ACTIVIDAD PARA LOS ESTUDIANTES DE LA UNIDAD CURRICULAR MEDICINA DEL DEPORTE Y DEPORTE ESPECÍFICO: TENIS DE PLAYA.
Lea detenidamente el material que se transcribe a continuación.
Luego de la lectura de este material, y de cualquier otro relacionado que exhorto a revisar en textos y en la web, analice su comportamiento como ciudadano en su comunidad, dentro de la cancha como deportista, en la universidad y su postura como estudiante universitario, como consumidor y como ser social y político en el contexto venezolano y mundial. Y saque cada quien sus conclusiones de por qué nos comportamos como los perfectos reptiles o mamíferos menos evolucionados ante la publicidad de una marca deportiva o equipo, ante la publicidad de un producto alimentario o de vestir, ante la propaganda política que satura a diario nuestros sentidos y ante lo que nos dicen todos los días en la universidad (aula, autoridades, compañeros, etc.). A partir de aquí, cada quién decida qué hacer con su cerebro y asumir, o no, que se está en la universidad para aprender a utilizar el neocortex y los diferentes tipos de inteligencias y ponerlos al servicio del bien de la humanidad.
El modelo del cerebro triuno no representa sino un esquema que interpreta la función de la estructura del encéfalo humano. Es una propuesta que, como todas, es incompleta e inexacta y sujeta a la permanente revisión, pero de gran utilidad para la comprensión de lo que somos.
El
Nacional 30
de septiembre de 1989
Cara
a Cara
Tenemos tres cerebros
en uno: la Neocorteza, en
donde está el
hemisferio derecho, el izquierdo, axones
y dendritas
(pensamiento); El Límbico (centro de los
sentimientos, el
placer y las emociones) y el Sistema
Reptil o R (el
cerebro más primario) que puede usarse
para relajarse o
contraerse, para aceptar, cambiar o no
querer cambiar. La
doctora Beauport interpretó las
investigaciones
científicas que hizo Paul MacLean
acerca del Cerebro
Triuno, las unió con el
descubrimiento que
hiciera el Premio Nobel 1981,
Roger Sperry, acerca
del hemisferio derecho y nos
habla de cómo
aprendiendo a enchufar (término
criollo de conectar)
y desenchufar nosotros mismos
los tres sistemas,
podemos ser más felices y hacer
más felices a los
demás. El Triuno no nos dice el
camino pero cada
quien puede guiar la enorme
energía que está en
sí para que, al final, nuestro
cuerpo y nuestro
entorno estén chéveres
Elaine
de Beauport: El cerebro "Triuno"
MIRIAM FREILICH
Ella es altota,
blanca, rubia. De sus ojos azules sale una clara luz. Su voz es suave. Habla un
castellano
que aprendió hace 30
años en España y había olvidado por falta de uso y recuperó de su memoria.
Ahora que vino por
tercera vez a Venezuela, lo sacó del desván. Elaine de Beauport, Cum Laude en
Relaciones
Internacionales, con una maestría en Historia, doctora en Educación y con más
de 1.500
horas de vuelo (léase
cursos e instrucción privada en psicología y desarrollo mental), madre de
Patrick,
texicólogo y gran
jugador de basket y de Pierre, guitarrista y técnico responsable del sonido de
las
cuerdas de los
"Rolling Stones", es también "madre" de la interpretación
de las investigaciones
científicas que hizo
el doctor Paul MacLean, quien fuera durante muchos años jefe del Laboratorio de
la Evolución y del
Comportamiento del Cerebro en el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos.
Su trabajo se basa
también sobre las reveladoras investigaciones acerca las divisiones del cerebro
y el
descubrimiento de la
importancia del hemisferio derecho de la Neocorteza, que realizara Roger Sperry
y con el cual, él
ganó el Premio Nobel de Medicina en 1981.
El
Cerebro "Triuno"
Beauport no es una "paracaidista".
Llegó paso a paso. Fue maestra de niños a partir de los 2 años de
edad, así como de
padres y maestros. En 1969 fundó la Escuela Mead en Connecticut y 10 años
después dio clases en
una universidad y fue cuando comenzó a preparar su trabajo de enseñanza para
los adultos. Fue en
ese año de 1979 cuando fundó el Instituto Mead para el "Desarrollo
Humano" en
Nueva York.
En su segundo viaje a
Venezuela (enero de 1989) dio el primer curso de "El cuidarse"
(traducción de
Self Care) en San
Antonio de los Altos, al cual asistieron algunos profesionales de la UCV, entre
ellos Irene Luzardo
Zschaeck quien declaró a "Feriado" hace unos meses. En ese encuentro
se habló
de la existencia de
ese "Primer Cerebro" conocido como Sistema Reptil y del Límbico (que
Broca
denominó "lóbulo
límbico" en 1878) sobre los cuales MacLean hizo un maravilloso ensayo
publicado
en 1978: Education and the Brain, Chall and
Mirsky eds, University of Chicago Press.
Pero vamos por
partes. Según nos explicó la doctora Beauport, el taller de Self Care "es
un
reconocimiento del
poder del ser humano": porque "siendo todos energía, vibramos juntos,
estamos
interconectados y nos
influenciamos los unos a los otros, nos guste o no". Ya lo decía el poeta
y
pintor inglés William
Blake a principios del siglo pasado: "La energía es la única vida y
procede del
cuerpo. La energía es
el último deleite". Esta cita la tomé del libro Desvestiduras que
pronto publicará
en Caracas el
científico/poeta Jesús Alberto León.
Si toda vida es
Energía, como se desprende de las investigaciones de Einstein en la Nueva
Física —
dice Elaine de
Beauport— todos somos ondas de energía que se conectan entre sí. Creo que nos
hemos dedicado a
apoyarnos en los procesos mentales "más altos" (la Neocorteza, es
decir en los
hemisferios derecho e
izquierdo) y ahora es tiempo de educar los "más bajos" (emocional o
Límbico y
el complejo R o
Reptil). Son nuestros cerebros emocional y reptil los que están destruyendo los
logros
racionales,
intuitivos y artísticos de la vida individual y aún los de la civilización.
Explica que mientras
en un nivel llevamos una existencia racional, en otro nivel estamos viviendo
una
existencia física
rabiosa, competitiva, miedosa, hambrienta, destructiva, aburrida, impersonal y
necesitada. Los
mejores proyectos que existen para los procesos mentales "más altos"
no pueden tocar
nuestra existencia
emocional ni las limitadas rutinas que arrastrarnos de generación en
generación.
Necesitamos un
acercamiento diferente hacia nuestros cerebros y hacia nuestros procesos del
pensar,
sentir y del
comportamiento, si queremos llegar a los sitios donde la mayor parte de
nosotros vive.
En
tres palabras:
Conocernos
por dentro
Las
tres ruedas
Ya se dieron cuenta,
pues, que tenemos tres estructuras cerebrales, química y físicamente
diferentes.
Aprender a hacer uso
de ellas puede hacer nuestra vida muy distinta.
Por ejemplo, hacemos más
libres, más exactos,
más sutiles, más motivados, más amorosos, más espirituales, más poderosos, más
simples y/o más
complicados. En síntesis más apropiados a todas las situaciones.
Para eso tendríamos
que desarrollar los procesos mentales de manera multidimencional (plural).
Porque quien te diga
que tiene "la verdad" está pelando. Según Elaine de Beauport, para
poder hacer
toda esa maravilla,
tendríamos que ser capaces de focalizar en o movemos hacia un proceso mental
tipo tandem
(bicicleta de tres ruedas), con una apropiada dimensi6n de la realidad. Nada de
pajaritos
preñados.
Los
tres niveles
Hasta hace muy poco
tiempo, sólo hablábamos del cerebro Neo-Cortex (hemisferio izquierdo y
derecho). El
izquierdo es responsable de lo exacto, lo secuencial, racional; Análisis,
especificidad
(qué, quién, cómo,
cuándo, dónde y por qué, curiosamente, es la fórmula de trabajo que utilizamos
los periodistas pero
el orden de colocaci6n de esos factores es elegido por el hemisferio
derecho).Este
hemisferio se encarga
de la lógica, de la causa y efecto, de las relaciones exactas (blanco y negro,
pues). En cambio, el
derecho —ideología aparte, por si acaso— es la visión, la imaginación, el azar,
el abierto, el del
vuelo libre, de las corazonadas, del "puede ser", el de recibir, de
adivinar, el del
tiempo ilimitado, de
la imagen. Por eso es que los artistas son tan... buenos, tan artistas a lo
mejor
Marlyn Monroe llegaba
tarde a la filmaciones porque en ella probablemente dominaba este
hemisferio.
El
sistema límbico (ubicado detrás de la nariz y abarca hasta los occipitales) tiene
que ver con la
respiraci6n, la
motivaci6n, la rabia, el amor, los estados de ánimo, el afecto, la familia (en
el tálamo
está la cosa), la
sexualidad, la profundidad, la oralidad, la permeabilidad, los recuerdos y la
nebulosidad (eso que
la gente llama ''estar en la nebulosa"). Este es el cerebro del querer.
El
templo y los cambios
El
sistema reptil es el de la acción, el del "hacer". Está,
como lo señala la
entrevistada en la foto de Tom Grillo, en
el tallo del cuello y
domina la espina dorsal. Tiene que ver
con las rutinas, los
patrones de conducta, los hábitos, los
valores, los sueños
(reales, no deseos), el espacio
(territorio), los
ritmos, el cuerpo, la piel, el pasado (en las
diferentes culturas
antiguas se nota cómo ese cerebro
primario tiene
ascendente: rituales, bailes, sonidos
repetidos, etc.), el
tiempo, las generaciones, el
condicionamiento y
ese saber retirarse de o moverse hacia
(eso que llaman
"cuestión de piel": rechazo o atracción,
"olfato" o
sexto sentido y que los reptiles usan tan
perfectamente bien).
Elaine de Beauport
tenía 19 años cuando hizo un tour colegial por Europa, el Medio Oriente y la
India.
Fue entonces cuando
se convenció que "los templos más importantes no estaban hechos de piedra
sino
de carne". Esa
fue la semilla de su trabajo porque "en nuestra era, sería a nosotros
mismos a quienes
tendríamos que
construir, esculpir, desarrollar e interpretar la belleza".
Hablar con esta
señora es nutrirse ¡qué rico! Aplicar lo que uno aprende de ella debe ser
divino.
Resulta que hace 20
años, después de haber trabajado con niños, junto con otros maestros fundó la
Escuela Mead para el
Desarrollo Humano:
Los niños pueden
comenzar su propio camino a la edad de dos años, pueden educarse a sí mismos
por medio del
intercambio y de la negociación con los maestros en vez de ser receptores
pasivos.
Pueden darse cuenta
que el arte, la música y el espíritu no son materias secundarias en el mundo
académico. Luego me
di cuenta que los niños, por su necesidad de amor, podrían modificar su
desarrollo para estar
de acuerdo con la percepción de sus padres. Los grandes cambios podrían ser un
requisito para que
los adultos desarrollen y puedan experimentar en forma efectiva posibilidades
más
amplias en sus
propias vidas de adultos.
(No se lo comenté, pero aquí hemos
tenido ejemplos maravillosos de escuelas para padres y escuelas
experimentales para
niños y adolescentes, lamentablemente contadas, que se ocupan del asunto pero
de
los colegios
públicos... mejor ni hablar).
A raíz de la creación
del Instituto Mead (1379, han estudiado e investigado para conseguir las claves
que podrían liberar a
los adultos a fin de que estos exploren y experimenten su propio poder y su
potencial.
—En el pasado, estas claves se escondían en
las universidades, entrenamientos espirituales, recursos
psicológicos,
"insights" culturales y filosóficos. Hoy en día, ya no están
escondidas, podemos
encontrarlas
publicadas en todas partes. Cada nuevo aprendizaje es una promesa, señala
Beauport.
Le comento que,
seguramente, cambiar los patrones; el cerebro reptil no debe ser fácil pues
todo
cambio "mueve el
piso" y uno tiende a lo conocido. Ella con una calma envidiable, responde
que a
medida que buscaba un
curriculum que fuera perfecto para los adultos, característico a la escuela a
la
que a todos nos
gustaría asistir, encontró un problema:
—El tiempo (los
adultos trabajan y quieren descansar los fines de semana) y las barreras
tradicionales
de competencia
(psicología vs religión vs universidad). El conflicto entre los grandes
maestros que
sólo desean compartir
sus propias ideas y caminos, y nosotros, los estudiantes, que nos vernos
atrapados en medio
del camino.
—De esos
''castradores y castradoras" está lleno el camino del infierno... ¿Cuál es
el menú de opciones
para contrarrestar a
esos dictadores que tanto daño hacen a los estudiantes?
—Buscar paz interna
espiritual y el deleite de existir, prestando menos atención al mundo
psicológico,
emocional o de
acción; sondear profundamente en la vida cotidiana y emocional, sin alejarse
del
aspecto práctico,
tender hacia lo religioso, la meditación, la intuición y la mística; seguir los
caminos
de la acción, sin
exagerar (patológicamente) en los rangos emocionales de la calidez, el amor o
el
dominio emocional y
espiritual.
El equilibrio
perfecto... Ella habla y me acuerdo del ministro Luis Alberto Machado y su
Ministerio
para el Desarrollo de la Inteligencia. Ella lo
conoció. El tema es amplísimo. Elaine es consciente de
que "no vino a descubrir"
ni a "conquistar"; dice que cada quien puede adaptar el asunto de
acuerdo
con sus necesidades
(como decía Simón Rodríguez: inventamos o erramos). La trajo un grupo de
gente que la adora y
que organizó el primer y segundo talleres y para mediados de noviembre organiza
otro.
—¿Cómo podemos hacer
para no "departamentizar" nuestros tres sistemas cerebrales y no
inhibir
unos y desarrollar
más uno que otro? Porque nadie es perfecto...
—Podemos aprender a
conectarlos. Se trata de aprender a tener una mente orquestada y es posible
porque el cerebro Triuno
proporciona un código con el que podemos guiarnos para desarrollar "la
orquesta" de
nuestra mente en todos los aspectos intelectuales, artístico-espirituales,
psicológico
emocionales y
conductuales. Podemos aprender a cambiar de uno a otro los tres componentes del
cerebro Triuno
(neo-cortex, límbico y reptil). Justamente, logré —como lo decía antes-- un
currículum
para adultos: ese
cerebro Triuno nos proporciona un código lo suficientemente amplio como para
ser
utilizado como
referencia y como guía hacia una nueva etapa del desarrollo humano. Pero hay
que tener
en cuenta que no se
trata de aceptar o no la teoría del Cerebro Triuno u otra: es posible
desarrollarnos
siendo cuidadosos y
poniendo atención a los diferentes procesos mentales, incluyendo los pensamientos,
la imaginación, la
intuición, los sentimientos, las emociones y los comportamientos.
Pero todavía me
inquietaba la realidad, la cotidianidad. — ¿Cómo aprende el adulto? ¿Cuándo y
por qué
escogemos aprender?
Elaine capta mi
inquietud y responde: —Durante toda la vida la gente ha tratado de hacernos
aprender
para ayudarnos:
nuestros padres, nuestros maestros, jefes, sacerdotes, gurús, psiquiatras,
amigos... sin
embargo, la forma en
que la mayoría de nosotros aprende y decide cuidarse a sí mismo es pasando por
una crisis. Las
enfermedades, el dolor, las desilusiones amorosas y las pérdidas inesperadas,
nos alejan
de la estabilidad que
fue construida con tanto cuidado. En un momento dado no entendemos por qué no
nos funciona lo
aprendido pero, suavemente, volvemos a empezar, aprendemos a encontrar nuevos
caminos. En estas
crisis la mayoría no sólo sobrevive sino que se hace más fuerte. Además, se
llega a
una percepción más
amplia de la vida, se pierde la arrogancia y, de cualquier forma, hay un mayor
desarrollo.
—Por eso es que uno
dice que las crisis son buenas. Venezuela está en ese rollo. Yo no la voy a
meter a
usted en él, no sería
delicado (funciona mi cerebro reptil) pero como esta entrevista va a ser
publicada y
leída aquí, quiero
comentarle que, generalmente, cuando estamos en crisis y encontramos "la
tabla de
salvación" o la
ayuda, nos aferramos y si eso nos falla (amigos, psiquiatras, psicoanalistas,
marido,
mujer, hijos, jefe,
partido u otros) nos decepcionamos y hasta podemos llegar al nihilismo (no
creer en
nada ni en nadie)…
—Lo que debemos
cuestionar es precisamente ese hábito de buscar continuamente seguridad en
otras
personas o en
aprendizajes del pasado. El aprendizaje jerárquico que una al Yo con el
Experto, significa
que debemos lograr
percibirnos como únicos responsables de nuestras vidas: somos responsables por
la
forma en que
utilizamos la información, siendo expertos o no, por nuestros pensamientos,
imaginación,
sentimientos y
acciones. Mi cerebro descansa sobre mis hombros, está conectado y dirige todo
mi
cuerpo. Pasar por
alto mi sistema cerebral para escuchar el consejo de otros, disminuye mis
capacidades
propias y fortalece
la dependencia. Si mi cerebro está sobre mis hombros, la solución puede y debe
ser
mía, la revolución
del cerebro es reconocer el poder de
nuestros cerebros y el de las otras personas.
El mensaje es fácil:
alejarnos de la dependencia excesiva de nuestros maestros, padres, jefes;
desarrollar
nuestro propio poder
para interactuar con toda persona o cosa que consideremos adecuada. Para
mejorar
(cada quien) usar la
información tomando como referencia nuestros propios sistemas cerebrales.
Recórcholis... qué
maravilloso suena. Sin ironía. La doctora Beauport está escribiendo un libro
con toda
su interpretación de
las investigaciones científicas de MacLean. Y su mensaje —por medio de la
periodista— no ha
terminado:
—Para liberarnos y
poder ocuparnos de nosotros debemos estar convencidos de que no estamos solos y
de que no somos
egoístas. Las investigaciones demuestran que los sistemas cerebrales están en
interacción continua,
compartiendo sentimientos, pensamientos e ideas entre todos los sistemas
cerebrales, por lo
tanto, cuidarse es esencial tanto para mí mismo como para los demás... al
ocuparme de
la calidad y del
poder de mi cerebro, desarrollo una red de comunicación con un sistema de
recepción y
de emisión, de
increíble magnitud. Esta es la manera más efectiva que conozco de ayudarme a mí
y a los
demás.
La cosa no es soplar
y hacer botellas. No. El ser humano es complejo, desarrollar nuestro cerebro
Triuno
debe ser bien bueno.
Elaine de Beauport tiene la palabra:
—Respetemos la integridad del ser humano
mientras exploramos y exploramos nuestro potencial. El
cerebro Triuno nos
proporciona el esquema a seguir en nuestras exploraciones pero no nos indica el
camino. A medida que
se adentre en sus exploraciones, estoy segura de que tendrá mucho que informar.
Cada uno de nosotros
es el camino. Eso dice la educadora. Pero no debemos olvidar que no vivimos
solos. Si mejoramos
la calidad de vida de nosotros mismos, lo que nos rodea, de cajón, será mejor.
Ámate a ti mismo
amando también a otros y acuérdate lo importante que son la solidaridad, la
colectividad, el
sentido de pertenencia, la cultura, el humor, la gentileza, la educación No le
echemos la
culpa a los otros de
lo que somos. Somos lo que nos enseñaron a ser. Démosle la vuelta si no nos
gusta.
Enchufar y
desenchufar los tres sistemas de acuerdo con las necesidades. La energía
positiva esta en
cada uno de nosotros,
no dejemos convertirla (la que queda sana) en basura porque ya saben: muchos
gases acumulados
causan explosión y huelen fó. Remember febrero...
El
Nacional
7 de octubre de 1989
Elaine
de Beauport (II) / Cara a Cara
Como enchufar la
mente
El sábado pasado, en
esta misma sección, se trató
del "Cerebro
Triuno" con la doctora
norteamericana que
interpretó las investigaciones
científicas
realizadas por Paul MacLean, ex jefe
del Laboratorio de la
Evolución y del
Comportamiento del
Cerebro en el Instituto de
Salud Mental de
Estados Unidos. Ella las aplica,
fundamentalmente en
la pedagogía no sólo para
que nuestros
hemisferios derecho e izquierdo
(pensamiento) se
pongan a millón, sino que
"enchufando"
y "desenchufando" los hemisferios
del cerebro
Neo-Cortex al sistema Límbico
(centro de los
sentimientos y del placer) y al
sistema Reptil
(cerebro primario que rige los
patrones de conducta)
podemos administrar
mucho mejor las
energías que están en el ser
humano. Dado el
enorme interés suscitado por la
entrevista con Elaine
de Beauport, ofrecemos
más información
obtenida por la periodista en
ocasión de
su encuentro con la
doctora en Educación,
Internacionalista,
master en Historia quien
ha dedicado muchos
años de su vida a la
práctica de
transmitir en palabras muy
sencillas, su
interpretación de un
maravilloso estudio
que MacLean tituló:
"Un encuentro
entre las mentes"
"Esto parece un
folletín". Dirán algunos. Sin embargo (¿qué más folletín que la vida? El
cerebro es la
computadora de carne
(materia) que guía cada uno de nuestros pasos físicos y mentales. Claro, este
reportaje/entrevista
(¿Cómo la etiquetaran en las Escuelas de Comunicación Social?) no está dirigido
a
"especialistas"
que, seguramente, conocen mucho sobre el terna. Es para "gente como
uno" que no
sabe tanto de las
investigaciones que durante muchos años se vienen haciendo sobre esa delicada
computadora.
Para quien no leyó la
entrevista publicada el 30-9-89 debemos decir que el cerebro del ser humano
está
compuesto
—elementalmente— por tres sistemas: el Neo-Cortex donde se alojan el hemisferio
izquierdo y el
derecho; el Límbico, que rige nuestras emociones y sentimientos y Reptil que no
es otro
que el cerebro
primario, responsable de los patrones de conducta, de los ritos, de les
repeticiones, de
las costumbres
ancestrales.
El gran
descubrimiento de MacLean (quien llegó hasta cerebro Reptil e inventó el
término "Cerebro
Triuno") y el de
Roger Sperry (Premio Nobel 1981) acerca de la importancia del hemisferio
derecho,
mas la experiencia
con niños, adolescentes y padres en la Escuela Mead (Connecticut) y luego,
dando
clases en la
Universidad, permitieron a Elaine de Beauport, desarrollar un Curriculum para
Adultos
sobre la Inteligencia
Múltiple.
Es sumamente difícil
complacer a los lectores que me han solicitado información acerca de cómo
hacer para conectar y
desconectar los tres sistemas del Cerebro Triuno: no hay una receta común. Lo
que puedo hacer es
servir de vehículo para transmitir sintéticamente, algunas de las cosas de las
cuáles
hablé con la
entrevistada.
El
triángulo
—Por las
investigaciones científicas realizadas en las últimas décadas, sabemos que los
tres cerebros
se relacionan. El
Neo-Cortex, el más nuevo, donde tenemos los dos hemisferios. Es el cerebro que
muchos conocen como
pensamiento racional porque nos da las razones, las causas y los efectos. De
allí surge la
expresión verbal y es el hemisferio izquierdo.
El derecho, es el capaz de proporcionarnos
el pensamiento visual
(la imaginación y las artes); el pensamiento asociativo que nos permite hacer
conexiones al azar
con personas, ideas, objetos, en el espacio, en el tiempo y en muchas
dimensiones;
el pensamiento
intuitivo que nos permite adivinar, presentir conocimientos que nacen con
nosotros,
acerca de nuestro
pasado, presente y futuro.
Justamente debajo del
Neo-Cortex, en un sistema químicamente interactivo de órganos, tenemos el
Cerebro Límbico o
Emocional que está relacionado con el corazón por medio del sistema
involuntario.
Es capaz de amar:
capaz de afectar y ser afectado por nuestra propia vida y por muchas otras
vidas
alrededor nuestro;
contener regiones exploradas unas e inexploradas otras, para el placer y el
dolor,
productoras de
químicos naturales conocidos y desconocidos; orquestar lo que llamamos el
sistema
nervioso involuntario
que gobierna funciones significativas y áreas del cuerpo sobre las que no
tenemos control
consciente, tales como el corazón, el ombligo, la respiración y la parte baja
de la
columna vertebral;
tener acceso a la memoria a largo plazo; producirnos excitación sexual y ser
guiado
por un sistema
respiratorio todavía no completamente explorado por nosotros.
La doctora Beauport,
corno buena pedagoga que es, continúa explicando el asunto después de tomar
conciencia de que
sentía mucha emoción: respiró profundo, se tomó unos segundos y prosiguió:
—Aún más
profundamente en el cerebro, justo encima del tallo cerebral, tenemos el
"Complejo R" o
Sistema Reptil cuya
"inteligencia" puede ser la más simple y la mas profunda de todos los
cerebros
simplemente movernos
hacia o alejarnos de eventos, actividades, personas, ideas... como respuesta
sensible a energías
que tenemos en niveles muy primarios. Este "primer cerebro" es capas
de canalizar
estas energías una y
otra vez hasta que se vuelvan patrones primarios de comportamiento —rutas,
rutinas y, cuando se
adornan con pensamientos sistemas de creencias y las artes, de convierten o
vuelven los rituales
de culturas, naciones e instituciones.
La escucho y siento
que se me "revuelven" los hemisferios, el Límbico y el Reptil.
Pienso, conecto mi
izquierdo con mi
derecho; me emociono y me comporto en esa silla de mimbre, donde estoy sentada,
como una persona a la
cual se le hace un nudo en la garganta, un friíto me recorre el Plexo Solar (el
ombligo y llega hasta
el coxis) y se me revuelve el ancestro. Pienso, siento e intuyo que estoy cerca
de
algo que me puede
ayudar a cambiar ciertos patrones de conducta inculcados; a reafirmar otros.
Primero suspiré,
después respiré rápidamente (para relajarme y seguidamente recobré mi ritmo
normal. El oxigeno me
ayudo a involucrarme con lo que me decía la entrevistada. Entonces le
pregunté:
— ¿Cómo podemos
hacer para desechar los patrones de conducta que muchas veces nos
embroman
la existencia? (Aura Sofía Díaz tuvo que
"traducirle" el significado de "embroman").
— Yo creo que podemos
educar este cerebro Reptil a pesar de su profundo escondrijo bajo los otros
cerebros y su firme
tenacidad hacia los patrones más grabados. Podemos usar el Neo-Cortex y el
Límbico para
engatusarnos a "cambiar las riberas del río", para canalizar nuestras
energías hacia
nuevas rutinas y
rituales que pueden servirnos mejor para nuestra evolución personal y mejorar,
en
general, el deseo del
ser humano.
Mirar
adentro
Perdonen los lectores
que personalice. Ea que supongo que le pasa a mucha gente lo mismo: resulta
que hace muchos años,
una astróloga norteamericana que vivía en Caracas, me dijo —entre otras
muchas cosas
importantes— que yo debía "mirar hacia adentro porque tiene mucha energía
positiva
que está buscando
salida". Reflexioné acerca de eso y asocié. De acuerdo a la información
acerca de
los planetas que
están en mis "casas", supe por ejemplo que Júpiter, Dios de la
Justicia rige a mi signo
Sagitario y que mi
ascendente es Virgo, regido por Mercurio, planeta de la comunicación.
Comprendí,
entonces por qué
tenía tanta inclinación por el periodismo, la sociología, las humanidades y el
arte.
A partir de ese
momento, sin tener clara conciencia por
falta de conocimientos profundos acerca de la
materia —comenzó un
proceso de "mirar hacia adentro". Luego, tal vez la unión de
intuición,
experiencia y
sentimiento, me ayudaron a administrar la energía. Supongo que todos los seres
humanos, si tenemos
oportunidad, podemos crecer.
Esta personalización
viene a cuento porque Elaine de Beauport explicaba que las emociones influyen
en nuestros
pensamientos sin tomar en cuenta si estos son o no adecuados y —muy
importante—
''Este ha sido un
aspecto muy delicado en la enseñanza, ya que han sido muchos los educadores que
han considerado, por
largos años, que las emociones son algo totalmente separado del
pensamiento".
Beauport señala:
—Tenemos emociones y pareciera que fueran algo
que nos ocurre en vez de algo que hacemos.
Decimos que pensamos
pero no decimos que "emosamos". Los educadores se refieren al
'pensamiento
emocional' en forma
despectiva y como algo opuesto al aspecto racional o pensamiento objetivo. En
las últimas décadas,
los educadores han reconocido la importancia de las emociones en el aprendizaje
por lo que se han dado
a la tarea de diseñar programas para su estudio en el aula y son los llamados
'aprendizaje
afectivo' o 'educación humanista'. Sin embargo, esto resulta insuficiente ya
que la base de
estos programas fue
la noción de que el afecto y el pensamiento eran dos aspectos separados que
podían integrarse a
través de ciertas actividades. Pero, tomando en cuenta los resultados de las
últimas
investigaciones sobre
el Límbico, se puede concluir que las emociones no se pueden manejar, valorar
ni estudiar como algo
aparte del pensamiento o del llamado aspecto cognoscitivo.
—Entonces,
el Límbico tiene mucha relación con la información que recibimos y debemos
procesar...
—El sistema Límbico
sirve como estación intermedia en el flujo de información. Ninguna información
llega el Neo-Cortex
si no pasa por el cerebro Límbico. Esto significa que todo lo que hemos dado en
llamar pensamiento
objetivo, pensamiento cognoscitivo o pensamiento racional, se refiere a
procesos
mentales que han sido
filtrados a través del cerebro emocional. Si la actividad emocional del cerebro
no puede expresarse
adecuadamente en el proceso mental, pueden ocurrir dos fenómenos: la atrofia de
las conexiones de las
dendritas en esa sección del cerebro o la represión del estimulo y los
subsiguientes efectos
somáticos. En otras palabras: toda energía que se encuentre atrapada en esta
sección del cerebro,
emergerá en otra parte del organismo. Si esta energía no es procesada por el
NeoCortex,
ésta
conseguirá
vías
de
escape
y
puede
provocar
dolor
y
enfermedades
sicosomáticas.
Lo anterior significa
que, objetivamente, no existe la objetividad...
"La
nota" natural
Beauport explica que
es en el tálamo donde se localizan ciertos centros de dolor y de placer y lo
asocia
a la educación.
—Los educadores han dicho con frecuencia, que
generalmente recordarnos con más facilidad lo que
es importante para
nosotros. Muchos han dicho que la motivación es el aspecto clave en el
aprendizaje. Sin
embargo, no sabemos con precisión por qué esto es así. Muchas veces nos ha
desalentado lo que
hemos llamado 'falta de motivación' o 'falta de interés'. Parece que la razón
por la
que recordamos lo que
es importante para nosotros es porque esa información nos produce placer o
nos ayuda a evitar el
dolor. Este dolor y placer se evidencian
en el cerebro por la presencia de dos
sustancias químicas:
las encefalinas y las endorfinas. La presencia de estas sustancias — que son
producidas
naturalmente por el cerebro— provocan la sensación de placer o eso que la gente
llama
"notas
naturales".
De hecho, parece que
el funcionamiento del cerebro no depende únicamente de la presencia o ausencia
de estas sustancias
químicas. También funciona como lo que los investigadores Stein v Belluzi han
llamado "una
máquina para sentirse bien". Según Stein, la mitad de esta máquina busca
los incentivos,
buscando la
excitación, la estimulación y el interés en momentos en los cuales reina la
monotonía.
El
"encendedor" natural de estas emociones es la dopamina (la
entrevistada señala cuáles son las
drogas equivalentes
pero no las transcribo para que no nos "acusen" de " incitar
a" y nos pongan
presos a mí o al jefe del cuerpo C). La otra mitad de la
máquina, busca la quietud en caso de que el
sistema haya sido
sobre-estimulado u objeto de dolor, hambre extrema y otras necesidades fuertes.
Stein añade:
"Después de esto, lo que uno quiere es disminuir el impulso y recibir
gratificación" En
este caso el apagador
natural son las encefalinas y se puede lograr el mismo efecto con otras
sustancias
químicas que producen
indiferencia ante los impulsos naturales.
Placer
o dolor
Beauport sabe las
implicaciones de la cita anterior y por eso dice:
—Por lo menos sabemos que existe una
justificación química de lo que hemos dado en llamar en
educaci6n:
"motivación" o "falta de motivación". El estudiante que no
logra el éxito, se aparta y
conseguirá estar
satisfecho al hacerlo gracias a las endorfinas naturales que operan en los
centros de
placer y de dolor.
Por lo tanto, a menos que los educadores consideren que la motivación de los
estudiantes es un
aspecto fundamental, los estudiantes pueden aprender desde muy pequeños, a
alejarse, sentir
placer en ese aislamiento y hacer de esto una costumbre permanente. Después de
cierto
tiempo, este
comportamiento se verá acompañado de una respuesta químicamente placentera.
Esto
quiere decir que el
aspecto vital para educadores y la familia, debe ser respetar los intereses y
la
motivación de todo
estudiante desde la más temprana edad.
Ojo
con la droga
Ella cita el libro
Supermind de Bárbara Brown, investigadora en el área de retroalimentación,
según la
cual "la persona
que abusa de las drogas lo hace para satisfacer un aspecto que su mente no ha
aprendido a
satisfacer por sí misma".
—Entonces, debemos
dedicar nuestra atención al tálamo y a las sustancias químicas naturales para
conseguir algunas
respuestas.
Por eso es que valen
las preguntas de Beauport y su filosofía: ¿Tienen los educadores responsabilidad
de educar para que
los estudiantes puedan experimentar
motivación propia e incluso
"notas naturales"
y para que puedan
controlarlas por medio de los pensamientos y las acciones? ¿De qué manera puede
afectar el
conocimiento que tenemos acerca de las sustancias químicas naturales del
cerebro a nuestros
sistemas de
educación, tanto a nivel primario, como secundario y superior? ¿Debemos hacer
un
esfuerzo para enseñarles
a los niños a controlar su mente y su
cuerpo; es decir, para que puedan
responder a lo que es
significativo para ellos y así evitar que en el futuro busquen sustancias
químicas
artificiales para
estimular el centro de placer en sus cerebros?
Y nosotros
humildemente, preguntarnos:
¿Quién forma a los
educadores? En el caso venezolano: ¿Cómo nos deslastramos de tanto mal
aprendizaje (cerebro
Reptil)? ¿Por qué somos tan 'límbicos' con los demás y tan
"neo-cortexianos"
izquierdos" en
nuestras leyes (léase Congreso)? ¿Cuándo y cómo podremos enchufar el cerebro
Triuno
para abrir el camino
del nuevo país? ¿Qué estímulos necesitaremos para unirnos y poder "Jugarle
limpio a Venezuela?
Nota: La
pituitaria (glándula central, hipófisis) es influida por el cerebro Límbico.
Controla el sistema
químico del cuerpo
mediante la liberación de hormonas. Es responsable de los cambios biológicos
más
importantes que
ocurren en la adolescencia. Y recordemos: no se puede separar, como bien
decían, los
griegos, el cuerpo de
la mente. Ambos deben estar sanos. El "controlador" de todo el
aspecto químico
hormonal del cuerpo
se localiza en el cerebro emocional.
Para conectar la
orquesta Triuna
Según
Elaine de Beauport
Estar dispuesto y
tener la habilidad para cambiar la verdad de la razón por la
verdad de las
imágenes y dejar la verdad de las imágenes para alcanzar la
verdad de la
intuición, para ir de la verdad de la tristeza y la rabia y el dolor y la
herida, a la verdad
de la alegría y el éxtasis de la verdad del sentimiento a la
verdad de la paz, a
la verdad de nuestra rutina diaria y de nuestros rituales más
preciados y nuestros
valores más profundos. Estar dispuesto a cambiar de
verdad en verdad, en
respuesta a la vida
.
¿Cómo?
Amándose
a sí mismo:
Active cada cerebro
todos los días. Sea capaz de pensar, meditar, sentir y tener una rutina fisica
rítmica; conozca y
sea exacto acerca de lo que lo entusiasma, reconozca y déle mérito a lo que
hace
mejor; tenga un
sistema de creencias suficientemente amplio para asegurar que su vida tenga
significado y
conexión; desarrolle ritmos y rutinas para sus necesidades básicas de hogar,
comida,
trabajo, juego,
relaciones y salud; sea capaz de sentir todas las emociones y conozca cuáles
puede
expresar de forma
segura; conozca qué hacer con su dolor. rabia, tristeza, culpa, preocupación y
temor;
cada día, preste
atención y anote las situaciones de la vida que lo hacen sentir alto o bajo;
sea capaz de
acceder y ampliar los
momentos supremos y conozca la forma de entender los momentos malos como
mensajes significados
Amando
a otros:
Aprenda como
conectarse y desconectarse, pero sin separarse; aprenda a llegar a acuerdos
(sea capaz
de especificar y
verificar); aprenda a apreciar (sea capaz de ver conexiones entre los demás y
usted) y
aprenda a establecer
empatías, cuidados, amor y compasión (sea capaz de ser afectado)
Cerebro Triuno e Inteligencia Emocional.
Nuestro cerebro tiene un
gran potencial de aprendizaje, que exige la aplicación de lo aprendido, y
la utilización de habilidades y competencias tanto personales, como sociales y
profesionales para el logro de nuestros objetivos, por lo tanto, se hace
necesario prestar atención no sólo a la dimensión cognitiva, sino también a la
dimensión emocional de la persona, la cual debe ser educada para que las
emociones y los sentimientos afloren convirtiéndose en apoyo, estimulo y guía
para la vida.
Partiendo de esta premisa, se narra de una manera sucinta e interesante, la
función de nuestro cerebro desde una teoría neurocientífica, dando a conocer
los estudios realizados sobre Cerebro Triuno e Inteligencia
Emocional.
Paul McLean, (1978-1990). Creador del modelo del cerebro triuno, a partir de estudios fisiológicos realizados con animales, descubre
tres estructuras o sistemas cerebrales: reptil o básico, límbico y neocortex;
que actúan de manera integrada aunque cada uno es distinto en su estructura
física y química, procesan la información que reciben según su propia modalidad
y originan el funcionamiento cerebral, al igual que su estructura y
capacidades; siendo estas responsables del comportamiento humano.
Se resumen a continuación en orden evolutivo:
EL REPTIL
O REPTILIANO: Es la
parte más primitiva de nuestro cerebro.
* Regula
las funciones de supervivencia, las funciones básicas y el instinto.
* Es el responsable de la relación con el
entorno.
* No está en capacidad de pensar, ni de sentir; su
función es la de actuar, cuando el estado del organismo asi lo de demanda.
EL
CEREBRO LÍMBICO: Es
responsable de las emociones, los recuerdos y las reacciones anímicas.
* Está asociado a la capacidad de sentir y
desear.
* Su función principal es la de controlar la vida
emotiva, lo cual incluye los sentimirntos, la regulación endocrina, el dolor y
el placer.
EL
CEREBRO NEOCÓRTEX: Es la corteza donde se unen los dos hemisferios, genera el racionamiento
y modula el área emocional.
* Está directamente relacionado con el
proceso racional de entendimiento y de ANÁLISIS.
* Es el lugar donde se llevan a efecto los
procesos intelectuales superiores.
* Está estructurado por el hemisferio izquierdo (razonamiento lógico, análisis, síntesis y descomposición de un todo en sus partes) y el hemisferio derecho (procesos asociativos, imaginativos y creativos).
* Está estructurado por el hemisferio izquierdo (razonamiento lógico, análisis, síntesis y descomposición de un todo en sus partes) y el hemisferio derecho (procesos asociativos, imaginativos y creativos).
Cabe destacar que estas tres estructuras o sistemas cerebrales, están asociadas
a múltiples inteligencias. A cada cerebro se le otorgan funciones, denominadas
inteligencias.
El modelo del Cerebro Triuno propone que existen 10 tipos de inteligencias
distintas y a su vez complementarias, que le permiten al ser humano realizar
las maravillas que hace.
A continuación se describe en forma general las inteligencias
correspondientes a los tres cerebros: el Sistema Neocortical, al Sistema
Límbico y al Sistema Básico:
LAS INTELIGENCIAS MENTALES DEL SISTEMA NEOCORTICAL
* La Inteligencia Racional:
Es el proceso por el cual percibimos información por medio de conexiones
secuenciales destacando las razones lógicas, la causa y el efecto.
* La Inteligencia Asociativa:
Es el proceso que nos permite percibir información por medio de conexiones al
azar. Es yuxtaponer o asociar información.
* La Inteligencia Espacial Visual y
Auditiva: Es el proceso de percibir en imágenes y/o en sonidos.
* La Inteligencia Intuitiva: Es el conocimiento directo sin el uso de la razón. Es conocer desde adentro.
* La Inteligencia Intuitiva: Es el conocimiento directo sin el uso de la razón. Es conocer desde adentro.
LAS INTELIGENCIAS EMOCIONALES DEL SISTEMA LÍMBICO
* La Inteligencia Afectiva:
Es el proceso de dejarnos afectar por algo o alguien; es desarrollar la
habilidad de acercamiento a una persona, lugar, cosa o idea.
* La Inteligencia de los Estados de
Ánimo: Es la capacidad de entrar y salir de distintos estados de
ánimo que van desde un rango de placer hasta el d dolor
* La Inteligencia Motivacional:
Es la capacidad de reconocer lo que queremos y lo que más nos emociona y poder
guiar nuestra vida en relación con nuestro querer y desear. Es saber qué nos
mueve a la acción.
LAS INTELIGENCIAS DEL COMPORTAMIENTO DEL SISTEMA BÁSICO
* La Inteligencia Básica: Es
la capacidad de movernos hacia algo o alejarnos de ello. Es ser capaz de imitar
y/o de inhibir algo o alguien que esté a nuestro alrededor.
* La Inteligencia de los Patrones: Es
la capacidad de concientizar las huellas que condicionan un nuestro
comportamiento y desarrollo, aceptándolas o cambiándolas.
* La inteligencia de los Parámetros: Es
la capacidad de reconocer, transformar y extender los ritmos, rutinas o
rituales de la vida.
Partiendo de las grandes investigaciones referidas a la evolución del
cerebro humano, donde demuestran que la mayor parte de nuestra inteligencia se
basa en procedimientos rutinarios o de simple obediencia a reglas elementales,
se le da cabida a la parte sentimental y emocional del individuo a través de
los estudios realizados por Goleman (1995) quien basado en la inteligencia
emocional, afirma que es la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y
en otros, siendo hábil para manejarlos y controlarlos al interactuar con otros.
A continuación:
LAS CINCO COMPETENCIAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Autoconocimiento: Habilidad de reconocer y entender sus emociones,
estado de ánimo e impulsos, así como su efecto en los demás.
CARACTERISTICAS:
* Confianza
en sí mismo.
*
Autoevaluación, realista.
* Sentido
del humor, autocrítico.
Autorregulación: Habilidad para controlar o redirigir impulsos y
estados de ánimo. Propensión a eliminar los juicios, piensa antes de actuar.
CARACTERISTICAS:
* Confiabilidad
e integridad.
* Conformidad
con la ambigüedad.
* Apertura
al cambio.
Motivación: Pasión para trabajar por razones que van más allá del dinero y el status
Propensión a lograr metas con energía y persistencia.
Propensión a lograr metas con energía y persistencia.
CARACTERISTICAS:
* Fuerte
impulso hacia el logro.
* Optimismo
incluso frente al fracaso.
* Compromiso
organizacional.
Empatía: Habilidad para entender la apariencia emocional de los temas. Habilidad
para tratar a las personas de acuerdo con sus reacciones emocionales
CARACTERISTICAS:
* Capacidad
para fomentar y retener el talento.
* Sensibilidad
intercultural.
* Servicio
a clientes y consumidores.
Habilidades Sociales: Pericia en el manejo y construcción de redes de
relaciones
Habilidad para encontrar un espacio común y constituir simpatía.
Habilidad para encontrar un espacio común y constituir simpatía.
CARACTERISTICAS:
* Efectividad
en liderar el cambio.
* Habilidad
para persuadir.
* Pericia en liderar y construir
equipos.
A partir de esta toma de conciencia de las emociones y capacidades, el hombre
se plantea objetivos y planifica acciones para llevarlos a cabo, Howard Gardner
(1983), plantea que existen varias clases de inteligencia y al uso adecuado de
todas ellas le denomino inteligencias múltiples.
LOS TIPOS DE INTELIGENCIAS IDENTIFICADOS POR GARDNER SON:
Inteligencia Verbal/ Lingüística: Se refiere al uso del lenguaje en
forma eficaz. Mayormente la desarrollan los poetas, autores, oradores,
abogados, vendedores y escritores.
Inteligencia Lógico – Matemática: Es el razonamiento asertivo de
uso de la habilidad numérica. Se corresponde con el modo de pensamiento del
hemisferio izquierdo. Las personas que la usan para trabajar son contadores,
administradores, científicos, programadores de computación, matemáticos y
detectives.
Inteligencia Espacial: Es la percepción a través del sentido de la vista
para la creación artística. Allí encontramos ubicados a decoradores,
diseñadores, marineros, ingenieros, cirujanos, y arquitectos.
Inteligencia Musical: Es la capacidad de discriminar los sonidos y notas
musicales. Aquí encontramos a los músicos, compositores, directores de orquesta
y cantantes.
Inteligencia Corporal – Cinestésica: Trata de la competencia a nivel
del lenguaje corporal.
La demostramos cuando unimos cuerpo y mente para lograr un rendimiento físico completo. Usando el cuerpo para comunicar pensando en movimientos, gestos y lenguaje corporal como los atletas, bailarines, médicos, carpinteros y gimnastas.
La demostramos cuando unimos cuerpo y mente para lograr un rendimiento físico completo. Usando el cuerpo para comunicar pensando en movimientos, gestos y lenguaje corporal como los atletas, bailarines, médicos, carpinteros y gimnastas.
Inteligencia Interpersonal: Es el tener conciencia de las debilidades y
convertirlas en fortalezas, para así tener mayor control y ejercer influencia
en los demás. Aquí se incluyen políticos, vendedores, terapeutas, profesores, y
asistentes sociales.
Inteligencia Intrapersonal: Tiene que ver con las emociones y su relación con
las habilidades y destrezas, a fin de lograr el autoconocimiento y autocontrol.
En esta categoría encontramos: teólogos, filósofos, psicólogos y psiquiatras.
Inteligencia Naturalista: Se refiere al uso consiente del medio ambiente para
experimentación y conservación. Se manifiesta cuando tenemos una aguda admiración
por el mundo (flora - fauna) y los fenómenos naturales, clasificando,
relacionando y diferenciándolos como los botánicos, ecologistas, biólogos y
zootecnistas.
La teoría del Cerebro Triuno explica el comportamiento humano desde una
perspectiva integral y holístico, donde el pensar, sentir y actuar se
compenetran en un todo que influye en el desempeño de las personas, tanto en lo
personal y laboral, como en lo profesional y social.
La capacidad de reconocer los sentimientos propios y el de los demás,
contribuyen a manejar mejor nuestras emociones, favorecen las relaciones
con nuestros pares, fortalecen la comunicación, base y principio de las
relaciones que cada día establecemos. Los aportes de la teoría de la
inteligencia emocional, conjuntamente con el conocimiento sobre el
funcionamiento del cerebro triuno otorgan una visión enriquecedora de sí mismo
y de nuestro entorno.
Es por ello que a través del uso de estas múltiples inteligencias, las personas
puedan aprovechar al máximo toda su capacidad cerebral, para ello los docentes
debemos crear espacios de aprendizaje variados que faciliten el desarrollo de
los tres cerebros. Del mismo modo, el currículo debe girar alrededor de
experiencias reales, significativas e integradoras; desarrollar estrategias de
enseñanza-aprendizaje integradas, variadas, articuladas, que involucren los
tres cerebros; el clima psico-afectivo en los diferentes escenarios de
aprendizaje, debe ser agradable, armónico y cálido, proporcionando una óptima
interacción en el aula de clase, o en el ambiente que se esté impartiendo el
aprendizaje, (docente-estudiante, estudiante-estudiante, docente-comunidad)
para lograr resultados significativos.
Neurociencia, cerebro triuno, inteligencias
múltiples y dinámicas del pensamiento
Nota
sobre los autores:
El
escrito que a continuación se presenta, es el resultado de un trabajo
colaborativo hecho por mi persona conjuntamente con los siguientes
compañeros del postgrado:
Figuera Jennifer (jcfo1710@gmail.com)
Gómez Saiby (sai_ucv@yahoo.es)
Fernández José Luís (joselotefernandez@gmail.com)
Hernández U. Gabriel A (gahu_85@hotmail.com)
Los
estudios sobre el cerebro se remontan a más desde 5000 años, donde los médicos
del antiguo Egipto conocían muy bien diferentes síntomas de lesiones
cerebrales. No obstante, para esa época se consideraba que la memoria y la sede
del alma era el corazón. Esta concepción se mantuvo hasta en la antigua Grecia
donde Hipócrates, conocido como el padre de la medicina oriental, manifestó que
el cerebro no solo participaba en las sensaciones sino que era la sede de la
inteligencia. Por otra parte, Aristóteles propuso que el cerebro era el
radiador para enfriar la sangre sobrecalentada por el corazón, por lo tanto y
de acuerdo a esta creencia, el temperamento racional de los seres humanos se
explica por la capacidad de refrigeración de cerebro.
El médico
y escritor griego Galeano (130-200 a.C) adoptó la visión de Hipócrates sobre
las funciones cerebrales. Por medio de diferentes disecciones, Galeano trato de
deducir la funciones del cerebro de acuerdo a su estructura, proponiendo que el
cerebro debía ser el receptor de las sensaciones y el cerebelo el emisor de las
ordenes a los músculos. Este concepto prevaleció casi 1500 años, siendo
reforzada su teoría por Versalius (1514-1564) y dándoles aportes sobre el
detalles de las estructuras del cerebro. Entre el siglo XVIII y XIX se
realizaron avances significativos que permitieron una mejor comprensión del
sistema nervioso, proporcionando de este modo una base sólida en la cual se
apoya la neurociencia del siglo XX. Algunos de estos avances fueron:
·
Entre
1772 y 1775, John Walsh demostró que la electricidad parecía estar implicada en
la fisiología animal; sin embargo, este autor no pudo explicar cómo la
electricidad se podría almacenar en los tejidos.
·
En 1791,
los trabajos de Luigi Galvani proporcionaron evidencias experimentales acerca
de la implicación de la electricidad en la función neuromuscular. De acuerdo
con su teoría, existe un desequilibrio entre el interior y el exterior de las
fibras musculares, siendo una fibra nerviosa la que penetra en éstas
permitiendo el flujo eléctrico entre los dos compartimentos.
·
A finales
de siglo, los trabajos de Galvani y el biólogo alemán Emil du Bois-Reymond
habían puesto de manifiesto que la estimulación de un nervio permitía inducir
el movimiento de los músculos. Por lo tanto, se llegó a la conclusión que el
cerebro podía generar electricidad. No obstante, una de las preguntas que se
plantearon en el momento fue si las señales que llegan hasta los músculos y que
causan el movimiento utilizan las mismas vías que las que registran las
sensaciones.
·
A
principios del siglo XIX el físico escocés Charles Bell y el fisiólogo francés
François Magendi intentaron dar respuesta a esta cuestión, al asomar la
posibilidad de que las dos raíces espinales transmitieran la información en
direcciones diferentes, demostrando que la sección de la raíz ventral provocaba
parálisis muscular.
·
Por su
parte, Magendi pudo demostrar que las raíces dorsales transmitían la
información sensorial hasta la médula espinal.
·
A finales
de siglo, los fisiólogos alemanes Gustav Theodor Fritsch y Eduard Hitzig
estimularon partes concretas del cerebro de un perro, observando que esta
estimulación provocaba la contracción de músculos específicos en la parte
opuesta del cuerpo del animal.
·
Por otro
lado, otra de las aportaciones destacadas de este siglo fue el estudio de la localización
de diferentes funciones en partes anatómicamente diferenciadas del cerebro. En
1823, el fisiólogo francés Jean-Pierre-Marie Flourens puso de manifiesto que el
cerebelo tenía un papel muy importante en la coordinación motora, sugiriendo
que, en última instancia, las funciones cognitivas son propiedades globales que
provienen de la actividad integrada de todo el cerebro y no de regiones
específicas anatómicamente diferenciadas.
·
No obstante,
el austríaco Franz Joseph Gall se inclinó por la idea de que el cerebro estaba
compuesto de partes especializadas. La percepción, la emoción y el lenguaje se
podían localizar en diferentes sistemas neurales.
·
Por su
parte, a mediados de siglo, el cirujano francés Pierre Paul Broca argumentó que
el lenguaje, una de las funciones que nos distinguen de otras especies, no es
una propiedad procedente del funcionamiento global del cerebro, sino que se
puede circunscribirse a regiones cerebrales específicas. Broca presentó a un
paciente que podía entender el lenguaje pero no podía hablar. A la muerte del
paciente (1861) examinó su cerebro y observó que sólo una pequeña porción de
tejido parecía dañada; esta lesión se localizaba únicamente en el lóbulo
frontal del hemisferio izquierdo.
A pesar
de que los estudios sobre el cerebro son casi tan antiguos como la ciencia
misma, tal y como se puede desprender de lo expuesto hasta el momento, siendo
abordado desde diferentes disciplinas: medicina, biología, psicología, física,
química y matemáticas, el término neurociencia es relativamente joven. Este
campo de estudio, brevemente definido por Mora y Sanguinetti (1994) como la
disciplina que estudia el desarrollo, estructura, función, farmacología y patología
del sistema nervioso, fue introducido en la lengua inglesa como término
(neuroscience) entre finales de la década de los 60’s y principios de los 70’s.
Por ello, de acuerdo con la opinión de Jones y Nutton (En: Mora y Sanguinetti,
1994), se puede afirmar que la neurociencia como tal es un fenómeno que se
inscribe fundamentalmente en el siglo XX, a pesar de sus profundas raíces
dentro del campo del conocimiento biomédico.
La
revolución de la neurociencia surgió cuando se produjo un cambio de paradigma,
a raíz del cual resultó evidente que la manera más eficaz de comprender la
forma en que funciona el cerebro procedía desde una mirada interdisciplinaria
(Bear, Connors y Paradiso, 1998), trasladándose el estudio del cerebro desde
una posición periférica dentro de las ciencias biológicas y psicológicas para
convertirse en el eje central de cada una de estas disciplinas. Este cambio
tuvo lugar principalmente debido a que el estudio del cerebro se incorporó en
un marco general de conocimiento que contaba con los avances de la biología
celular y molecular, así como el surgimiento de la psicología como disciplina
científica. Dentro de esta nueva línea, el alcance de la neurociencia fue capaz
de abarcar desde el estudio de los genes y de las moléculas hasta la cognición
y la propia mente del individuo.
Aun así,
en nuestros tiempos el cerebro y el sistema nervioso en general representa un
gran desafío, pero a la vez es fuente de un gran interés por parte de la
comunidad científica como consecuencia de que la ciencia y el método científico
en general, se fundamentan en lo perceptible a través de nuestros sentidos y
más específicamente cómo funciona nuestro cerebro en tanto órgano que se ocupa
de interpretar la información que recibimos del ambiente. De acuerdo con Bear,
Connors y Paradiso (1998), la neurociencia fundamenta su aproximación
científica a su objeto de estudio a partir de un método que consta de los
siguientes cuatro pasos:
1. Observación: este paso tiene que
ver con la comprobación de hipótesis establecidas por el investigador a partir
del diseño de experimentos que lo pueden llevar a negar o no la hipótesis
establecida, y llegar a una conclusión esperada, o descubrir algo totalmente
diferente e inesperado.
2. Reproducción: los resultados de
lo observado por el investigador deben poder ser reproducidos por otros
científicos en otros ambientes, por lo que lo que se busca es el
establecimiento de experimentos lo suficientemente claros y específicos como
para que puedan ser reproducibles por otros investigadores.
3. Interpretación: a pesar de que
los investigadores deben generar experimentos lo suficientemente definidos como
para que puedan ser reproducidos por otros investigadores en otros lugares y
tiempos, es importante destacar que el investigador debe brindar una
interpretación con respecto a esos datos que dependerá básicamente de sus
concepciones teóricas y en general, de su formación tanto académica como
personal.
4. Verificación: la verificación
será lo que permitirá el establecimiento de hechos científicos, por lo que el
observador original, deberá dejar la mayor cantidad de detalles en cuanto a las
variables tanto controlables como no controlables que formaron parte de la
investigación, permitiendo que las interpretaciones puedan ser confirmadas o
refutadas y por ende, se puedan establecer hechos científicos relativamente
estables.
Esto, sin
duda alguna, marca una diferencia en cuanto a la forma de entender la ciencia,
pues a pesar de que se investiga sobre el cerebro con el objeto de dilucidar
cómo funciona y a partir de allí explicar cómo funcionamos y por ende
acercarnos mejor a quienes somos, no se aspira a construir verdades
universales, en tanto que los científicos están conscientes de que una serie de
variables psicológicas, biológicas, históricas y sociales, algunas veces
controlables y otras veces no, intervienen en su funcionamiento. Como
consecuencia, los resultados de un experimento pueden ser validos en un
contexto espacio-temporal determinado, más no en otro. Finalmente, la revisión
bibliográfica emprendida permite afirmar, a grandes rasgos, que los objetivos
de la neurociencia están relacionados con:
1. Describir la organización y
funcionamiento del sistema nervioso, particularmente del cerebro humano.
2. Determinar cómo el cerebro se
formó en la evolución y cómo se "construye" durante el desarrollo
infantil.
3. Encontrar medios para prevenir y
curar enfermedades neurológicas y aquellas enfermedades psiquiátricas que
tienen base orgánica.
El
Cerebro desde la Neurociencia
El
cerebro es un órgano de consistencia semisólida que se adapta a la forma de su
contenedor, que es el cráneo. Tiene forma ovoide, con la extremidad posterior
más ancha. Pesa alrededor de 1400 grs. en el hombre y 1200 grs. en la mujer. El
cerebro ocupa la parte antero superior del encéfalo, casi la totalidad de la
caja craneal, su parte superior (convexidad del cerebro), se corresponde con la
bóveda craneal, y su parte inferior (base del cerebro) con el compartimiento anterior
y medio de la base del cráneo (Giménez-Amaya y Murillo, 2007). El encéfalo se
protege del medio externo por medio de tres barreras: cráneo que es la
principal barrera en contra del trauma físico, las meninges y el LCR. Las
características y datos del cerebro humano son sencillamente excepcionales,
aparentemente increíbles y casi imposibles de imaginar. Algunos de ellos,
tomados de Eccles (1973) y Hainer (1968), son:
·
El
cerebro representa sólo el 2% del peso del cuerpo, pero consume el 20% de su
energía.
·
Está
conformado por unos 10 a 15 mil millones de neuronas, las cuales se
interconectan con otras por un número de sinapsis que va de varios centenares a
más de 20.000.
·
El tiempo
de activación entre dos sinapsis es inferior a un milisegundo.
·
Una
estimación moderada de la frecuencia de impulsos entre los dos hemisferios
supera los 4000 millones por segundo, llegando el no consciente de uno a diez
millones de bits por segundo.
·
Toda
experiencia sensorial es registrada en el aparato neuronal y posteriormente
podría ser evocada, si se dan las condiciones y estímulos propicios.
·
Aparentemente,
el cerebro utiliza el principio holográfico para el almacenamiento de
información, de modo que, registrando únicamente una sección del evento o
experiencia, puede emular la totalidad.
Szentágothai
(1975), basándose en extensos estudios microestructurales, ha desarrollado la
idea según la cual tanto en la estructura como en la función de todas las áreas
de la corteza cerebral se componen de unas 10.000 neuronas de diferentes tipos,
especialmente excitadoras e inhibidoras, y toda la maquinaria neuronal de la
corteza cerebral humana posee de uno a dos millones de módulos o engramas.
Tienen un sistema propio de generar energía interna, asegurando la delimitación
del entorno mediante su acción inhibidora sobre los módulos adyacentes, de modo
que cada módulo puede actuar sobre cientos de otros, recibiendo a su vez la
acción de ellos.
Entre las
muchas realidades importantes en el funcionamiento del cerebro, hay un hecho
sumamente relevante que conviene subrayar: las vías de los órganos receptores
que van al cerebro nunca son directas, sino que siempre hay conexiones
sinápticas de una neurona a otra. Una neurona sólo lleva el "mensaje"
de un extremo al otro de su axón. Por lo tanto, cada uno de estos estadios da
cierta oportunidad de modificar la codificación del "mensaje"
procedente de los receptores sensoriales.
Todos
creemos vivir directamente inmersos en el mundo que nos rodea, sentir sus
objetos y acontecimientos con precisión y vivir en el mundo real y ordinario.
Afirmo que todo eso no es más que una ilusión perceptiva, dado que todos
nosotros nos enfrentamos al mundo desde un cerebro que se halla conectado con lo
que está 'ahí fuera' a través de unos cuantos millones de frágiles fibras
nerviosas sensoriales. Esos son nuestros únicos canales de información,
nuestras líneas vitales con la realidad. Estas fibras nerviosas sensoriales no
son registradores de alta fidelidad, dado que acentúan ciertas características
del estímulo, mientras que desprecian otras. La neurona central es un contador
de historias, por lo que respecta a las fibras nerviosas aferentes, y nunca
resulta completamente fiable, permitiendo distorsiones de cualidad y de medida
en una relación espacial forzada aunque isomórfica entre 'fuera' y 'dentro'. La
sensación es una abstracción, no una réplica, del mundo real (Mountcastle,
1975: s/p).
El
pensamiento moderno y la Neurociencia
Para
dilucidar esta relación debe mantenerse presente aspectos que fueron señalados
anteriormente, como el hecho de que durante las últimas décadas del siglo XX el
estudio del cerebro en las ciencias biológicas y psicológicas pasó de una
posición periférica a ocupar una posición central. Pero, ¿Qué es lo que ha
permitido la gradual incorporación de la neurociencia en el núcleo central de
la biología y su posterior alineación con la psicología? Autores como Kandel y
Squire defienden que el surgimiento de la neurociencia celular y molecular, por
una parte, y el fortalecimiento de la psicología científica, por otra, ha
permitido la ruptura de muchas barreras teóricas, conceptuales e incluso
metodológicas para poder, finalmente, abordar el estudio de la mente y del
cerebro desde el núcleo de ambas disciplinas.
En lo
referente a la biología, a principios del siglo XX resultaba una tarea ardua el
intentar comprender cómo el cerebro se desarrolla y es capaz de percibir,
pensar, realizar movimientos e incluso recordar la información previamente
aprendida. Paulatinamente, la neurociencia ha ayudado a entender el sistema
nervioso como un sistema que está bajo el control de diferentes procesos
biológicos universales, cuyo estudio es fácilmente abordable por el
conocimiento de la tradición biológica.
Respecto
a la psicología, a comienzos del siglo XX parecía muy pretencioso y
reduccionista intentar abarcar los procesos mentales desde una concepción
puramente neural. No obstante, el desarrollo de diversos trabajos de la década
de los 50’s y de los 60’s, así como la aparición de técnicas que permitían el
estudio del cerebro humano bajo diferentes condiciones sensoriales y
cognitivas, han mostrado que a través de la exploración del sistema nervioso se
puede llegar a conocer los procesos cognitivos que intervienen entre estímulos
y respuestas.
Así, en
los últimos años se ha ido vislumbrando una compleja amalgama de relaciones
teóricas y metodológicas entre los diferentes campos que han contribuido, con
una perspectiva interdisciplinaria, a potenciar el estudio científico del
sistema nervioso y sus implicaciones. A veces, puede resultar difícil
distinguir el límite entre las contribuciones y los objetos de estas
disciplinas. De este modo, en los últimos años han ido surgiendo cantidades importantes
de trabajos enmarcados dentro del campo de la neurociencia cognitiva,
delimitándose como una disciplina nueva claramente diferenciada del resto de
las aproximaciones científicas existentes.
Partiendo
de esta conceptualización, se puede asumir que la diferencia más importante que
puede establecerse, dentro de esta nueva perspectiva de estudio y sus
diferentes aproximaciones, es el nivel de análisis que se utiliza. De este
modo, algunas líneas de pensamiento sugieren que la neurociencia cognitiva
utiliza un nivel de análisis más holístico. El análisis exhaustivo de los
procesos mentales a través del estudio de las neuronas, de los circuitos y de
los sistemas cerebrales ha proporcionado nuevos modelos que han servido para
guiar el trabajo experimental, tanto en biología como en psicología.
Algunos
autores –como Kandel y Squire- sugieren que para que la neurociencia pueda
solventar los problemas abordados por las ciencias biológicas y psicológicas se
necesitarán nuevas aproximaciones moleculares y celulares y su uso en
conjunción con los sistemas conductuales y cognitivos. De esta manera, seremos
capaces de relacionar determinados sucesos moleculares y cambios específicos en
el interior de las neuronas con procesos mentales como la percepción, la
memoria, el pensamiento o, incluso, la conciencia, según expresan. Así, esta
relación entre pensamiento y neurociencia implicaría, según su opinión, un
acercamiento biopsicológico a la neurociencia, lo cual potenciaría un enfoque
biológico del estudio de la psicología, y no al revés, es decir, una
perspectiva psicológica del estudio de la biología.
Cerebro
Triuno
En este
contexto histórico en el que el físico y neurocientífico norteamericano Paul
McLean (1913-2007), considerado uno de los grandes científicos del siglo XX y
pionero en el área de la neurociencia, propone la teoría del cerebro triuno.
Esta teoría propone que el cerebro del ser humano está constituido por tres
sistemas o sub-cerebros compuestos a su vez por un conjunto de estructuras
neuronales: el reptilino, el sistema límbico y la neocorteza. MacLean (En:
Beauport y Díaz: 1998) afirma que estos sistemas son radicalmente diferentes en
cuanto a química y estructura, constituyendo “una jerarquía de tres cerebros en
uno”, cada uno de los cuales posee una inteligencia especial, su subjetividad,
su propia percepción de tiempo y espacio, su propia memoria, etc.
Dentro de
todas estas estructuras mentales se encuentran inteligencias, las cuales pueden
ser aprendidas y aplicadas tal como los procesos de racionalidad. La relación
entre estos cerebros implica que el todo es más que la suma de sus partes, ya
que las relaciones de estos permiten guiarnos a la plenitud de la conciencia
humana. La estructura del cerebro triuno es comparable la forma de capas de una
cebolla, ya que cada uno de estos se superpone al otro, dando como resultado un
órgano que física, química, y biológicamente es tres en uno:
·
En la
región inferior de la cabeza, alrededor de una estructura llamada "tallo
cerebral" se encuentra un antiguo mecanismo neural que los seres humanos
comparten con los reptiles. Por eso se le llama reptil, instintivo ó básico, ya
que es allí donde se asientan y ejecutan los programas básicos de la vida: los
instintos y pulsiones, los cuales cuidan de la supervivencia física.
·
Rodeando
esa área, hay una capa superior que forma el "sistema límbico", el
cual comparten en mayor o menor medida los mamíferos, que es donde se asienta
la afectividad, rituales, juegos, etc., cuidando de la supervivencia social.
·
Por
encima y alrededor del sistema límbico está la última capa denominada
"neocorteza", que comparten seres humanos, chimpancés y delfines,
siendo éste el asiento del pensamiento. Está formada por los hemisferios
izquierdo y derecho, y cumple con la función de pensar, imaginar, crear,
anticipar y mantener la conciencia alerta.
Cerebro
Reptil
Constituye
un mecanismo neuronal, el más antiguo del cerebro, que ejecuta los programas
básicos de la vida y es típico de los reptiles. Es un sustrato donde se ubican
los instintos y los cambios psicológicos necesarios para asegurar la
supervivencia y en consecuencia la subsistencia de la especie, tales como:
comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo,
de protección. Adicionalmente, controla mecanismos fundamentales como la
respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la
continua expansión-contracción de nuestros músculos. El cerebro básico posee
una estructura relativamente sencilla y muy arcaica, funciona sobre la base de
conductas estereotipadas y repetitivas.
Las
conductas del sistema "reptil" son difíciles de modificar porque son
pre-programadas, inconscientes y automáticas. El Individuo nace con ellas. Sólo
una capacidad de razonamiento bien desarrollada puede analizar, asumir
responsablemente las conductas del sistema "reptil" y sus
consecuencias. Esta parte del cerebro está formada por los ganglios basales, el
tallo cerebral y el sistema reticular. Este cerebro no está en capacidad de
pensar, ni de sentir; su función es la de actuar cuando el estado del organismo
así lo demanda. Algunos autores han determinado seis formas generales de
comportamiento asociadas con el cerebro reptil: rutinización, imitación,
comportamiento básico o tropismo, repetición, actuar de nuevo y engañar.
Con
respecto a la imitación plantean que es la habilidad que tenemos de emitir una
conducta o ejecutar un comportamiento visto en otra persona considerada exitosa
a fin de alcanzar dicho éxito, motivo por el cual, esta característica está
íntimamente relacionada con la necesidad básica de los humanos de ser aceptados
por otros, y así poder pertenecer a un grupo social con lo que se aumentan las probabilidades
de autopreservación.
Por otro
lado, el comportamiento innato tiene que ver con la respuesta incontrolada que
emite una persona ante un determinado estímulo, y está determinada por
“huellas” que no son más que los recuerdos de una persona o de un momento o
momentos determinados en la vida del individuo que lo marcan de por vida
(Beauport y Díaz, 1987). En este mismo orden, la decepción o comportamiento
engañoso resulta un comportamiento básico y fundamental para la sobrevivencia
en tanto le permite al individuo aplicar las estrategias adecuadas para
alcanzar una meta determinada de la misma manera que un jugador de cualquier
deporte engaña al del equipo contrario, o los ejércitos en la guerra cuando
utilizan estrategias de engaño para confundir al enemigo a fin de ganar en
tiempo y espacio o cumplir con las metas requeridas para alcanzar la victoria.
En cuanto
a las rutinas, consideradas simplemente como actividades o el conjunto de ellas
que un ser vivo ejecuta de manera constante, resultando en algunas ocasiones
importantes y en otras fundamentales para la supervivencia. En síntesis se
puede decir que el cerebro reptil es el que se ocupa de generar patrones de
comportamiento afines con estadios de confort, en los cuales el ser humano
pueda desenvolverse de manera cómoda y constante. Por este motivo, el
establecimiento de rutinas, los comportamientos innatos, la repetición y la
reconstrucción, considerados inconscientes en tanto su establecimiento no
necesariamente tiene que ver con aspectos razonables, son los comportamientos
que en mayor medida nos acercan al resto de los animales con los que
compartimos el mundo.
Cerebro
Límbico
En un
nivel superior de evolución se encuentra el llamado cerebro límbico. Este
cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en
los mamíferos. Se ubica físicamente encima del reptil, específicamente
alrededor de la frontera o borde entre el telencéfalo y el diencéfalo, de ahí
el término límbico, en latín limbus que significa “borde”. Permite al mamífero
un desarrollo sentimental que opera, fundamentalmente, desde la estructura
conocida como la Amígdala, y es ello lo que les permite establecer relaciones
de mayor fidelidad que los reptiles. Está constituido por seis estructuras: el
tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección,
hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los
mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo
(memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más
importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. En este sistema se dan
procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc.
Puede ser
considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro
de las metas. El desbalance de dicho sistema conduce a estados agresivos,
depresiones severas y pérdida de la memoria, entre otras enfermedades. La
investigación en esta área parece apoyar la noción de que toda la información
que penetra al organismo es supervisada y controlada por el sistema límbico que
trabaja en sintonía con el reptil, lo cual constituye una función vital para la
sobrevivencia. Este segundo cerebro, es el que permite sentir. Su carácter más
específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado
en el presente (aprender, memoria).
En
relación con las emociones se puede considerar como sumamente pertinente el
planteamiento de Beauport y Díaz (1987), para quienes el conocimiento de su
importancia permite concederles un estatus que anteriormente era otorgado
solamente a los pensamientos y las acciones. Pero las emociones son constructos
mentales no racionales en tanto que no son el resultado de una construcción
lógica, y al igual que el cerebro reptil puede determinar una decisión en una
situación extrema y ser correcta a pesar de una apariencia inconsistente y/o
irracional.
Neo-corteza
Los
mamíferos modernos, los primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho
más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los
sentimientos, manejan un proceso de mayor entendimiento, que está directamente
relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral, donde se encuentra uno de
los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala evolutiva. La ciencia
ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y
el desarrollo social. Hay en los primates una correspondencia directa entre los
dos aspectos, de manera tal que a mayor desarrollo de la corteza cerebral en
las especies de primates, mayor desarrollo social: sociedades más complejas y
organizadas.
Los
humanos poseen un cerebro mucho más especializado que los primates, por lo
cual, además de sentimientos, manejan un proceso racional de entendimiento y de
análisis, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos, directamente
relacionado con las partes más especializadas de la neo-corteza,
específicamente su región frontal, que les permite adquirir conocimientos,
desarrollar sociedades, culturas, tecnologías y lo más importante: conocer el
universo.
El
Sistema Neocortical o neo-corteza es el lugar donde se llevan a cabo los
procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo
y el hemisferio derecho aunque existe otra división que no excluye la teoría de
los hemisferios y que se fundamenta en la existencia de lóbulos (frontal,
parietal, occipital y temporal). Empero, indistintamente de la división que se
utilice, la intención de hacerlo es la de establecer qué zona específica del
cerebro se ocupa de qué actividad, siendo Gall y Broca los pioneros en el
establecimiento de estos criterios en el siglo XIX. De acuerdo a ello se
considera, por ejemplo, que el hemisferio izquierdo es el encargado de todos
los procesos mentales relacionados con los aspectos lógico-racionales de la
vida, mientras que el derecho está más bien dedicado a los aspectos creativos y
artísticos.
El
hemisferio izquierdo, que es consciente, realiza todas las funciones que
requieren un pensamiento analítico, elementalista y atomista; su modo de operar
es lineal, sucesivo y secuencial en el tiempo, en el sentido de que va paso a
paso; recibe la información dato a dato, la procesa en forma lógica,
discursiva, causal y sistemática y razona verbal y matemáticamente, al estilo
de una computadora donde toda "decisión" depende de la anterior; su
modo de pensar le permite conocer una parte a la vez, no todas ni el todo; es
predominantemente simbólico, abstracto y proposicional en su función, poseyendo
una especialización y control casi completo de la expresión del habla, la
escritura, la aritmética y el cálculo, con las capacidades verbales,
semánticas, sintácticas, lógicas y numéricas.
El
hemisferio derecho, en cambio, que es siempre inconsciente, desarrolla todas
las funciones que requieren un pensamiento o una visión intelectual sintética y
simultánea de muchas cosas a la vez. Por ello, este hemisferio está dotado de
un pensamiento intuitivo que es capaz de percepciones estructurales,
sincréticas, geométricas o gestálticas, y puede comparar esquemas en forma no
verbal, analógica, metafórica, alegórica e integral. Su manera de operar se
debe, por consiguiente, a su capacidad de aprehensión estereognósica del todo, a
su estilo de proceder en forma holística, compleja, no lineal, tácita,
simultánea y acausal. Esto le permite orientarse en el espacio y lo habilita
para el pensamiento y apreciación de formas espaciales, el reconocimiento de
rostros, formas visuales e imágenes táctiles, la comprensión pictórica, la de
estructuras musicales y, en general, de todo lo que requiere un pensamiento
visual, imaginación o está ligado a la apreciación artística.
La
velocidad de trabajo y procesamiento de información de ambos hemisferios es
totalmente diferente: mientras el sistema nervioso racional consciente
(hemisferio izquierdo) procesa apenas unos 40 bits (unidades de información)
por segundo, la plena capacidad de todo el sistema nervisoso inconsciente
(asentado, en su mayor parte, en el hemisferio derecho, el cerebelo y el
sistema límbico) alcanza -como ya señalamos- de uno a diez millones de bits por
segundo (Hainer, 1968).
Las áreas
comprometidas de la corteza son aquellas que desempeñan funciones específicas;
así, las áreas sensoriales y motoras están comprometidas desde el nacimiento
con esas funciones, mientras que las áreas dedicadas a los procesos mentales
superiores son áreas no comprometidas, en el sentido de que no tienen
localización espacial concreta, y su función no está determinada genéticamente.
La mayor parte de la corteza cerebral de los animales está comprometida con las
funciones sensoriales y motoras, en el hombre sucede lo contrario: la mayor
parte de su cerebro no está comprometida, sino que está disponible para la
realización de un futuro no programado. Por otro lado, la neocorteza se
convierte en el foco principal de atención en las lecciones que requieren
generación o resolución de problemas, análisis y síntesis de información, del
uso del razonamiento analógico y del pensamiento crítico y creativo. Las dos
características básicas de la neo-corteza son:
1. La "visión", la cual se
refiere al sentido de globalidad, síntesis e integración con que actúa el
hemisferio derecho.
2. El análisis, que se refiere al
estilo de procesamiento del hemisferio izquierdo, el cual hace énfasis en la
relación parte-todo, la lógica, la relación causa-efecto, el razonamiento
hipotético y en la precisión y exactitud.
La
neocorteza representa la adquisición de conciencia y se desarrolló a través de
la práctica del lenguaje. La voluntad consciente. Las tareas no sensoriales se
realizan en los lóbulos frontales. La aparición de los calendarios implica que
los seres humanos comenzaron a desarrollar progresivamente la capacidad de
anticipar, planificar y visualizar, de poner el futuro posible en el presente.
Mientras que los animales, sobre todo los mamíferos son capaces de desarrollar
emociones y aprender, la capacidad de poner el futuro en el presente (presente
+ pasado + futuro), de formas muy elaboradas resulta específicamente humana.
Esta posibilidad hace viable la aparición de lo que se ha llamado locura por
excelencia: en las psicosis se toma por real lo que no está en el presente, de
modo irreducible y sin distanciamiento.
Ambos
hemisferio se encuentran interconectados por el cuerpo calloso. Este subsistema
que conserva los dos hemisferios trabajando juntos, sugiere por sí mismo que su
integración es una función compleja y de gran trascendencia en el desempeño del
cerebro. Aunque la actividad del hemisferio derecho es totalmente inconsciente
debido a su alta velocidad, tiene, no obstante, una especie de repercusión en
el izquierdo. De este modo, la mente consciente que actúa sólo sobre este
hemisferio, puede tener un acceso indirecto prácticamente a toda la información
que le interesa del hemisferio derecho en un momento dado. Por esta razón,
ambos hemisferios tienen una estructura y desarrollan actividades
especializadas, pero que se complementan; en efecto, muchas funciones de
codificación, almacenamiento y recuperación de información dependen de la
integración de estas funciones en ambos hemisferios. Aún más, la
complementariedad se encuentra tan radicada en su naturaleza que en los casos
de atrofia congénita de un hemisferio, el otro trata de realizar el trabajo de
los dos, y -según Sperry- al cortar el cuerpo calloso (impidiendo, con ello, el
paso de información de uno a otro), cada hemisferio opera de manera
independiente como si fuera un cerebro completo, pero, evidentemente, en forma
menos eficiente aun en la realización de sus propias funciones específicas.
Esta
estructura morfológica y funcional de dos hemisferios con funciones diferentes
y localizaciones precisas para cada función en cada hemisferio cerebral, no es
tan rígida en su especialización como se pensó, ya que el cerebro actúa como un
holograma en el que cada parte está en el todo y el todo en cada parte,
teniendo componentes específicos como los ya vistos, los cuales a su vez son
parte del todo cerebral y el todo cerebral se refleja en ellos. Se suponía que
el cerebro estaba maduro con la pubertad, ahora se sabe que el joven es
inmaduro cerebralmente, y con sorpresa se comprueba con la moderna tecnología
de estudio que a mayor edad el cerebro responde mejor y sigue madurando, pues
continúa incorporando nuevas neuronas a su actividad de trabajo y red neuronal
que, si uno se lo propone será cada vez más amplia. Esto es importante
destacarlo con el fin de romper el mito que afirmaba lo contrario.
Se puede
describir al cerebro como un sistema procesador de información que genera
representaciones internas del mundo externo y de sí mismo. Con su arquitectura
y sus leyes los circuitos neuronales se combinan durante la infancia en
subredes adecuadas para el logro de una visión del mundo y para el logro de la
homeostasis o equilibrio frente a perturbaciones y causas de alarma que dan
lugar a estrés. Queda así adaptado o maduro, con las subredes señaladas y la
capacidad de cada una en los roles necesarios durante la vida. Según el modelo
una vez que una subred se encarga de una tarea, vuelve a aparecer con
regularidad cuando su participación y su activación es útil. El modelo supone
que las subredes retienen representaciones, no archivos codificados. Dichas
representaciones son disposiciones para reactivar patrones distribuidos en las
diferentes zonas, que ya han sido seleccionados durante experiencias previas.
En general hay bastante consenso que la arquitectura cerebral es una red
neuronal muy elaborada con módulos semi-independientes de procesamiento de la
información.
Inteligencias
Múltiples
Las
teorías del cerebro triuno y la de los hemisferios cerebrales permitió el
establecimiento por parte del psicólogo norteamericano Howard Gardner de la
teoría de inteligencias múltiples determinando en un primer momento las
siguientes ocho inteligencias: lógico-matemática, lingüística, espacial,
musical, corporal o kinestésica, intra e inter personal, y la naturalista.
Este enfoque
rompe con el paradigma de inteligencia pura que hasta el momento se venía
teniendo, y que además estaba fuertemente orientado a los aspectos
lógico-matemáticos de la realidad, lo que lo hacía insuficiente para explicar
por qué algunas personas eran mejor que otras para realizar algunas actividades
que exigían más creatividad y arte que lógica y viceversa. De hecho, un
acercamiento a esta concepción de la inteligencia ya la había hecho McClellan
cuando propone “medir competencia en lugar de inteligencia” en 1973 al criticar
fuertemente el uso de test de inteligencia estandarizados como criterio para la
selección de personas en las organizaciones, y más específicamente para
predecir las probabilidades de éxito en el desempeño laboral de un individuo.
No
obstante, es importante reseñar que el constructo de inteligencia propuesto por
Gardner supone –entro otros criterios- la existencia de un correlato
neurofisiológico que justifique la existencia de ellas. De esta manera cada una
de las ocho inteligencias, está ubicada en un lugar determinado de la corteza
cerebral y en el caso de que alguna de estas zonas experimentase una lección,
se evidenciaría en una disminución de dicha capacidad. Ciertamente las nuevas
investigaciones en neurociencia podrían contradecir esta teoría, ya que
plantean que el cerebro posee un alto grado de plasticidad o capacidad de
reacomodar sus funciones en otros lugares cuando el individuo sufre algún tipo
de trauma físico, pero resulta un avance significativo tanto desde el punto de
vista biológico como psicológico no sólo comprender mejor el funcionamiento del
cerebro, sino también el porqué de alguno de nuestros comportamientos desde el
punto de vista físico, lo que ha abierto un gran campo de acción para mejores
tratamientos de patologías psiquiátricas por ejemplo. En este sentido podemos
tomar la clasificación de las inteligencias múltiples de Beauport y Díaz (1987)
de acuerdo a los tres cerebros de MacLean como otro ejemplo taxonómico las
inteligencias múltiples:
La Neocorteza
|
La inteligencia racional: Es el proceso por el cual
percibimos información por medio de conexiones secuenciales y que involucra
fundamentalmente el uso de la razón, la lógica, la causa y el efecto.
La inteligencia asociativa: es el proceso que nos perite
percibir información a través de conexiones múltiples, que involucran
principalmente las asociaciones y la relación.
La inteligencia espacial visual
y auditiva: es el
proceso de percibir la información a un nivel más profundo, mezclando
imágenes, sonido s y otras combinaciones percibidas por los sentidos y por
los sistemas cerebrales más profundos.
La inteligencia Intuitiva: Es el conocimiento directo,
sin el uso de la razón: conocer desde dentro.
|
El Cerebro Límbico
|
La inteligencia Afectiva: Es el proceso por medio
del cual nos dejamos afectar por algo o alguien; y desarrollamos la
habilidad de acercarnos a una persona, lugar, cosa, idea o situación.
La inteligencia de los Estados
de ánimo: es la
capacidad de entrar, mantenerse y salir de cualquier estado de ánimo.
La Inteligencia Motivacional: es la capacidad de estar
conscientes de nuestros deseos, y de conocer lo que más nos emociona y nos
mueve; la habilidad de mover nuestra vida en función a lo que amamos.
|
Cerebro Básico
|
La Inteligencia Básica: es la capacidad de movernos
hacia algo o alejarnos de ello; ser capaces de imitar o de inhibirnos ante
algo o alguien en beneficios de nuestra vida.
La inteligencia de los
patrones: es la
capacidad de conocer los patrones que gobiernan nuestro comportamiento y ser
capaces de alterarlos cuando sean necesarios.
La inteligencia de parámetros: es la capacidad de reconocer,
extender o transformar los ritmos, rutinas y rituales de nuestra vida.
|
La
conciencia sobre las inteligencias múltiples les da la oportunidad a los nuevos
pensadores que se conviertan en gerentes que pueden trabajar con cada una de
las unidades y con el conjunto como integralidad, dándole la posibilidad de
direccionar sus capacidades en función a las necesidades. Hoy día existe una
vasta literatura tanto sobre cerebro triuno como sobre inteligencias múltiples,
en su mayoría escrita por psicólogos y educadores, en la que podremos encontrar
diversas clasificaciones y taxonomías sobre inteligencias múltiples. Empero
indistintamente de cómo se les llame o clasifique, las inteligencias estarán
determinadas básicamente por elementos genéticos, psicosociales y a la historia
de vida de cada individuo.
Dinámica
de la Inercia Mental
Al nacer,
toda persona se inserta en un historial que no es personal, una corriente de
pensamiento, en una tradición, en un idioma, a partir de lo cual comprende e
interactúa con el mundo que le rodea. Esto produce una primera diferencia entre
el hombre y el resto de los animales: estos últimos se insertan y permanecen
siempre el mundo de la realidad, mientras que el primero lo hace en un universo
simbólico. Por todo ello, la dinámica psicológica de nuestra actividad
intelectual tiende a seleccionar, en cada observación, no cualquier realidad
potencialmente útil, sino sólo aquella que posee un significado personal. Este
significado personal es fruto de nuestra formación y experiencia previa. De
este modo, podemos decir que tendemos a ver lo que esperamos ver, lo que
estamos acostumbrados a ver o lo que nos han sugerido que veremos. En
consecuencia, no sabemos hasta donde lo que percibimos es producto de nosotros
mismos y de nuestras expectativas culturales y sugestiones aceptadas.
Lo que se
puede observar, depende casi en su totalidad de la formación, las expectativas
y la comprensión del observador, así como la teoría del instrumento del caso,
lo cual llevará a interpretar ciertos ruidos, líneas onduladas, garabatos o
sombras a través de un microscopio como algo significativo. Todo conocimiento
tiene un sujeto, se da en un sujeto y, por lo tanto, todo conocimiento es
también “subjetivo”, aun cuando trate sobre objetos exteriores. Los objetos
exteriores son más “objetivables” en cuanto se trata de cosas materiales, pero
si la realidad del objeto es inmaterial, esta capacidad de objetivilidad se ve
reducida. En todo caso, el conocimiento será siempre el resultado o fruto de
una interacción entre ambos componentes: imagen física de la realidad exterior
y contexto personal interior.
El dato o
señal que viene de la apariencia del objeto de las palabras de un interlocutor
o de nuestra memoria, activa un bloque de conocimientos, y esta adscripción del
signo o dato en una clase de experiencia o categoría le da el “significado”,
permite su interpretación. Todo lo que tiene lugar detrás de la retina es una
“operación intelectual” que se base en gran medida en experiencias no visuales.
Son las personas las que ven, no sus ojos; lo percibido y su significado
tienden naturalmente a depender de nuestro mundo anterior. De aquí la necesidad
de tomar conciencia de nuestros presupuestos epistemológicos y del papel que
juegan en nuestra percepción y adquisición de conocimientos, ya que la
estructura cognoscitiva moldea, informa y da estructura a lo que entra por
nuestros sentidos. Esto difícilmente podría ser de otra forma, ya que de no ser
así, nuestra mente sería como la de un niño, incapaz de trascender a lo
meramente físico y estaríamos limitados a este mundo.
Aplicando
esto al campo de la investigación científica, se puede establecer que no
existen hechos objetivos inviolables o no interpretados, ya que toda
observación, por muy rigurosas que sea, está cargada de teoría que a su vez
determina no solamente que es lo que se observa, sino que factores investigar,
en qué condiciones hacerlo, con qué instrumentos investigar y especialmente
cómo interpretar los resultados obtenidos.
El mayor
desafío para la mente humana es pensar en nuevas categorías, en principio,
porque implica romper con estructuras de pensamiento que tienden hacia la
autoconservación imponiendo gran resistencia al cambio. En este sentido, es
necesario tomar conciencia de que todo entrenamiento constituye siempre, e
ineludiblemente, una cierta incapacidad entrenada, es decir, que cuanto más
aprendemos cómo hacer algo de una determinada manera, más difícil nos resulta
después a hacerlo de otra. La epistemología actual nos hace ver que persisten
en la ciencia tradicional muchas actitudes y procedimiento que, rigurosamente
hablando, sólo podemos ubicar en el terreno de los hábitos mentales.
Así se
deben calificar, en las ciencias humanas, las explicaciones causales lineales
cuando se les otorga un valor absoluto (ya que carecen de evidencia), las leyes
de probabilidad (que son leyes a medias), la plena objetividad (que no existe),
la inferencia inductiva (que es injustificable), la verificación empírica (que
es imposible) y otros aspectos centrales de la ciencia clásica cuando se cree
ciegamente en ellos (Martínez Miguelez, 2009: 49).
Consecuentemente,
la imposición de una normativa metodológica ha sido denunciada como la
responsable de asfixiar y sofocar la creatividad, y la causante de la
esterilidad intelectual, ya que reduce todo a caminar por donde ya se caminó, a
explorar como antes se exploró, a pensar como antes se pensó y, en síntesis, a
no hacer nada que antes no se haya hecho, cortándole, de esta manera, las alas
y el vuelo a la mejor imaginación creativa y al pensamiento original y
productivo. Ante esta situación, se debiera tener siempre presente que no se
puede disponer de una camino seguro y cierto para ir a un lugar que todavía se
desconoce. Una metodología puede ser útil y facilitar el proceso de búsqueda;
no obstante, la mayoría de las técnicas metodológicas están enfocadas más en lo
ya recorrido que en lo por recorrer, pues han sido modelados con el presupuesto
de que lo desconocido será más o menos, igual a lo conocido. De esto, lo más
criticable y negativo es el de que esas metodologías –subjetivas y falibles-
son convertidas en criterio único de verdad.
En la
medida en que el método científico evada la autojustificación, impida la
autocrítica y elimine toda posibilidad de refutación, se convertirá en meras
técnicas repetitivas de lo ya realizado. Así, aquellos a quienes ni siquiera se
les ocurre que es posible estar equivocados no pueden aprender otra cosa que
habilidades prácticas. Esto, como problema, se refuerza si se mira a la luz de las
recientes investigaciones neuropsíquicas sobre la interacción de los
hemisferios cerebrales y sobre la creatividad, las cuales nos alertan
seriamente de la instalación de una actividad inhibidora: cierta clase de
actividad excesivamente analítica y racionalista del hemisferio izquierdo puede
suprimir directamente, a través del cuerpo calloso, la acción
intuitivo-creativa del hemisferio derecho o impedir que el producto de éste sea
accesible a aquél, es decir, que llegue a ser consciente, lo que se traduciría
sencillamente en la fundamentación del fracaso de nuevas intuiciones. Evitar
este fracaso consiste llanamente en emplear el aspecto no consciente de nuestro
cerebro, entrenar y ejercitar una parte que no ha sido desarrollada
tradicionalmente en el modelo científico, pero para ello es necesario
comprender el órgano fundamental para la generación del conocimiento: el
cerebro.
En
síntesis, lo que se denomina inercia mental es la dificultad que tiene el
cerebro para modificar el estado previo de conocimientos o de asimilar los
nuevos. Esto quiere decir que la inercia mental no es más que la dificultad que
experimentan algunas personas por diversas causas (fisiológicas o psicológicas)
para incorporar nuevos conocimientos o para reestructurar los ya existentes.
Esto resulta particularmente negativo en estos tiempos en los que las nuevas
tecnologías informáticas y telemáticas están impulsando la generación de nuevos
conocimientos a una velocidad vertiginosa.
Dinámica
del Conocimiento Creativo
Por otro
lado el pensamiento creativo implica la generación de nuevas formas, de nuevas
estrategias para abordar la realidad cuando las ya existentes resultan
insuficientes o no brindan las respuestas que se buscan. Este pensamiento a
pesar de estar más relacionado con el lado derecho del cerebro en tanto exige
de estrategias más complejas que las que puede ofrecer la lógica, más allá de
estar influenciado por un hemisferio u otro del cerebro, está realmente
relacionado con el cuerpo calloso, pues es la zona del cerebro que interconecta
ambos hemisferios, y a pesar de no cumplir con una función específica (en tanto
lógica o creativa) funge como puente entre ambos hemisferios lo que redunda en
una utilización más compleja de las herramientas cognitivas de las que dispone
el individuo para afrontar la realidad y responder las preguntas que le
afectan. El proceso creador, en acción, sigue una dinámica constituida por
varias etapas o pasos, cuya naturaleza y secuencia podemos ordenar integrando
una gran variedad de aportes de las diferentes neurociencias.
Motivación
inicial: En
primer lugar, debe existir una motivación o interés específico centrado en un
área determinada, que tiene un gran significado intelectual o emocional para
nosotros. Solamente así, la mente inicia la tarea de buscar y recuperar
recuerdos, palabras, expresiones, ideas, sucesos, imágenes, melodías, etc.,
sondeando y escudriñando activamente los dispositivos modulares abiertos o
semiabiertos para integrar su contenido en un recuerdo reconocible, rico en significación
personal.
Exploración
del contenido de los módulos abiertos: En esta actividad, la mente actúa remota y
lentamente, sin potencia coercitiva, sobre una amplia extensión de módulos de
la corteza cerebral, en los cuales está codificada la información: aunque
necesita aproximadamente sólo un milisegundo la transmisión de una neurona a
otra, la mente autoconsciente emplea, sin embargo, unos 800 milisegundos para
ejecutar una orden. Este tiempo, relativamente largo, de incubación lo emplea
en sondear la disposición y contenido de los módulos abiertos o que tengan
cierto grado de apertura, es decir, que sintonizan con sus intereses actuales;
pero, a través de su acción sobre los módulos abiertos, puede influir sobre los
cerrados que tengan cierta semejanza de contenido, y al actuar sobre todos
estos módulos del hemisferio izquierdo, consciente, puede sondear también el
contenido de los módulos del derecho, inconsciente, e incorporar e integrar su
riqueza y significación propia. Le es posible realizar esta acción a través de
las fibras del cuerpo calloso que conectan las áreas simétricas de ambos
hemisferios, y por el efecto de reverberación que existe entre los módulos de
ambos hemisferios que tienen contenidos relacionados. Así, la mente autoconsciente,
en fracciones de segundo, puede sondear cientos de miles de unidades
independientes y sintetizar su gran diversidad haciendo de ella una unidad de
experiencia consciente.
Papel
activo de la mente autoconsciente: En nuestro cerebro existe una especie de división
en jerarquías de controles: los resultados de primer orden o nivel son
revisados críticamente por la mente autoconsciente, es decir, la mente
consciente de sí, autorreflexiva, y, así, se forma un segundo orden, como
sucede cuando el yo observa las ilusiones ópticas y se hace críticamente
consciente de que "tiene" una ilusión y de que debe superarla, o
cuando reconoce que un nombre o un número no es correcto y ordena un nuevo
proceso de recuerdo, etc. De esta manera, en un sistema abierto de sistemas
abiertos, como es el cerebro humano, el yo se va ubicando y conserva siempre la
mayor altura en esta jerarquía de control, es decir, la mente autoconsciente
tiene una función maestra, superior, interpretativa y controladora, en su
relación con el cerebro, ya que acepta o rechaza, usa o modifica, valora y
evalúa los contenidos que le ofrece el cerebro de relación.
Interacción
en el sistema cognitivo-afectivo: De una importancia capital es la relación entre el
sistema límbico o lóbulo límbico y el neocórtex prefrontal, es decir, entre el
sistema emotivo y el cognitivo, unidos a través de una gran red de canales de
circulación en ambas direcciones. El sistema límbico abarca un ensamblaje
extremadamente complejo de estructuras, cuya plena comprensión, tanto
estructural como funcional, no ha sido aún alcanzada. Sabemos, sin embargo, muy
bien que el sistema límbico da un colorido emocional cambiando en gran medida
las percepciones conscientes y, viceversa, que, mediante la corteza prefrontal
(sistema consciente), el sujeto ejerce una influencia de control sobre las
emociones generadas por el sistema límbico. Es más, hoy día se avanzan teorías
que los consideran como un solo sistema, la estructura emocional-cognitiva, ya
que hay vías de complicada circulación que van desde las entradas sensoriales
al sistema límbico y luego, de ahí, al lóbulo prefrontal, regresando de nuevo
al sistema límbico y, posteriormente, una vez más, al lóbulo prefrontal.
Influencia
del pasado y vivencia del Eureka: Nuestra mente autoconsciente puede buscar en la
memoria los datos e ideas apropiados para la solución de un problema y luego
relacionarlos, pero esto casi siempre lo hace comparando el planteamiento del
problema con nuestra estructura cognoscitiva previa, la cual activa las ideas
antecedentes pertinentes y las soluciones dadas a problemas anteriores
parecidos que, a su vez, son reorganizadas y transformadas en forma de
proposiciones de solución al nuevo problema que se plantea. Ahora bien, cuando
la solución del problema exige relaciones o estructuras novedosas u originales,
la mente consciente fácilmente fuerza las cosas en la dirección errónea, en la
dirección de lo conocido, de lo viejo, de lo ya sabido, es decir, nos lleva por
un camino estéril. Sin embargo, este esfuerzo no es inútil, al revés, puede ser
muy provechoso, pues selecciona muchas ideas pertinentes que, de alguna manera,
pueden tener conexión con el problema.
Estas
ideas, cuando la mente consciente deja de forzarlas en una determinada
dirección, se unen entre sí y con otras pertinentes y adecuadas que ellas
movilizan por un proceso inconsciente y de acuerdo a su propia naturaleza; no
es que se enlacen al azar, pues el azar no es creativo. La unión de estas ideas
por sus características y naturaleza y a un nivel preconsciente o subliminal,
da como resultado el hallazgo, la invención o el descubrimiento creativos.
Pudiéramos decir que un conocimiento que ya existe, pero en forma inconsciente,
se hace consciente a través de la "intuición". No de otra manera se
podrían explicar los hechos que hacen ver que esos resultados aparecen durante
momentos de reposo, pero, ordinariamente, después de un trabajo mental duro y
laborioso sobre los mismos y tras repetidos rechazos insatisfactorios. Los
grandes descubrimientos y creaciones científicas se efectuaron precisamente en
estas condiciones, es decir, cuando sus autores se encontraban relajados
físicamente, con los ojos cerrados, tranquilos y en actitud de ensueño
(Arquímedes, Newton, Darwin, Poincaré, etc.).
Desde
luego, la intuición no es infalible. Ningún conocimiento humano lo es. Pero el
proceso intuitivo, que se desarrolla más allá del umbral de la conciencia,
puede seguir una lógica implícita, imposible de captar a nivel consciente,
debido a la complejidad y rapidez de las relaciones que están en juego.
Predomina en nosotros ampliamente el cerebro izquierdo, lo correcto es lograr
el justo equilibrio entre ambos cerebros como lo destaca el investigador Robert
Ornstein al considerar que quien usa más el cerebro izquierdo es analítico y
racional y quien emplea más el cerebro derecho es intuitivo; se necesita buscar
el equilibrio entre lo racional y lo intuitivo.
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Publicado
por Héctor Terán
Los 3 Cerebros y la Publicidad
14/01/2013
Quiero enseñarte el proceso científico que tu deberás utilizar cuando diseñes, por ejemplo, una campaña de email marketing con elevada tasa de apertura, o una página web de aterrizaje o una fanpage en Facebook con elevadas tasas de conversión, o cualquier pieza de comunicación comercial.
Déjame hablarte brevemente del Neuromarketing. El Neuromarketing es una ciencia moderna que estudia el comportamiento humano cuando reacciona a estímulos publicitarios, a partir de los grandes avances en el conocimiento del cerebro humano.
Toda la vida, los publicistas y marketers hemos utilizado la prueba-error y los modelos empíricos para hacer más efectiva la publicidad. Pero nunca desde la aparición del Neuromarketing, hemos tenido a nuestra disposición tanto conocimiento científico para poder aplicarlo a nuestras estrategias de marketing.
El conocimiento del comportamiento del cerebro ha permitido saber, por ejemplo, que en el proceso de compra, las personas asimilamos primero toda la información acerca de los beneficios de un producto, es decir, analizamos consciente y racionalmente el producto. Y que sin embargo, la toma de decisión de compra y la elección del producto entre similares, o sea, el acto de compra en sí, la efectuamos en base a argumentos emocionales o no racionales.
Dicho de otra manera, la ciencia nos responde cómo es posible que un director general que está evaluando tres opciones de software ERP para informatizar sus procesos de negocio, o sea, una inversión elevada y estratégica, después de asistir a 14 demos del producto al final se decida por el producto B basándose en que un vecino suyo ha oído hablar muy bien de él. Un vecino, al que probablemente no lo votaría como presidente de su comunidad.
Antes de enseñarte el proceso científico, es necesario conocer de forma básica la anatomía del cerebro humano. No te preocupes, soy marketer, no neurólogo. Por tanto, creo que lo entenderás perfectamente:
El cerebro humano es lo que se llama un CEREBRO TRIUNO, que significa que se compone de tres partes o tres cerebros distintos, pero que son inseparables, ninguno funciona de forma autónoma y por separado del resto.
Los 3 cerebros son:
1.- El CEREBRO REPTILIANO (o insconciente o instintivo o paleoencéfalo)
Es la parte de nuestro cerebro más primitiva.
Alojado en el tronco cerebral, es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló hace unos 500 millones de años. Se encuentra presente primordialmente en los reptiles, está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva. Se encarga de autorregular el organismo, por ejemplo la respiración. Este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo exige.
2.- El SISTEMA LÍMBICO (o mesencéfalo o cerebro emocional)
El Sistema Límbico, físicamente ubicado encima del reptil, permite al mamífero un desarrollo sentimental y está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.
El sistema límbico podríamos resumirlo como nuestro SUBCONSCIENTE.
3.- La CORTEZA CEREBRAL o CORTEX (o telencéfalo o cerebro racional o consciente)
Los mamíferos modernos, los primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los sentimientos, manejan un proceso de comprensión directamente relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral, donde se encuentra uno de los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala animal. La ciencia ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y el desarrollo social. A mayor desarrollo, mayor capacidad de estrucuturar sociedades más complejas y organizadas.
Los Humanos, además de sentimientos, manejamos un proceso racional de comprensión y de ANÁLISIS, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos. Gracias a nuestro córtex ultra-desarrollado, podemos adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas y tecnologías y adquirir consciencia.
El Sistema Neocortical es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. El hemisferio izquierdo está asociado a procesos de razonamiento lógico y analítico. En el hemisferio derecho se dan los procesos asociativos, imaginativos y creativos.
Una vez ya conoces la existencia de estos 3 cerebros y sus roles, ya puedo explicarte el proceso científico para una comunicación eficaz.
Hoy en día, nuestro cerebro está expuesto a miles de impactos publicitarios cada día, está saturado. Por ello, nuestro cerebro ha desarrollado estrategias de supervivencia, que FILTRAN toda la cantidad ingente de información que recibimos, para procesar únicamente una ínfima parte.
El responsable de este filtro es el SISTEMA LÍMBICO o subconsciente, nuestro cerebro emocional. Ante un impacto publicitario, el límbico entre comillas “escanea” la info que recibe y en función de su interés EMOCIONAL, decide si bloquearlo o dejarlo pasar. Si lo deja pasar, el relevo lo toma el CORTEX que entre comillas LEE toda la info y la procesa racionalmente. Este cerebro es el que analizará si los beneficios que esa publicidad nos muestra del producto que nos quieren vender, son importantes o no para cubrir nuestras necesidades o solucionar nuestro problema, y en función del resultado, estaremos más dispuestos a comprar o no ese producto. Imaginemos que el resultado es muy favorable. No significa que tomemos la decisión de comprar. Nos falta un empujón. Y ese empujón nos lo tiene que dar el cerebro que falta, el reptiliano, el inconsciente. Y por tanto, la decisión real que tomará nuestra mente para tomar acción, o sea, comprar, estará basada en algún argumento irracional, primario, instintivo.
Entonces, el proceso a seguir para construir una comunicación comercial eficaz, consiste en estas 3 secuencias:
1º INFLUIR en el Sistema Límbico o cerebro Emocional de nuestro potencial comprador. Hemos de llamar la atención emocionalmente.
2º PERSUADIR al Cortex o cerebro Racional de que nuestros beneficios cubren SUS necesidades específicas como comprador potencial (atención a la personalización) y de que dichos beneficios son únicos o mucho mejores que los competidores.
3º ACTIVAR el cerebro Reptiliano o Inconsciente. Hacer que reaccione decidiéndose a tomar acción. Es el momento de llamar a la acción y ayudar a ello ofreciendo algo a cambio o creando una sensación de urgencia y/o de escasez, por ejemplo.
Si construyes tus campañas de marketing directo o tus páginas web de aterrizaje o tu tienda online, siguiendo esta fórmula, tienes asegurada una alta conversión.
La publicidad implanta memorias falsas en tu cerebro:
Un
estudio científico muestra que el marketing es capaz de crear experiencias
falsas en nuestro cerebro, llevando la narrativa de un anuncio a la narrativa
de nuestros recuerdos.
Sólo que un detalle no encaja con este recuerdo: en esa rústica playa no tenían Sol, sólo llegaban camiones de Tecate, tu amigo no tomaba cerveza y probablemente esas chicas en bikini no iban contigo. En realidad el evento nunca sucedió pero puedes saborear esa cerveza fresca en el presente. Es como si la cervecería hubiera pagado product placement en tu cerebro. ¿Pero entonces de dónde viene esa memoria? Muy posiblemente, de los miles de anuncios de televisión que has visto.
Un nuevo estudio publicado en The Journal of Consumer Research ayuda explicar cómo las estrategias de marketing llegan a implantar memorias que nunca ocurrieron relacionadas con un producto en la mente de los consumidores. Al parecer, vívidos comerciales logran engañar al hipocampo (el centro de memoria de largo plazo en el cerebro) y le hacen creer que lo que acaba de ver en la televisión en realidad sucedió. Creemos que nos sucedió a nosotros en una especie de transpersonalización de los rayos catódicos al lienzo mental.
En un experimento se les presentó a 100 estudiantes un nuevo producto de palomitas de maíz llamado “Orville Redenbacher’s Gourmet Fresh Microwave Popcorn” (un producto que no existe). Luego se les asignó a los estudiantes aleatoriamente diferentes condiciones publicitarias. Algunos vieron anuncios de poco contenido visual que describían el delicioso sabor de este nuevo alimento. Otros fueron expuestos a comerciales de alto contenido visual en los que vieron todo tipo de personas felices disfrutando de estas palomitas de maíz en su sala. Después de ver la publicidad los estudiantes fueron asignados a una de dos habitaciones. En una de ellas se les hizo un sondeo no relacionado. En la otra se les dio una muestra de estas palomitas de maíz ficticias.
Una semana después a los estudiantes se les examinó a propósito de su memoria sobre el producto. Los estudiantes que vieron los anuncios de poco contenido visual rara vez reportaron haber probado las palomitas de maíz, pero aquellos que vieron los comerciales de alto impacto visual respondieron en varios casos haber probado las palomitas de maíz aunque muchos no lo habían hecho. Y dijeron haber probado las palomitas con un alto grado de aprobación, de forma contundente. La delusión era verosímil: no les gustaban las palomitas porque habían visto un buen anuncio, les gustaban porque tenían un buen sabor.
Los científicos se refieren a esto como “efecto de falsa experiencia”. “Ver el comercial vívido creó una falsa memoria de haber comido las palomitas, pese a que haber comido ese producto no existente habría sido imposible”, escribió el autor del estudio Priyali Rajagopal. “Como resultado, los consumidores deben de estar alertas al procesar comerciales de alto contenido visual”.
Aunque en un principio parece imposible que un estúpido comercial me haga pensar que amo un producto que no he consumido, Johan Lehrer, autor de varios libros de neurociencia, explica esto a través de los que se conoce como reconsolidación de la memoria. La reconsolidación está enraizada en el hecho de que cada vez que recordamos algo lo recreamos, hasta el punto de alterar los detalles neuronales. “Aunque nos gusta pensar en nuestras memorias como impresiones inmutables, de alguna forma separadas del acto de recordarlas, en realidad no lo están. Una memoria es tan real como la última vez que la recordaste. Lo que es un poco perturbador es que no podemos más que pedir prestadas nuestras memorias de otros lugares, así que el anuncio de televisión que vimos se convierte en nuestro, parte de esa narrativa personal que repetimos y recontamos”.
Más allá de lo perturbador —puesto que los publicistas y neuromarketingeros ciertamente saben esto—, lo interesante es que esta información nos revela que la memoria es un proceso incesante, activo y creativo. Es la diferencia entre “Guardar” y “Guardar como”: los archivos se reescriben cada vez que los recordamos. “La gente de marketing”, dice Lehrer, “simplemente es buena en darnos historias que queremos robar”.
Esto nos muestra la naturaleza programable del cerebro, el cual fácilmente puede ser ocupado y dirigido por la propaganda y la publicidad, pero igualmente puede ser codificado hacia un “pasado” deseado, para un “futuro” deseado por ti mismo. Si bien esto no significa que intentes implantar memorias felices en tu pasado similares a los anuncios de felicidad o de autosuperación que ves en la televisión, para proyectarte en el futuro sobre esa tabula como un tipo genial y exitoso, sí abre la puerta para que limes y sanes tus recuerdos, haciendo las paces, por decirlo de alguna manera, con algunos de ellos, recapitulando y retrotrayendo algunos más a tu desktop con poderosos iconos o sigilos que los propulsen al tálamo de lo que quieres crear.
Reflejo condicionado
Contenido: Introducción. Definición de reflejo condicionado. Conducta animal. Conductismo. Condicionamiento. Experimento de Pavlov.Objetivo: Al finalizar la competencia describirá los fundamentos teóricos del reflejo condicionado, sin error.
Introducción
Reflejo se define como la respuesta automática e involuntaria que realiza un ser vivo ante la presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica generalmente un movimiento, aunque puede consistir también en la activación de la secreción de una glándula.Un ejemplo de reflejo que implica movimiento, puede citarse el de prensión palmar que consiste en que al aplicar presión en las palmas de las manos con un objeto, se desencadena una flexión espontánea de la mano que se cierra tratando de atraparlo.
Este reflejo es característico de los niños recién nacidos y se pierde a partir de los cuatro meses.
Los reflejos son respuestas del sistema nervioso prefijadas natural y evolutivamente en el mismo. Los organismos, o sea la materia orgánica o protoplasma, ya sea en el reino vegetal, animal o humano, están dotados en cierta forma lejana de este mecanismo, en general, aun cuando el sistema nervioso, no esté estrictamente constituido.
Definición de reflejo condicionado
Reflejo condicionado, respuesta no innata a un estímulo dado que el individuo adquiere mediante aprendizaje.La salivación del perro ante un pedazo de carne es un reflejo innato o incondicionado, pero si se hace sonar una campana en el momento en que el perro recibe la carne, después de varias ocasiones éste salivará sin necesidad de olerla. Bastará el sonido de la campana para provocar en el animal un reflejo condicionado.
Según Pávlov, cuando se asocia el reflejo incondicionado al reflejo condicionado, éste se refuerza. Si el estímulo no se refuerza o ejercita, el reflejo condicionado terminará por debilitarse y desaparecer.
Con este sistema de reflejos, que más bien son reacciones, Pávlov intentó comprender la conducta animal y humana, partiendo de la teoría de que los mecanismos del reflejo condicionado son los mismos en animales y personas.
El psicólogo estadounidense John Broadus Watson introdujo esta expresión en Estados Unidos e hizo de ella un concepto fundamental del conductismo. Para Watson, el condicionamiento constituye una base fundamental del aprendizaje.
Conducta animal
Es particularmente enigmática la habilidad de algunas criaturas simples para desarrollar tareas complejas: tejer una telaraña, construir un nido, cantar una canción, encontrar refugio o capturar a su presa; todo ello en el momento justo y con escaso o nulo aprendizaje previo.
Tales comportamientos se han estudiado desde dos perspectivas bastante diferentes, de hecho casi opuestas en sus planteamientos, que exponemos a continuación: o bien los animales aprenden todo lo que hacen (enfoque conductista, haciendo hincapié en el aprendizaje), o bien saben instintivamente cómo hacerlo (enfoque etológico, que subraya el papel de la herencia).
Ninguno de estos enfoques logra dar una explicación totalmente satisfactoria.
Conductismo
Corriente de la psicología que defiende el empleo de procedimientos estrictamente experimentales para estudiar el comportamiento observable (la conducta), considerando el entorno como un conjunto de estímulos-respuesta.El enfoque conductista en psicología tiene sus raíces en el asociacionismo de los filósofos ingleses, así como en la escuela de psicología estadounidense conocida como funcionalismo y en la teoría darwiniana de la evolución, ya que ambas corrientes hacían hincapié en una concepción del individuo como un organismo que se adapta al medio (o ambiente).
Condicionamiento
El condicionamiento es una forma básica de aprendizaje que se basa en la asociación de respuestas emocionales a situaciones nuevas.Existen dos tipos principales de condicionamiento: el clásico y el operante o instrumental.
– Condicionamiento clásico: se basa en los estudios sobre el reflejo condicionado que llevó a cabo el fisiólogo ruso Iván P. Pávlov.
– El condicionamiento operante está basado en el principio del refuerzo positivo y negativo (el premio y el castigo) desarrollado por el psicólogo estadounidense Burrhus F. Skinner.
Psicólogos y neurólogos utilizan hoy estas técnicas en la modificación de conducta y la emplean como terapia para tratar ciertos tipos de neurosis, desintoxicación de alcohólicos o algunos trastornos típicos que aparecen durante la infancia, como la fobia, enuresis, tartamudeo y otros.
Experimento de Pavlov
El alimento al ser colocado en la boca, producen saliva, este fenómeno fisiológico permite que la comida sea alterada químicamente para que, tras ser diluida, pueda producirse el proceso digestivo.De esta manera, aún el plato en el que se acostumbra a alimentar al perro es suficiente para que se produzca el reflejo condicionado de la secreción salival: “Y más adelante la secreción puede ser provocada con la sola vista de la persona que trae la vasija, o por el sonido de sus pisadas (Pavlov, 1927).
De acuerdo a una relación espacio temporal entre estímulos, se llegó a postular la teoría de que toda nuestra conducta no es nada más que una cadena de reflejos, algunos innatos y la mayor parte (sobre todo en los seres humanos) aprendidos, adquiridos o condicionados por el simple hecho de haber (en algún momento de la existencia del organismo) sido asociadas ciertas condiciones ambientales.
Pavlov nunca imaginó lo que sus investigaciones llegarían a influir decisivamente en el principal defensor del conductismo, John Broadus Watson.
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