental para la generación del conocimiento: el cerebro.

En síntesis, lo que se denomina inercia mental es la dificultad que tiene el cerebro para modificar el estado previo de conocimientos o de asimilar los nuevos. Esto quiere decir que la inercia mental no es más que la dificultad que experimentan algunas personas por diversas causas (fisiológicas o psicológicas) para incorporar nuevos conocimientos o para reestructurar los ya existentes. Esto resulta particularmente negativo en estos tiempos en los que las nuevas tecnologías informáticas y telemáticas están impulsando la generación de nuevos conocimientos a una velocidad vertiginosa.

Dinámica del Conocimiento Creativo

Por otro lado el pensamiento creativo implica la generación de nuevas formas, de nuevas estrategias para abordar la realidad cuando las ya existentes resultan insuficientes o no brindan las respuestas que se buscan. Este pensamiento a pesar de estar más relacionado con el lado derecho del cerebro en tanto exige de estrategias más complejas que las que puede ofrecer la lógica, más allá de estar influenciado por un hemisferio u otro del cerebro, está realmente relacionado con el cuerpo calloso, pues es la zona del cerebro que interconecta ambos hemisferios, y a pesar de no cumplir con una función específica (en tanto lógica o creativa) funge como puente entre ambos hemisferios lo que redunda en una utilización más compleja de las herramientas cognitivas de las que dispone el individuo para afrontar la realidad y responder las preguntas que le afectan. El proceso creador, en acción, sigue una dinámica constituida por varias etapas o pasos, cuya naturaleza y secuencia podemos ordenar integrando una gran variedad de aportes de las diferentes neurociencias.

Motivación inicial: En primer lugar, debe existir una motivación o interés específico centrado en un área determinada, que tiene un gran significado intelectual o emocional para nosotros. Solamente así, la mente inicia la tarea de buscar y recuperar recuerdos, palabras, expresiones, ideas, sucesos, imágenes, melodías, etc., sondeando y escudriñando activamente los dispositivos modulares abiertos o semiabiertos para integrar su contenido en un recuerdo reconocible, rico en significación personal.

Exploración del contenido de los módulos abiertos: En esta actividad, la mente actúa remota y lentamente, sin potencia coercitiva, sobre una amplia extensión de módulos de la corteza cerebral, en los cuales está codificada la información: aunque necesita aproximadamente sólo un milisegundo la transmisión de una neurona a otra, la mente autoconsciente emplea, sin embargo, unos 800 milisegundos para ejecutar una orden. Este tiempo, relativamente largo, de incubación lo emplea en sondear la disposición y contenido de los módulos abiertos o que tengan cierto grado de apertura, es decir, que sintonizan con sus intereses actuales; pero, a través de su acción sobre los módulos abiertos, puede influir sobre los cerrados que tengan cierta semejanza de contenido, y al actuar sobre todos estos módulos del hemisferio izquierdo, consciente, puede sondear también el contenido de los módulos del derecho, inconsciente, e incorporar e integrar su riqueza y significación propia. Le es posible realizar esta acción a través de las fibras del cuerpo calloso que conectan las áreas simétricas de ambos hemisferios, y por el efecto de reverberación que existe entre los módulos de ambos hemisferios que tienen contenidos relacionados. Así, la mente autoconsciente, en fracciones de segundo, puede sondear cientos de miles de unidades independientes y sintetizar su gran diversidad haciendo de ella una unidad de experiencia consciente.

Papel activo de la mente autoconsciente: En nuestro cerebro existe una especie de división en jerarquías de controles: los resultados de primer orden o nivel son revisados críticamente por la mente autoconsciente, es decir, la mente consciente de sí, autorreflexiva, y, así, se forma un segundo orden, como sucede cuando el yo observa las ilusiones ópticas y se hace críticamente consciente de que "tiene" una ilusión y de que debe superarla, o cuando reconoce que un nombre o un número no es correcto y ordena un nuevo proceso de recuerdo, etc. De esta manera, en un sistema abierto de sistemas abiertos, como es el cerebro humano, el yo se va ubicando y conserva siempre la mayor altura en esta jerarquía de control, es decir, la mente autoconsciente tiene una función maestra, superior, interpretativa y controladora, en su relación con el cerebro, ya que acepta o rechaza, usa o modifica, valora y evalúa los contenidos que le ofrece el cerebro de relación.

Interacción en el sistema cognitivo-afectivo: De una importancia capital es la relación entre el sistema límbico o lóbulo límbico y el neocórtex prefrontal, es decir, entre el sistema emotivo y el cognitivo, unidos a través de una gran red de canales de circulación en ambas direcciones. El sistema límbico abarca un ensamblaje extremadamente complejo de estructuras, cuya plena comprensión, tanto estructural como funcional, no ha sido aún alcanzada. Sabemos, sin embargo, muy bien que el sistema límbico da un colorido emocional cambiando en gran medida las percepciones conscientes y, viceversa, que, mediante la corteza prefrontal (sistema consciente), el sujeto ejerce una influencia de control sobre las emociones generadas por el sistema límbico. Es más, hoy día se avanzan teorías que los consideran como un solo sistema, la estructura emocional-cognitiva, ya que hay vías de complicada circulación que van desde las entradas sensoriales al sistema límbico y luego, de ahí, al lóbulo prefrontal, regresando de nuevo al sistema límbico y, posteriormente, una vez más, al lóbulo prefrontal.

Influencia del pasado y vivencia del Eureka: Nuestra mente autoconsciente puede buscar en la memoria los datos e ideas apropiados para la solución de un problema y luego relacionarlos, pero esto casi siempre lo hace comparando el planteamiento del problema con nuestra estructura cognoscitiva previa, la cual activa las ideas antecedentes pertinentes y las soluciones dadas a problemas anteriores parecidos que, a su vez, son reorganizadas y transformadas en forma de proposiciones de solución al nuevo problema que se plantea. Ahora bien, cuando la solución del problema exige relaciones o estructuras novedosas u originales, la mente consciente fácilmente fuerza las cosas en la dirección errónea, en la dirección de lo conocido, de lo viejo, de lo ya sabido, es decir, nos lleva por un camino estéril. Sin embargo, este esfuerzo no es inútil, al revés, puede ser muy provechoso, pues selecciona muchas ideas pertinentes que, de alguna manera, pueden tener conexión con el problema.

Estas ideas, cuando la mente consciente deja de forzarlas en una determinada dirección, se unen entre sí y con otras pertinentes y adecuadas que ellas movilizan por un proceso inconsciente y de acuerdo a su propia naturaleza; no es que se enlacen al azar, pues el azar no es creativo. La unión de estas ideas por sus características y naturaleza y a un nivel preconsciente o subliminal, da como resultado el hallazgo, la invención o el descubrimiento creativos. Pudiéramos decir que un conocimiento que ya existe, pero en forma inconsciente, se hace consciente a través de la "intuición". No de otra manera se podrían explicar los hechos que hacen ver que esos resultados aparecen durante momentos de reposo, pero, ordinariamente, después de un trabajo mental duro y laborioso sobre los mismos y tras repetidos rechazos insatisfactorios. Los grandes descubrimientos y creaciones científicas se efectuaron precisamente en estas condiciones, es decir, cuando sus autores se encontraban relajados físicamente, con los ojos cerrados, tranquilos y en actitud de ensueño (Arquímedes, Newton, Darwin, Poincaré, etc.).

Desde luego, la intuición no es infalible. Ningún conocimiento humano lo es. Pero el proceso intuitivo, que se desarrolla más allá del umbral de la conciencia, puede seguir una lógica implícita, imposible de captar a nivel consciente, debido a la complejidad y rapidez de las relaciones que están en juego. Predomina en nosotros ampliamente el cerebro izquierdo, lo correcto es lograr el justo equilibrio entre ambos cerebros como lo destaca el investigador Robert Ornstein al considerar que quien usa más el cerebro izquierdo es analítico y racional y quien emplea más el cerebro derecho es intuitivo; se necesita buscar el equilibrio entre lo racional y lo intuitivo.

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Publicado por Héctor Terán

Los 3 Cerebros y la Publicidad

14/01/2013

Quiero enseñarte el proceso científico que tu deberás utilizar cuando diseñes, por ejemplo, una campaña de email marketing con elevada tasa de apertura, o una página web de aterrizaje o una fanpage en Facebook con elevadas tasas de conversión, o cualquier pieza de comunicación comercial.

Déjame hablarte brevemente del Neuromarketing. El Neuromarketing es una ciencia moderna que estudia el comportamiento humano cuando reacciona a estímulos publicitarios, a partir de los grandes avances en el conocimiento del cerebro humano.

Toda la vida, los publicistas y marketers hemos utilizado la prueba-error y los modelos empíricos para hacer más efectiva la publicidad. Pero nunca desde la aparición del Neuromarketing, hemos tenido a nuestra disposición tanto conocimiento científico para poder aplicarlo a nuestras estrategias de marketing.

El conocimiento del comportamiento del cerebro ha permitido saber, por ejemplo, que en el proceso de compra, las personas asimilamos primero toda la información acerca de los beneficios de un producto, es decir, analizamos consciente y racionalmente el producto. Y que sin embargo, la toma de decisión de compra y la elección del producto entre similares, o sea, el acto de compra en sí, la efectuamos en base a argumentos emocionales o no racionales.

Dicho de otra manera, la ciencia nos responde cómo es posible que un director general que está evaluando tres opciones de software ERP para informatizar sus procesos de negocio, o sea, una inversión elevada y estratégica, después de asistir a 14 demos del producto al final se decida por el producto B basándose en que un vecino suyo ha oído hablar muy bien de él. Un vecino, al que probablemente no lo votaría como presidente de su comunidad.

Antes de enseñarte el proceso científico, es necesario conocer de forma básica la anatomía del cerebro humano. No te preocupes, soy marketer, no neurólogo. Por tanto, creo que lo entenderás perfectamente:

El cerebro humano es lo que se llama un CEREBRO TRIUNO, que significa que se compone de tres partes o tres cerebros distintos, pero que son inseparables, ninguno funciona de forma autónoma y por separado del resto.
Los 3 cerebros son:


1.- El CEREBRO REPTILIANO (o insconciente o instintivo o paleoencéfalo)

Es la parte de nuestro cerebro más primitiva.

Alojado en el tronco cerebral, es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló hace unos 500 millones de años. Se encuentra presente primordialmente en los reptiles, está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva. Se encarga de autorregular el organismo, por ejemplo la respiración. Este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo exige.

2.- El SISTEMA LÍMBICO (o mesencéfalo o cerebro emocional)

El Sistema Límbico, físicamente ubicado encima del reptil, permite al mamífero un desarrollo sentimental y está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.


El sistema límbico podríamos resumirlo como nuestro SUBCONSCIENTE.
3.- La CORTEZA CEREBRAL o CORTEX (o telencéfalo o cerebro racional o consciente)

Los mamíferos modernos, los primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los sentimientos, manejan un proceso de comprensión directamente relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral, donde se encuentra uno de los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala animal. La ciencia ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y el desarrollo social. A mayor desarrollo, mayor capacidad de estrucuturar sociedades más complejas y organizadas.

Los Humanos, además de sentimientos, manejamos un proceso racional de comprensión y de ANÁLISIS, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos. Gracias  a nuestro córtex ultra-desarrollado, podemos adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas y tecnologías y adquirir consciencia.

El Sistema Neocortical es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. El hemisferio izquierdo está asociado a procesos de razonamiento lógico y analítico. En el hemisferio derecho se dan los procesos asociativos, imaginativos y creativos.

Una vez ya conoces la existencia de estos 3 cerebros y sus roles, ya puedo explicarte el proceso científico para una comunicación eficaz.

Hoy en día, nuestro cerebro está expuesto a miles de impactos publicitarios cada día, está saturado. Por ello, nuestro cerebro ha desarrollado estrategias de supervivencia, que FILTRAN toda la cantidad ingente de información que recibimos, para procesar únicamente una ínfima parte.

El responsable de este filtro es el SISTEMA LÍMBICO o subconsciente, nuestro cerebro emocional. Ante un impacto publicitario, el límbico entre comillas “escanea” la info que recibe y en función de su interés EMOCIONAL, decide si bloquearlo o dejarlo pasar. Si lo deja pasar, el relevo lo toma el CORTEX que entre comillas LEE toda la info y la procesa racionalmente. Este cerebro es el que analizará si los beneficios que esa publicidad nos muestra del producto que nos quieren vender, son importantes o no para cubrir nuestras necesidades o solucionar nuestro problema, y en función del resultado, estaremos más dispuestos a comprar o no ese producto. Imaginemos que el resultado es muy favorable. No significa que tomemos la decisión de comprar. Nos falta un empujón. Y ese empujón nos lo tiene que dar el cerebro que falta, el reptiliano, el inconsciente. Y por tanto, la decisión real que tomará nuestra mente para tomar acción, o sea, comprar, estará basada en algún argumento irracional, primario, instintivo. 

Entonces, el proceso a seguir para construir una comunicación comercial eficaz, consiste en estas 3 secuencias:

1º INFLUIR en el Sistema Límbico o cerebro Emocional de nuestro potencial comprador. Hemos de llamar la atención emocionalmente.

2º PERSUADIR al Cortex o cerebro Racional de que nuestros beneficios cubren SUS necesidades específicas como comprador potencial (atención a la personalización) y de que dichos beneficios son únicos o mucho mejores que los competidores.

3º ACTIVAR el cerebro Reptiliano o Inconsciente. Hacer que reaccione decidiéndose a tomar acción. Es el momento de llamar a la acción y ayudar a ello ofreciendo algo a cambio o creando una sensación de urgencia y/o de escasez, por ejemplo.

Si construyes tus campañas de marketing directo o tus páginas web de aterrizaje o tu tienda online, siguiendo esta fórmula, tienes asegurada una alta conversión.

La publicidad implanta memorias falsas en tu cerebro:

Un estudio científico muestra que el marketing es capaz de crear experiencias falsas en nuestro cerebro, llevando la narrativa de un anuncio a la narrativa de nuestros recuerdos.
¿Recuerdas ese verano hace ya varios años? La luz del sol hacía medios diamantes en la arena, una fresca brisa soplaba las hojas de tu libro, en la orilla un grupo de chicas —con las que por suerte habías viajado desde la gran urbe— jugaba con las olas y se correteaban entre sí por la playa, lanzando un ocasional frisbee que un labrador intentaba interceptar… sus bikinis estilo brasileño relumbraban entre el cielo y el mar. Tu amigo te pasaba una cerveza Sol con un guiño en el ojo y abría la suya con donaire. Esto es lo que se llama la buena vida, pensabas al tomar los primeros tragos de cebada helada…
Sólo que un detalle no encaja con este recuerdo: en esa rústica playa no tenían Sol, sólo llegaban camiones de Tecate, tu amigo no tomaba cerveza y probablemente esas chicas en bikini no iban contigo. En realidad el evento nunca sucedió pero puedes saborear esa cerveza fresca en el presente. Es como si la cervecería hubiera pagado product placement en tu cerebro. ¿Pero entonces de dónde viene esa memoria? Muy posiblemente, de los miles de anuncios de televisión que has visto.
Un nuevo estudio publicado en The Journal of Consumer Research ayuda explicar cómo las estrategias de marketing llegan a implantar memorias que nunca ocurrieron relacionadas con un producto en la mente de los consumidores. Al parecer, vívidos comerciales logran engañar al hipocampo (el centro de memoria de largo plazo en el cerebro) y le hacen creer que lo que acaba de ver en la televisión en realidad sucedió. Creemos que nos sucedió a nosotros en una especie de transpersonalización de los rayos catódicos al lienzo mental.
En un experimento se les presentó a 100 estudiantes un nuevo producto de palomitas de maíz llamado “Orville Redenbacher’s Gourmet Fresh Microwave Popcorn” (un producto que no existe). Luego se les asignó a los estudiantes aleatoriamente diferentes condiciones publicitarias. Algunos vieron anuncios de poco contenido visual que describían el delicioso sabor de este nuevo alimento. Otros fueron expuestos a comerciales de alto contenido visual en los que vieron todo tipo de personas felices disfrutando de estas palomitas de maíz en su sala. Después de ver la publicidad los estudiantes fueron asignados a una de dos habitaciones. En una de ellas se les hizo un sondeo no relacionado. En la otra se les dio una muestra de estas palomitas de maíz ficticias.
Una semana después a los estudiantes se les examinó a propósito de su memoria sobre el producto. Los estudiantes que vieron los anuncios de poco contenido visual rara vez reportaron haber probado las palomitas de maíz, pero aquellos que vieron los comerciales de alto impacto visual respondieron en varios casos haber probado las palomitas de maíz aunque muchos no lo habían hecho. Y dijeron haber probado las palomitas con un alto grado de aprobación, de forma contundente. La delusión era verosímil: no les gustaban las palomitas porque habían visto un buen anuncio, les gustaban porque tenían un buen sabor.
Los científicos se refieren a esto como “efecto de falsa experiencia”. “Ver el comercial vívido creó una falsa memoria de haber comido las palomitas, pese a que haber comido ese producto no existente habría sido imposible”, escribió el autor del estudio Priyali Rajagopal. “Como resultado, los consumidores deben de estar alertas al procesar comerciales de alto contenido visual”.
Aunque en un principio parece imposible que un estúpido comercial me haga pensar que amo un producto que no he consumido, Johan Lehrer, autor de varios libros de neurociencia, explica esto a través de los que se conoce como reconsolidación de la memoria. La reconsolidación está enraizada en el hecho de que cada vez que recordamos algo lo recreamos, hasta el punto de alterar los detalles neuronales. “Aunque nos gusta pensar en nuestras memorias como impresiones inmutables, de alguna forma separadas del acto de recordarlas, en realidad no lo están. Una memoria es tan real como la última vez que la recordaste. Lo que es un poco perturbador es que no podemos más que pedir prestadas nuestras memorias de otros lugares, así que el anuncio de televisión que vimos se convierte en nuestro, parte de esa narrativa personal que repetimos y recontamos”.
Más allá de lo perturbador —puesto que los publicistas y neuromarketingeros ciertamente saben esto—, lo interesante es que esta información nos revela que la memoria es un proceso incesante, activo y creativo. Es la diferencia entre “Guardar” y “Guardar como”: los archivos se reescriben cada vez que los recordamos. “La gente de marketing”, dice Lehrer, “simplemente es buena en darnos historias que queremos robar”.
Esto nos muestra la naturaleza programable del cerebro, el cual fácilmente puede ser ocupado y dirigido por la propaganda y la publicidad, pero igualmente puede ser codificado hacia un “pasado” deseado, para un “futuro” deseado por ti mismo.  Si bien esto no significa que intentes implantar memorias felices en tu pasado similares a los anuncios de felicidad o de autosuperación que ves en la televisión, para proyectarte en el futuro sobre esa tabula como un tipo genial y exitoso, sí abre la puerta para que limes y sanes tus recuerdos, haciendo las paces, por decirlo de alguna manera, con algunos de ellos, recapitulando y retrotrayendo algunos más a tu desktop con poderosos iconos o sigilos que los propulsen al tálamo de lo que quieres crear.

Reflejo condicionado

Contenido: Introducción.  Definición de reflejo condicionado. Conducta animal. Conductismo. Condicionamiento. Experimento de Pavlov.
Objetivo: Al finalizar la competencia describirá los fundamentos teóricos del reflejo condicionado, sin error.

Introducción

Reflejo se define como la respuesta automática e involuntaria que realiza un ser vivo ante la presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica generalmente un movimiento, aunque puede consistir también en la activación de la secreción de una glándula.
Un ejemplo  de reflejo que implica movimiento, puede citarse el de prensión palmar que consiste en que al aplicar presión en las palmas de las manos con un objeto, se desencadena una flexión espontánea de la mano que se cierra tratando de atraparlo.
Este reflejo es característico de los niños recién nacidos y se pierde a partir de los cuatro meses.
Los reflejos son respuestas del sistema nervioso prefijadas natural y evolutivamente en el mismo. Los organismos, o sea la materia orgánica o protoplasma, ya sea en el reino vegetal, animal o humano, están dotados en cierta forma lejana de este mecanismo, en general, aun cuando el sistema nervioso, no esté estrictamente constituido.

Definición de reflejo condicionado

Reflejo condicionado, respuesta no innata a un estímulo dado que el individuo adquiere mediante aprendizaje.
Definición de reflejo condicionado según Iván P. Pávlov
El neurólogo ruso Iván P. Pávlov desarrolló la teoría del reflejo condicionado junto con su colega ruso Vladimir M. Bechterev. Pávlov, que en un principio lo denominó “secreción psíquica”, observó que la salivación provocada en los perros al oler el alimento se podía producir ante un estímulo que nada tenía que ver con comida, pero que había sido presentado constantemente a la hora de comer.
La salivación del perro ante un pedazo de carne es un reflejo innato o incondicionado, pero si se hace sonar una campana en el momento en que el perro recibe la carne, después de varias ocasiones éste salivará sin necesidad de olerla. Bastará el sonido de la campana para provocar en el animal un reflejo condicionado.
Según Pávlov, cuando se asocia el reflejo incondicionado al reflejo condicionado, éste se refuerza. Si el estímulo no se refuerza o ejercita, el reflejo condicionado terminará por debilitarse y desaparecer.
Con este sistema de reflejos, que más bien son reacciones, Pávlov intentó comprender la conducta animal y humana, partiendo de la teoría de que los mecanismos del reflejo condicionado son los mismos en animales y personas.
El psicólogo estadounidense John Broadus Watson introdujo esta expresión en Estados Unidos e hizo de ella un concepto fundamental del conductismo. Para Watson, el condicionamiento constituye una base fundamental del aprendizaje.

Conducta animal

Conducta animal
Conducta animal, modo de actuación de los diferentes tipos de animales, tema que ha suscitado un enorme interés en los pensadores desde los tiempos de Platón y Aristóteles.
Es particularmente enigmática la habilidad de algunas criaturas simples para desarrollar tareas complejas: tejer una telaraña, construir un nido, cantar una canción, encontrar refugio o capturar a su presa; todo ello en el momento justo y con escaso o nulo aprendizaje previo.
Tales comportamientos se han estudiado desde dos perspectivas bastante diferentes, de hecho casi opuestas en sus planteamientos, que exponemos a continuación: o bien los animales aprenden todo lo que hacen (enfoque conductista, haciendo hincapié en el aprendizaje), o bien saben instintivamente cómo hacerlo (enfoque etológico, que subraya el papel de la herencia).
Ninguno de estos enfoques logra dar una explicación totalmente satisfactoria.

Conductismo

Corriente de la psicología que defiende el empleo de procedimientos estrictamente experimentales para estudiar el comportamiento observable (la conducta), considerando el entorno como un conjunto de estímulos-respuesta.
El enfoque conductista en psicología tiene sus raíces en el asociacionismo de los filósofos ingleses, así como en la escuela de psicología estadounidense conocida como funcionalismo y en la teoría darwiniana de la evolución, ya que ambas corrientes hacían hincapié en una concepción del individuo como un organismo que se adapta al medio (o ambiente).

Condicionamiento

El condicionamiento es una  forma básica de aprendizaje que se basa en la asociación de respuestas emocionales a situaciones nuevas.
Existen dos tipos principales de condicionamiento: el clásico y el operante o instrumental.
– Condicionamiento clásico: se basa en los estudios sobre el reflejo condicionado que llevó a cabo el fisiólogo ruso Iván P. Pávlov.
– El condicionamiento operante está basado en el principio del refuerzo positivo y negativo (el premio y el castigo) desarrollado por el psicólogo estadounidense Burrhus F. Skinner.
Psicólogos y neurólogos utilizan hoy estas técnicas en la modificación de conducta y la emplean como terapia para tratar ciertos tipos de neurosis, desintoxicación de alcohólicos o algunos trastornos típicos que aparecen durante la infancia, como la fobia, enuresis, tartamudeo y otros.

Experimento de Pavlov

El alimento  al ser colocado en la boca, producen saliva, este fenómeno fisiológico permite que la comida sea alterada químicamente para que, tras ser diluida, pueda producirse el proceso digestivo.
Experimento de Pavlov
Pavlov observa que dicha secreción puede ser evocada a distancia cuando un órgano sensorial (olfato o vista) detecta la presencia de algún alimento.
De esta manera, aún el plato en el que se acostumbra a alimentar al perro es suficiente para que se produzca el reflejo condicionado de la secreción salival: “Y más adelante la secreción puede ser provocada con la sola vista de la persona que trae la vasija, o por el sonido de sus pisadas (Pavlov, 1927).
De acuerdo a una relación espacio temporal entre estímulos, se llegó a postular la teoría de que toda nuestra conducta no es nada más que una cadena de reflejos, algunos innatos y la mayor parte (sobre todo en los seres humanos) aprendidos, adquiridos o condicionados por el simple hecho de haber (en algún momento de la existencia del organismo) sido asociadas ciertas condiciones ambientales.
Pavlov nunca imaginó lo que sus investigaciones llegarían a influir decisivamente en el principal defensor del conductismo, John Broadus Watson.


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